57. «Amigos», Larry Stylinson, Ziam, NiallJosh, Niallshawn, Omegaverse Terminada

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Bueno, he de decir que este será un capítulo muy duro y puede que bastante desagradable para muchos de vosotros, incluso yo me he sentido rara y molesta al hacerlo pero la historia lo requería. Aún así espero que entendáis a los personajes y no los odieis, ya que cada uno tiene sus cosas y su forma de vida. En la tolerancia está la fuerza.
A mi me gusta mucho tocar distintos temas, indagar, investigar e informarme, porque siempre puede haber alguien que se sienta identificad@ y pueda ayudarle.
Sin más, muchas gracias por seguirme en mi perfil los que lo hacéis (los que no, porfis hacedlo), gracias también a los que votáis y a los que comentáis.

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Liam estaba en su habitación leyendo un libro cuando de repente vio abrirse su puerta y aparecer a un sudoroso y molesto William.

—Te necesito, ahora.

El más joven tembló pues sabía que el fotógrafo venía muy alterado y eso significaba que dolería mucho.

—Amo n-no deberíam...

El mayor bufó y acto seguido lo agarró del brazo y lo llevó hasta su habitación, entonces cerró la puerta con llave y tras tirarle en la cama, abrió su armario y cogió la maleta donde guardaba los utensilios de juego.

—Desnudate, date prisa—le exigió abriendo la maleta y cogiendo el látigo—…estoy muy cabreado y necesito azotarte.

El ojimiel suspiró con pesar mientras de sus ojos corrían varias lágrimas.

—Si amo.

Luego quitarse la ropa, el modelo taiwanés se puso a cuatro patas y se quedó quieto.

William sonrió poderoso, entonces se quitó la camiseta y se puso tras este.

—Te azotaré seis veces, cuentalas, ¿Has entendido mi orden?

Liam asintió.

—Si amo.

El mayor levantó su brazo para darle fuerza al látigo y acto seguido azotó las nalgas del más joven el cual se agarró a la colcha con fuerza.

—U-Uno.

Tras escuchar contar, el fotógrafo volvió a repetir el mismo proceso.

—Do-Dos.

—Tr-Tres.

—Cu-Cuatro...

A cada latigazo dado, el fotógrafo fue jadeando de excitación, ya que sentir el poder en sus manos y tener el control, era su máximo erotismo.

—Se-Seis

Luego de escuchar contar ese último, este se bajó el pantalón donde su abultada polla ya apretaba sus pantalones.

—Prepárate, voy a follarte.

El ojimiel limpió rápidamente sus lágrimas y a continuación  se volvió a sujetar fuertemente a la colcha.

El fotógrafo tiró el latigo y se acercó a este, entonces alineó su polla con el agujero de este y se introdujo poco a poco mientras soltaba un profundo gemido.

El más joven apretó sus labios con fuerza pues no se le estaba permitido gritar, mientras que sentía como el mayor empezaba a moverse, sacando y metiendose en su interior.

—Oooohhh...siiiii....siii...joder....yo soy el amo...yo tengo el control, yo soy el que domina—dijo William con furia mientras comenzaba a aumentar las estocadas.