Ya habían pasado unas 5 semanas desde que Kisaki me trajo en contra de mi voluntad, no era tan malo estar cerca de él, aunque algunas veces hacía cosas que a el no le gustaban como mirar por varios minutos la puerta principal, hablar con mis "niñeros" o con el cocinero, aunque siempre hablábamos, Alan era muy agradable cuando conversábamos, el sabía de mi situación actual, obviamente, aunque nunca tocábamos ese tema
— Señorita ____, ya esta el almuerzo –dijo Alan desde la cocina–
— Ya voy! –sin más baje rápidamente tapandome con los dos gorilas que me cuidaban, al ver como baje las escaleras tan apurada pude notar el pánico en sus miradas, uno de ellos me tomo de la mano haciendo que parará y casi evitando que cayera por las escaleras–
— Por favor no corra por las escaleras, es muy peligroso señorita –dijo este hombre alto y rubio con su expresión sería, solo mi mano y yo le asentí bajando las escaleras caminando–
— Perdón, no lo volveré hacer –dije sin casi importancia, al llegar a la cocina pude deleitarme con el olor a sushi, soya y entre otras especias, fui a tomar asiento– Alan muchas gracias por la comida! –dije como agradecimiento y sin más empecé a comer, su comida era exquisita, sabía delicioso todo lo que el me preparaba–
— No agradezca, sabe que es parte de mi trabajo
Siempre era la misma respuesta, su sonrisa era muy hermosa y me daba lástima no poder interactuar tanto con él, ya que si los dos gorilas me veían hablando con alguien que no fueran ellos se lo notifican a Saki y eso no me agradaba y menos ahora que a estado tan estresado.
Termine de comer y el chico recogió mi plato, mire un momento hacia atrás y no vi que estuvieran los idiotas esos
— Alan ¿dónde vives? –le pregunté sonriendo, el castaño se volteó sonriendo y secando sus manos–
— Soy de la zona central de Tokio, cerca del restaurante del señor Shiba
— No se quién es...
— El señor Kisaki lo conoce, es un restaurante casi nuevo, él señor Shiba lo maneja con su esposa –él chico se volteó para tomar un vaso con agua junto con unas cuántas vitaminas, se acerco hasta dónde me encontraba y me las entregó, tome aquellas vitaminas sin protestar ya que Kisaki me obligaba a tomarlas para mejorar– y tu? Dónde vivías?
— ¿Yo? Bueno conoce el bar ____, yo trabajé ahí y vivía a unas cuantas cuadras
— Claro...se cual es ese bar... la barista del lugar desapareció sin dar ninguna explicación, la policía sigue buscándote
Cuando dijo eso sonreí levemente, si la policía sigue buscándome podría irme de aquí, podría conseguir mi libertad otra vez y dejar a Kisaki atrás o en las rejas, sé que otra persona se quedaría y viviría llena de lujos pero yo no quería eso, quería ser libre otra vez, hablar con mis amigas otra vez, saber que puedo salir de casa sin que se lleguen a enojar, saber que puedo tener nuevos amigos.
— Alan ayúdame a salir de aquí...por favor...–dije casi en susurro – por favor
El castaño estaba callado, pálido casi, el no mencionó nada a lo cuál yo acerqué mi mano un poco hacía el pero inesperadamente recibí un fuerte golpe a mi lado, rápidamente mire a un lado y pude ver una mano algo blanca y con sus venas resalando, mire hacía atrás rápidamen y pude ver la sonrisa de mi "pareja"
— Mi amor, me alegra ver que tengas una buena relación con el cocinero –sentí como se apegó un poco más a mi cuerpo y cono sus manos pasaban a estar sobre mis hombros los cuáles apretaba con fuerza, su mirada fue directamente hacia el castaño el cual entendió que debía irse ya– ¿me extrañaste?
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La obsesión (Kisaki Tetta x Lectora)
Hayran KurguAdvertencia. Esta historia no es recomendada para personas sensibles, tiene escenas fuertes, violaciones, golpes, tortura, síndrome de Estocolmo y amor ♡