Cap. 3 Parte 7.

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Estuve dos días durmiendo, y ahora, sin saber decidido nada, estaba en la mansión de yakuzas… al final termine aquí, hablando con el jefe de todo….

—¿Y bien? ¿Qué nos ofreces?

—Ya lo dije, Alessandro distribuirá sus productos en su nuevo consultorio.

—Oye, yo no acep….

—Cállate.

—…Si.

Aquel hombre, el cual era jefe de la mafia japonesa en este lugar, tan solo su presencia daba mucho miedo, el tenía la cara arrugada, pero todo el cuerpo ejercitado, con músculos por todos lados, además de su intimidante mirada, y esa cicatriz en la toda su cara.

Ferrum lo había traído, estaba en cama, aún recuperándome, Ferrum trajo a este hombre a mi habitación, sacando a Sylvie la cual me estaba dando de comer.

Cómo te atreves.

—Necesito una respuesta… la protección de los 7, y todos ellos trabajan para ti, además de eso, tendrán que rescatar a la hija de Aurelia.

A todo esto, ellos tenían el poder para obligarnos a vender sus productos a la fuerza, ¿Por qué tenemos que ponerle condiciones nosotros? Con esa duda les pregunte.

—Puedo decir algo… ¿Por qué tienen que darnos algo a cambio? No sería más fácil que ustedes nos obligarán a hacer lo que ustedes quieran.

El hombre jefe de los yakuzas respondió, con una pequeña risita que se le escapó.

—Seremos delincuentes o asesinos, pero todo lo hacemos con una razón, son nuestras reglas.

—Entiendo…

Preferí quedarme callado mientras esos dos negociaban.

—Aun no he hablado con los del restaurante sobre esto… ¿y si no aceptan?

—Ellas saben lo que les conviene, sé que aceptaran la propuesta.

El hombre se supone a pensar en un silencio incómodo del lugar donde estábamos… de repente, tocaron la puerta, una voz de un hombre mayor se escucho al otro lado.

—Disculpe, vine a revisar al paciente.

—Claro, pasa….

Un hombre, vestido como un doctor, mucho más mayor que yo, y alguien quien conocía… ¿¡Que hacia el aquí!?

Era el que me dio la lata con dinero, el que me devolvió el dinero, el de la tienda de nombre raro.

—Oh… hola… hace meses que no nos vemos.

—¿Qué haces aquí?

—Trabajo para ellos.

Quedé sorprendido a su respuesta, el hombre se acercó y empezó a revisarme.

—Sobre el rescate de Elena, tiene que ser lo más rápido posible… no podemos quedarnos aquí para siempre, cualquier cosa podría pasarle a Elena, esos malditos… tenemos la ubicación, armas y hombres… solo necesitamos su orden.

—No quiero arriesgar a nadie.

—Déjalo en mis manos, solo acepta la propuesta y ayúdanos.

—……Está bien, siempre tienes buenos planes, acepto la propuesta, ve por los hombre y armas para que puedan rescatar a esa niña.

No había escuchado mal, con esto lo había confirmado, habían secuestrado a Elena, esa chica molesta… espero que no le hayan hecho nada.

—Perfecto… están mejor, en unos días podrás recuperarte.

—¿¡Unos días!? ¿Que tan mal estoy? No fue solo dos balas en el brazo, no necesito tanta recuperación.

—Doctor, puede irse, Ferrum, conversa con tu hermano.

Ferrum asintió, el doctor salió sin decir nada junto al jefe de los yakuzas.


—…Te escucho, porque no puedo mover todo mi cuerpo y porque necesito tanto tiempo de recuperación.

—Eres un caso especial… si, el impacto de dos balas no es mucho, y más si está solo es en el brazo, pero no estás así por lo del brazo… sino por tus mismas acciones.

—De que estás hablando.

Ferrum se sentó a un lado mío.

—Lo diré, ¿te acuerdas de lo que hiciste? Sobre lo del hielo, incluso tome un muestra.

—…Si, me acuerdo de eso….

—Lo que paso es que solo estás cansado, aún no entendemos muy bien a los impares, y cada vez son más… al estado simplemente no le importa que la gente este naciendo con color de ojos y cabello anormales, si supieran que es más que eso.

—Tampoco podemos contarse los, nos usarían como ratas de laboratorio…

—Así es… lo mejor es mantenerte en la sombra… aunque yo no tengo nada de que preocuparme, solo tú y las otras chicas.

Ser impar era horrible, no solo somos los raros, sino que si llegan a descubrir los cambios físicos del los cuerpos de impares… todos se alarmarían, nos empezarían a cazar… nunca pensé que me pasaría antes de los 40… parece ser que cada día hay mas impares, y estos desarrollan antes las habilidades, ¿cómo será todo esto en 10 años? No quiero ni imaginarme.

—Amo, ¿puedo pasar?

En la puerta estaba Sylvie, esperando a que le demos la orden de pasar.

—Bueno, yo me largo, quédate con Sylvie.

Ferrum se dirigió hacia la puerta… pero se detuvo.

—Sabes, tengo una mejor idea.

El volvió a sentarse al lado mío, muy cerca de mi cama, el puso otra silla al lado suyo y llamo a Sylvie para que se sentará.

Sylvie se sentó al lado de Ferrum.

—Sabes, quiero probar esto hace un tiempo, se que Sylvie es bastante celosa, pero….

El puso una mano encima de la cabeza de Sylvie, empezando a frotar… que era este sentimiento… estaba molesto, pero no era ese tipo de molestia… lo peor fue ver qué Sylvie no se molestaba por lo que Ferrum hacia.

El seguía y seguía frotando su cabeza… no lo soporte más.

—¡…! Ya habías demorado… ¿puedes soltar mi mano? ¿cómo es que tu brazo reaccionó? ¡…! ¡oye no me presiones con tanta fuerza! ¡cómo es que tienes esa fuerza! ¡suéltame!
¿…? ¡que clase de mirada es esa! ¡das miedo!

Ferrum intentaba zafarse de mi mano, la cual había reaccionado como de simple inercia se hubiera tratado, agarrando la mano de Ferrum y alejándola de la cabeza de mi esclava… como se atrevía a tocar algo que es mío… finalmente solté su mano.

—Sigues siendo el mismo… veo que tú brazo funciona ahora… yo me largo antes que me mates.

Ferrum salió de la habitación sin decir nada más.

—Lo siento Sylvie, no debí comportarme así.

Ella había bajado la cabeza, me comporte como un idiota… ¿sentí celos?

—No se disculpe… lo que acaba de hacer me hizo feliz… veo que no soy la única que hace ese tipo de cosas.

—No yo solo…

—No diga nada más amo… traje fruta… ¿quiere un poco?

No había visto la bandeja de fruta pelada que Sylvie había traído consigo.

—¿Y si lo compartimos?

—Por supuesto.

Ambos empezamos a compartir la fruta pelada que Sylvie había traído.

Durante una semana completa ella había estado atendiendo mis caprichos, según ella ahora tocaba que ella me cuide, al segundo día después del acuerdo con los yakuzas, Elena había vuelto, pero ella estaba apegada a su madre como una niña de 5 años, por suerte la lograron rescatar… Ferrum dijo que no había le habían hecho nada que fuera considerado grave, eso me tranquilizó, aunque ahora Aurelia no me a dirigido la palabra, además de eso Nephy que también estaba aquí se había mantenido alejada, según ella ocupada, enseñándole a cocinar a Sylvie, la cual me había estado sirviendo todo lo que aprendía.

Pronto estaré mejor.

Teaching Feeling: Watashi No Chīsana Dorei Vol.1 Vol.2 (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora