La chica de los mil pañuelos.《Niall Horan》|corrigiendo|

Piruetas.

Sin duda, si había algo que le desagradaba a Niall era despertar sin sueño a la mitad de la noche, y más si al día siguiente tenía que rendir un examen. Ni darse vueltas ni contar ovejas le servía cuando le pasaba, por lo que bajaba al sótano y jugaba un rato de una manera mas silenciosa que de costumbre y luego volvía a su habitación.

La llamada de Zayn de esa tarde había dejado algo dando vuelta en su mente, nunca habían sido de charlar mucho y de pronto se encontraban teniendo una conversación bastante larga de temas banales pero que a los dos les resonaban en la cabeza, en especial a Niall.

―No es normal que estés a esta hora acá abajo, puedes pescar un resfrío.

―Me asustaste mamá, ¿te desperté?

―No fuiste tú, no pude seguir durmiendo.

―¿Qué pasa?, ¿te preocupa algo?― preguntó Niall con miras a sacar el tema de Mika.

―Es tu abuela, ha visitado al doctor porque no se siente nada bien, y le han mandado a hacer muchas pruebas, entre ellas― se detuvo un momento para tomar una bocanada de aire y prosiguió, como cuando desinflas un globo―. Una prueba para determinar si tiene alzheimer.

Que difícil le era ver a su madre desmoronarse de a poco, primero conteniendo sus lágrimas y luego cuando comenzaban a caer sobre sus mejillas. Cuando es algo que nunca te toca presenciar nada se mueve dentro de ti, pero cuando sucede muchas cosas cambian.

Niall y sus abuelos nunca fueron los más cercanos, compartían de vez en cuando para los cumpleaños y algunas visitas que hacían, era por un problema que tuvo su madre y su abuela antes de que naciera Greg, o eso es lo que escuchó a hurtadillas cuando era pequeño.

Se acercó a Maura con la intención de abrazarla, dejando su juego a la mitad para poder contenerla de mejor manera. Se lamentaba en silencio, o eso parecía.

―¿Quién te lo ha dicho?, sabes que Kate puede llegar a ser bastante exagerada a veces y...

―Me llamó tu abuelo.

Y con eso estuvo estuvo seguro de que todo lo que le dijo su madre estaba en lo cierto. Tendrían que sin duda dejar lo de Mika para otro día.

...

―Si pudieras elegir un super poder, cualquier cosa, ¿qué sería?― preguntó Oliver mientras almorzaban en la cocina ese martes, cuando recién había vuelto de Galway.

―¿Qué clase de pregunta es esa?, no lo sé, quizá volar sería una buena opción.

―Jeff me la ha hecho cuando subía al tren, me dijo que te la hiciera.

―En vez de mandar saludos, te hace llegar con una pregunta tonta. Lo tengo.

―Oye, si te mandó saludos, solo es que se me olvidó entregártelos― aseguró y se echó a la boca una gran cantidad de arroz.

―¿Qué más puedes contarme de tu semana allá?

―Nada fuera de lo común, pero vamos, un pajarillo me ha contado un par de cosas sobre Niall y tú.

―¿Los chicos?, no debes creerles, no son de fiar con esto.

―¿Lo vas a negar?

Recogió su plato y el de él, llevándolos al mesón. ―No, sólo digo que tienden a exagerar las cosas a veces.

―Entonces, ¿están saliendo o no?

―No.

―¿Planean hacerlo?

El timbre, un poco más fuerte que el común de las campanitas, llenó con su sonido toda la casa, dejando para después su charla.

―¡Kyle!, ¡Jeff!― se dejó abrazar por sus primos, que venían con dos maletas y un par de bolsas―. ¿Qué hacen acá?