Capítulo X: El pichón debe volar

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Capítulo X: El pichón debe volar.

Estaba sumergido en mis sueños cuando de pronto unos fuertes golpes en el vidrio de la cápsula me despertaron, por un momento me asusté, pensé que se trataba de algo malo, pues en todo el viaje nada había interrumpido mi estadía. Los golpes eran de la tripulación de la nave que me pedían que me preparara para despegar, en el momento estaba muy confundido ¿Despegar? ¿a caso no estábamos volando?. En efecto nos encontrábamos surcando los cielos en una de las máquinas voladoras más perfectas creadas, pero debíamos tocar tierra en una nave más modesta para no levantar sospechas. Noté que habíamos reducido notablemente la velocidad, nos desplazábamos a la velocidad normal de un vuelo comercial, salimos de la cápsulas y nos quitamos los trajes, era hora de ir a la zona de carga. Caminamos en las entrañas del dragón Atlántico hasta llegar a la zona de carga donde se encontraba la avión que nos transportaría, era de un tamaño estándar, lo suficiente para llevar a unas 20 personas y sin embargo todavía quedaba mucho espacio para colocar unas cuantas cosas. Me parecía sorprendente que una aeronave de tales magnitudes pudiera estar sin problemas aquí, aunque después de todo no debía sorprenderme, ¿a caso había olvidado en qué titán me encontraba?

Sin mucho tiempo que perder ocupamos nuestros puestos en la avión, nos abrochamos los cinturones y esperamos la cuenta regresiva, al concluir esta, todos los amarres se soltaron y la compuerta de carga se abrió, mostrando el océano y el sol que se asomaba a lo lejos. Me había acostumbrado tanto a la poca luz de la nave que al ver el espectáculo luminoso del amanecer quedé cegado, nuestra nave se desplazó poco a poco hacía atrás, hasta salir del compartimiento de carga. Mantuvimos la estabilidad planeando y luego se encendieron los motores principales, desde nuestra ventana más próxima podían verse las islas que eran nuestro destino, aquellas cuya ubicación era más allá de "las columnas de Hércules", conocidas hoy como estrecho Gibraltar.

Mientras la nave se preparaba para aterrizar repasábamos nuestro plan de acción, supuestamente éramos los enviados de un nuevo instituto de estudios arqueológicos y antropológicos, nuestra misión era datar y fechar el desarrollo de las tribus originarias de la región. El señor Pablo López sería el único que actuaría en base a su propia identidad, pues en realidad era el único que conocía de la materia, así que seguramente convencería a cualquiera de la autenticidad de nuestro trabajo. Los demás seríamos escoltas, ayudantes, estudiantes, en realidad seríamos como personajes de comparsa que seguramente serían muy fáciles de olvidar. No habíamos ni aterrizado cuando ya me había percatado que poner al mando a López sólo alimentaría su ya de por sí gran Ego, ni en los momentos donde la turbulencia estremecía la nave se callaba, admiraba su insistencia en demostrar lo importante que se había vuelto, aunque me divertía que en el fondo seguía siendo el científico loco que todos rechazaron.

Por fortuna el aterrizaje pareció asustar al señor Pablo y este paró sus molestas intervenciones hasta que el avión se detuvo por completo, la tripulación de la nave no pudo soportarlo y le pidieron que no abriera la boca hasta que ellos se lo ordenasen. Bajamos del avión y una comisión nos recibió, allí el señor López explicó con lujo detalle el supuesto motivo de nuestra llegada a la isla, tras una pequeña inspección de documentos se nos dejó entrar y tuvimos que bajar nuestro equipaje.

No era un aeropuerto ni muy grande, ni muy concurrido pues no era de uso turístico, era para vuelos privados y exclusivos. Me encantaba el ambiente, los vientos eran fuertes y el sol resplandeciente, era fácil intuir que bellas playas estaban a pocos kilómetros de allí. El aire estaba impregnado con un leve olor salitre que invitaba al disfrute de las costas, pero lo más posible es que no pudiera hacerlo por la naturaleza de mi trabajo, aunque sólo fuera una ilusión, me gustaba imaginar que estaba en las agua de esos parajes exóticos y muy codiciados por los turistas.

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