𝖠𝖻𝗌𝗍𝗂𝗇𝖼𝖾 𝗌𝗒𝗇𝖽𝗋𝗈𝗆𝖾 •𝖢𝗋𝖾𝖾𝗄•

013

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Las suaves risas se mezclaron entre el bullicioso ruido de ambiente, las manos del más alto se movían bajo la camisa de su chico de forma traviesa haciéndolo soltar suspiros que amortiguaba con sus propios labios entre besos, aún que dónde estaban nadie los encontraría.

—Ya, Stan...
El anterior nombrado pegó sus labios esta vez en el cuello del pelinaranja dejando pequeñas mordidas, la música de la fiesta resonaba en sus oídos haciéndolos retumbar en su lugar a pesar de estar bastante alejados. El teléfono de Stan volvió a sonar.— Contesta ahora debe ser importante.

—Me da igual.
Contesto abrazando al chico en sus piernas mientras se acomodaba recostando su espalda en el tronco del árbol, Kyle posó su cabeza en el pecho de este pero el celular volvió a sonar.— Mierda, hombre... Estoy ocupado.

Stan sacó con dificultad el móvil de su pantalón para mirar la pantalla con una mueca, Kyle lo miro de la misma manera.

—¿Quién es, Stan?

—Wendy, tengo 8 llamadas perdidas de Wendy.

—Llámala, debe ser importante.
Stan lo miro incrédulo y el chico de cabello naranja se encogió de hombros.

—¿Qué esperas? ¿Una escena de celos? Jodete, ni lo pienses.
Se rio provocando la risa del pelinegro quien llevaba el celular a su oído, miro a su alrededor notando lo vacío que estaba aquel parque fuera de la universidad; Una voz temblorosa contesto del otro lado de la línea, mierda.

—Kyle...
murmuró luego de que cortaran el otro lado de línea, no había pronunciado palabra alguna logrando hacer sentir demasiado ansioso a su casi novio que no sabía nada más que las muecas que hacía con cada palabra que le decían.

—Demonios, Stan habla.
Los ojos verdes analizaban al chico debajo de él quien se removió incómodo antes de hablar.

—Los chicos no están en la fiesta, están en el hospital.

—¿Qué?

—Acaban de inducir a Craig a un coma.

—¿Qué?

—¡Carajo, Kyle no lo sé!

—No me grites.

—Perdón.
Murmuro Stan sintiéndose mal de manera inmediata, al menos desde que habían decido comenzar algo pequeñas cosas habían cambiado o eso intentaban, el trato como si fueran mejores amigas seguía ahí... Ambos detestaban los apodos cursis, incluso a Kyle le costó demostrar cariño en el ámbito amoroso ya que era algo que no nacía con nadie más que no fuera Stan. Es por eso y más que los gritos y peleas cesaron, el pelinegro ya casi ni bebía y Kyle se intentaba relajar un poco más con ciertas cosas. Ambos funcionaban bastante bien pero dentro de todo lo bueno siempre debía suceder algo malo, las cosas estaban demasiado bien para tratarse de ellos y ahora lo malo recaía sobre Craig quien generalmente era antipático con todos a su alrededor pero de esa misma manera todos lo querían.

—Entonces deberíamos movernos al hospital rápido.

—Pero...
Suspiro pensando en que su chico solo haría lo que creía correcto y eso en ese momento era estar junto a sus mejores amigos.— Bien, fue buena idea venir en la camioneta de papá.

—¿No la chocaste la última vez?
Se encogió de hombros mientras le quitaba la alarma para abrirla subiéndose primero, Kyle suspiro subiéndose después.

—Supongo que la hierba realmente le da dinero, no sé, nos da una mierda a mi y a mamá.

El chico de cabello naranja acercó su mano hasta la mejilla de quien aún no partía el auto móvil, lo atrajo hacia besando sus labios despacio.

—Nunca hemos hablado de eso, de la separación de tus padres, de que Shelly desapareciera con su novio...

—Shelly me importa una mierda, papá también me importa una mierda.

—Stan...

—No es el momento Kyle, quiero seguir convenciéndome de que me importa una mierda.
Su voz sonaba apagada y el mayor solo quiso abrazarlo pero ambos saltaron del susto cuando la ventana del copiloto fue golpeada con violencia.

—¡Déjense de cosas de maricas!
Cartman seguía golpeando del otro lado a pesar de que la atención de la pareja ya estaba puesta en el.— Ábranme y llévenme al hospital.

—Vete a la mierda culón.
Kyle sacó el dedo de en medio y Stan rio rendido, sacando el seguro.

—Jesús gracias, ahora llévenme a mi Craig.

—¿Tu Craig?
La voz del pelinegro había salido temblorosa por la carcajada que retuvo intentando ser serio.

—¡Es mi muchacho! Le aposté 100 dólares a su culo apuñalado y los perdí.

Kyle lo miro incrédulo hacia los asientos de atrás con un rostro de desagrado que ni si quiera intento ocultar.

—¿Vas al hospital a cobrarle 100 dólares a un chico moribundo?

—¿Crees que soy una bestia, Kyle?
El gordo se cruzó de brazos ofendido.— Se los voy a cobrar a Tweek, no a él dah.

—Eres un hijo de perra.

—Al menos no soy judio.

Stan quien ya había comenzando a manejar se estiró hasta la guantera del lado del copiloto para abrirla intentando sacar su gorro, una caja todo hasta las piernas del pelinaranja y el menor se alarmó.

—¡No lo mires, amigo!

Pero Kyle ya había abierto la caja dejando ver dos relucientes anillos con una frase grabada en la tapa por dentro: ¿Quieres casarte conmigo?

—¿Q-qué?

—Está mierda se va a poner buena.
Comentó desde el asiento de atrás riéndose burlón por la situación mientras comía bocadillos de queso.

Denle una oportunidad a Stan KCKDKCKD