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La vida después de ver salir a William de Villahermosa, no fue fácil para ninguno de los dos.

Edward por su parte, se pasó los días preguntándose si había hecho lo correcto y si no hubiera sido mejor, el conformarse con lo que este le ofrecía.

Lo cierto era que el modelo se sintió morir y en múltiples ocasiones, tanto su hermano como el resto de los integrantes de la casona, se lo encontraron acurrucado y llorando, en la habitación vacía, la cual el fotógrafo había ocupado.

Este se tumbada en la cama y abrazado a la almohada, la cual ya no conservaba el olor del ojiazul, rompía en llanto, aunque el estar allí, decía le era reconfortante pero muy dañino.

Su familia se preocupó mucho con el paso del tiempo, por lo que incluso terminaron llamando un psicólogo para que lo ayudase pues el modelo estaba tan triste y apagado que ni a trabajar quiso ir.

Entre tanto, el mayor pasó por muchas fases distintas, ya que este había salido muy furioso de Villahermosa, luego esa furia se había convertido en temor, después en decepción y por último en tristeza.

Con el dinero que conservaba, este se pudo pagar una habitación en un motel pero quedaba lejos de la agencia y no tenía coche, así que entre eso y el que no quería cruzarse con Edward, Zayn o Liam, acabó por dejarlo.

Nada supo de ellos, a pesar de que el taiwanés le llamó varias veces e incluso Harry lo hizo, ya que estaba muy preocupado por su hermano y sabía que el fotógrafo tenía la culpa.

Casi sin dinero y sin trabajo, el fotógrafo llamó a varios contactos con los que en su día había trabajado pero no tuvo suerte pues desde que habían sabido de su quiebra y su caída en picado en la agencia de modelos, todos le dieron la espalda.

Su orgullo no le permitía rebajarse a trabajar de camarero, dependiente o repartidor pues los consideraba trabajos mediocres, así que con la única cámara que le quedaba, luego de empeñar todo su equipo de nuevo, optó por fotografiar a los turistas.

No era mucho lo que ganaba pero tampoco tenía otros vicios, así que para la habitación y la comida tenía suficiente, aunque seguía esperando su golpe de suerte.

El recuerdo de Edward lo asediaba a cada paso, en cada rostro que veía, también ocupaba sus sueños y sus delirios, por lo que terminaba golpeando la pared con los nudillos hasta incluso hacerse sangre.

El recuerdo de Edward lo asediaba a cada paso, en cada rostro que veía, también ocupaba sus sueños y sus delirios, por lo que terminaba golpeando la pared con los nudillos hasta incluso hacerse sangre

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Tras dos semanas volviéndose loco entre las cuatro paredes de la minúscula habitación y sin poder desahogarse a gusto, más que masturbandose, este decidió salir a un bar gay y buscarse un sumiso.

La verdad nunca había hecho eso pues no lo había necesitado, ya que nunca habían faltado modelos dispuestos pero ya no tenía eso, así que debía improvisar.

Los hombres que frecuentaban esos lugares, eran en su mayoría chicos jóvenes e inexpertos y algún que otro maduro con dinero buscando pasar un rato.

Tras sentarse en la barra y pedir una copa de vino, ya varios se le acercaron curiosos pues este era la novedad de la noche, además de tener un gran atractivo.

Sin embargo, el fotógrafo no tardó en espantarlos uno a uno, ya que en cuanto les hablaba de su fetiche, la mayoría huían temerosos.

Otros a los cuales si les pareció bien ese tipo de experiencia, William los acabó perdiendo también, tras decirles que era mediante contrato de un año, por lo que estos se terminaron yendo por donde habían venido.

Luego de unas cuantas copas y con todo el local mirándolo con rechazo debido al boca a boca, el fotógrafo estaba por irse al motel y hacerse una nieva paja pero entonces vio entrar a un chico solo y con cara de desesperación, él cual le recordó a Liam, cuando lo había conocido.

El desconocido y jovencito chico se sentó en la barra también y entonces pidió una cerveza mientras echaba un vistazo a todo el local como si buscase a alguien.

...-Hola, buenas... he visto que estás solo, precioso-Le habló el mayor acercándose tambaleante.

-S-Si pero he quedado con alguien aquí, aunque no se su aspecto.

El fotógrafo lo miró de arriba a abajo, percatándose de que este tenía un delgado pero lindo cuerpo, aunque a su demacrada cara, le hacía falta un poco de maquillaje.

-Si me dices a quién buscas quizás pueda ayudarte-Habló nuevamente este.

El chico suspiró profundamente.

-Es un hombre con el que he quedado por teléfono para follar, dijo que era empresario y me pagaría el doble de lo que cobro pero me temo que ya se ha ido, he llegado tarde y ya se habrá pillado a otro

William lo miró con asombro.

-¿Eres un prostituto?

El chico asintió dudoso.

-Si...no...bueno, hoy iba a ser mi primer trabajo, lo cierto es que necesito el dinero, mis padres ya no quieren darme dinero y necesito pagarme mis pastillas.

El fotógrafo frunció el ceño e hizo una mueca.

-Oh mierda, entonces no me interesa, es una lástima.

El más joven lo miró curioso.

-¿A qué te prefieres?, ¿Acaso tu buscas compañía?

Este resopló con molestia.

-A mi me va el sado, chico y estoy buscando un sumiso con el que jugar.

-Oye pero puedo adaptarme a cualquier cosa no me descartes tam fácilmente.

El mayor negó.

-No acepto drogadictos.

El más joven negó también.

-Mis pastillas son para mi cáncer, no soy drogadicto.

William entonces resopló con pesar.

-Estás enfermo y quizás no aguantes mis sesiones son fuertes.

-Necesito el dinero, te haré precio.

-Oh pero yo no te pagaría, lo más que puedo es darte comida y un lugar donde dormir, mientras despega mi negocio.

El chico chasqueó la lengua con fastidio.

-Joder, entonces eres otro muerto de hambre como yo, maldita sea mi suerte-habló muy molesto-...lárgate, me espantarás a los posibles clientes.

El fotógrafo se bebió el último sorbo de su copa dispuesto a irse por fin pero entonces un tipo alto apareció y tras mirarlo le dio un puñetazo.

-¡Maldito hijo de puta degenerado!, ¡búscate tu propio puto, este es mío!-le gritó sujetando al chico por la cintura.

El fotógrafo se ofuscó, levantó el puño y lo golpeó con fuerza, debido a su furia acumulada, su frustración y su orgullo de macho, con tan mala suerte que el hombre cayó al suelo golpeadose en la cabeza contra uno de los peldaños de la escalera que llevaba a la planta alta.

Rápidamente reinó la histeria pues había un gran charco de sangre y el empresario no se movía.

-¡Lo has matado!, ¡asesino!, ¡asesino!-le gritó el chico llorando, agachado junto al inerte cuerpo.

El ojiazul sujetó la cabeza con las manos lleno de miedo y confusión.

-Yo no quería...fue un accidente...fue un accidente.

-¡Asesino!, ¡asesino!-le gritaron entonces todos los demás, señalandolo.

Finalmente, aterrado, este quiso escapar pero enseguida los guardias de seguridad de la puerta del local, lo sujetaron pues ya habían llamado a una ambulancia y también a la policía, los cuales ya venían en camino.

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Esto se complica 😱
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57. «Amigos», Larry Stylinson, Ziam, NiallJosh, Niallshawn, Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora