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La siguiente mañana de viernes, Zayn y Edward entraron en la agencia de modelos, ambos con un humor bastante distinto.

Mientras el castaño estaba de un humor de perros debido a los varios rechazos del fotógrafo, el mayor portaba una gran sonrisa, la cual traía a su primo realmente intrigado pero a pesar de pasarse todo el trayecto preguntándole, desde que habían salido de Villahermosa, este no había soltado prenda.

Lo cierto era que el primo mayor no quería adelantar acontecimientos pues no deseaba dar un paso en falso y estropear lo que había conseguido con el joven modelo taiwanés.

Al llegar a la zona donde todos sus compañeros estaban reunidos para saber sus itinerarios, este sintió a Liam pero lejos de que este le devolviera la sonrisa, miró hacia otro lado.

...—¿Qué demonios pasa?—se preguntó con confusión.

Durante el tiempo que duraron las sesiones de fotos, el morocho no le sacó ojo al ojimiel, quién se comportaba extrañamente nervioso y frío.

En el descanso, bastante molesto, el mayor se le acercó.

—¿Se puede saber por qué estás así?, creí que tú y yo, ayer habíamos congeniado, incluso nos besamos.

—Shssss....habla más bajo, no quiero que nadie te escuche.

Zayn resopló.

—¿De qué va todo esto?, realmente eres un tipo muy raro—susurró—… ¿Por qué no quieres que sepan que nos llevamos bien y que hay algo entre nosotr...

—Porque no lo hay—le interrumpió Liam—…¿Me has oído bien?, tú y yo solo somos compañeros de trabajo, ni siquiera somos amigos.

El mayor soltó un sonoro bufido.

—Ah no, ¿Y que hay de los besos que nos dimos?, ¿Qué hay de eso que dijiste de que te había salvado la vida y era un ángel?—susurró con enfado.

El ojimiel miró a su alrededor y entonces lo cogió del brazo para llevarlo lejos de oídos y miradas curiosas.

—Oye, la cena estuvo bien, los besos fueron geniales, además toda la vida te agradeceré el que me hayas salvado pero como te dije, esto no puede ser, no puede haber nada entre nosotros...ya he roto muchas reglas, hablándote y saliendo contigo.

El morocho volvió a mirarlo con confusión.

—¿De que demonios estás hablando?, ¿De qué reglas hablas?, en serio no entiendo qué esto lo hagas porque te quieras concentrar en tu carrera...el amor es compatible con el trabajo.

Liam negó.

—Mira, eres un hombre genial pero esto no puede ser, lo siento...olvídate de mi, por favor, te lo ruego.

Tras decir eso, el más joven se fue y volvió junto a los demás, donde Edward y un más que molesto William, estaban ultimando los detalles de las siguientes sesiones de fotos.

Zayn, el cual se había quedado lleno de frustración pues nunca le habían dado calabazas, apretó los puños furioso, ya que sentía una ganas enormes de ir junto a el rebelde modelo, llevarlo en volandas hasta su casa y follárselo hasta conseguir desahogarse.

—Pero...¿Qué demonios le pasa a ese hombre?, ni de coña se crea que voy a desistir y quedarme quieto... él será mío, esto ya es cuestión por orgullo.

Mientras en la casona Villahermosa, todo seguía igual, por lo que Harry aburrido de su encierro decidió salir un rato pues después de pasarse tantos días en su habitación, los cuales había sido realmente duros, echaba de menos estar en su estudio.

A pesar de saber que su nana le echaría una buena reprimenda, este caminó por el pasillo y luego bajó las escaleras hasta el recibidor.

Un olor realmente delicioso llegó entonces a sus fosas nasales, así que con su estómago ronroneandole por el hambre, cambió su dirección y fue a ver lo que estaba haciendo Berta para la cena.

Luego de asomar la cabeza, este comprobó que quién estaba en la cocina no era otro que Louis.

—Mnmm, huele delicioso—Habló desde la puerta.

El castaño se giró y lo miró con sorpresa.

—¿Q-Qué haces levantado?, vuelve a subir, no puedes andarte por ahí.

El mayor hizo casi omiso y se acercó a curiosear entre las cacerolas.

—Me aburría mucho y además ya estoy bien, es una tontería estar en mi cuarto por más días.

El futbolista frunció el ceño.

—Pero el médico dijo que debías estar en reposo, es decir tumbado... podrías volver a marearte.

El gemelo ojiverdesuspiró con pesar e hizo un puchero.

—No me regañes tú también, seguro que ya nana lo hará...no seas malo conmigo.

El ojiazul sonrió ante eso.

—Yo que tú me volvería rápido a la cama, ella está en el jardín y no creo que tarde.

El músico se acercó más a este y posó su cabeza en el hombro.

—Amigo, ten piedad de este hombre hambriento.

Este resopló.

—Ok, ok, siéntate, te serviré un poco.

Harry sonrió y acto seguido obedeció sentándose en la mesa.

Con gran habilidad, el moreno puso los cubiertos, sirvió la comida en los platos y los puso ante este.

—Wow, todo tiene una pinta deliciosa, por cierto, ¿lo has hecho tú?.

El futbolista rió.

—No, ¿cómo crees?, esto es cosa de Berta y de mi madre, yo solo me estaba sirviendo un poco cuando has llegado.

El mayor asintió sonriendo.

—Anda siéntate tú también, hay mucho para los dos.

Louis asintió y entonces se sentó frente a él.

—Gracias, buen provecho.

—Buen provecho a ti también.

Durante la comida, ambos chicos compartieron los alimentos y también risas y miradas, las cuales se volvieron un tanto extrañas, en cuanto ambos se dejaron llevar y Harry se le escapó un piropo acerca de lo bien que le quedaba el delantal.

Nervioso, el futbolista se levantó rápidamente y empezó a recogerlo todo.

—Oye, ¿no te habrás enfadado por lo que te dije?, por favor perdona, no creí que te resultase molesto, solo quería hacerte un cumplido pero está visto que no sirvo para esto.

—No, no es culpa tuya, lo que pasa es que tengo prisa, debo ir a...a...

—¿A dónde?

—Emm...a...a casa de Stan.. si eso, a casa de mi novio—mintió el castaño.

El músico asintió con tristeza y a continuación se levantó también.

—Oh, entiendo...bueno entonces te dejo y me vuelvo arriba, que os divirtais, hasta luego.

—Si, hasta luego.

El ojiverde abandonó la cocina pero no fue a su dormitorio como había dicho, en lugar de eso, se encerró en su estudio y sentó en el taburete de su batería , donde sin poder contenerse rompió a llorar.

En la cocina, el castaño lo recogió todo y acto seguido se sacó el delantal y tras mirarlo con molestia lo lanzó al suelo y luego salió al jardín para despejarse.

Realmente no sabía porqué había sacado la mentira de ir a ver a su falso novio, aunque creía que el mayor solo le había dicho esa tontería intentando hacer una gracia.

—Maldita sea, ¿por qué soy tan estúpido?, debería decirle de una maldita vez y que sea lo que Dios quiera pero no sé, me da miedo, seguramente crea que soy de lo peor.

......

😱😱😱😱

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57. «Amigos», Larry Stylinson, Ziam, NiallJosh, Niallshawn, Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora