La chica de los mil pañuelos.《Niall Horan》|corrigiendo|

Teléfonos.

La primera reacción de Mika fue lanzarle una mirada cargada de duda y confusión. Aunque le costara aceptarlo, él tenía toda la razón, y ya que se mostraba de ese modo, no veía la negativa para contarle sobre los exámenes que la estaban abrumando.

—Verás —buscó las palabras que irían mejor en ese contexto—, ¿recuerdas que hace unos días te dije que tenía que dar tres exámenes porque me llevaba las materias?, bueno, lo que alcanzaste a percibir fue un colapso, durante el receso me entregaron los contenidos y me abrumé.

—Vamos, queda tiempo aún, no creo que sea tan terrible —Mika solo asintió. La diferencia entre ellos dos era que él de por sí, asistía a todas las clases, o por lo menos a la mayoría, mientras que ella debía valerse de apuntes y guías de trabajo.

—Eso espero.

La estruendosa campana que indicaba el inicio de la hora de almuerzo golpeó de pronto a los chicos, quienes se encontraban justo fuera de sus respectivos salones. Muchos chicos comenzaron a salir rápidamente con dirección a la cafetería. Ambos buscaban a sus amigos para ir juntos, pero al parecer, se habían adelantado bastante.

—Niall —una chica delgada y rubia, a la cual Mika no conocía se aproximó a su compañero y tocó su hombro con cuidado, procurando tal vez, no causarle molestia.

—Ellie —su tono de voz era cansado, como si fuera un suplicio de primera.

— ¿Crees que podamos, ya sabes, hablar ahora?

Mika empezó a sentir que sobraba en aquella conversación, por lo que a paso lento se comenzó a alejar, hasta que Niall le hizo un gento de espérame-un-momento con la mano. De igual manera dio algunos pasos atrás para evitar escuchar esa conversación. Entró en silencio al salón para sacar sus cosas y volvió al punto donde se desarrollaba una conversación importante.

— ¿Cuántas veces quieres que te lo diga Niall?, lo siento.

—Ya acabó, yo ya di el paso al lado, tu puedes hacer lo mismo —había logrado controlar su ataque de nervios, porque ella producía eso en él, nerviosismo, y si seguía así, lo próximo que produciría en él sería exasperación.

— ¿Echaremos por la borda todos esos meses de relación?, todas las parejas sin excepción tienen crisis durante sus relaciones. Podemos superarlo.

—Mira Ellie, ¿para qué te voy a mentir?, me dolió y no me da miedo admitirlo frente a ti, no fui yo quien comenzó a mirar al lado esperando a que todo siguiera como antes. Porque aunque aún te quiero, ya no confío en ti, y tú misma era la que siempre me recordaba que la base de las relaciones es la confianza.

— ¿O sea, que esto queda hasta acá?

—Ambos sabemos la respuesta de esa pregunta.

Niall apuntó con la cabeza la dirección a la cafetería y caminaron en silencio, nuevamente. Buscaron a su grupo de amigos pero no se veían por ningún lado, esas cuatro paredes estaban abarrotadas de gente, la cual acostumbraba almorzar en la cancha o en cualquier lugar al aire libre.

—Bueno, citando tus palabras, puedes contarme si es que quieres. Tu expresión está cansada y tu sonrisa desapareció, ya no puedo ver tus dientes —habían tomado asiento en una pequeña mesa junto al ventanal que yacía empapado para las minúsculas gotas de lluvia.

— ¿En serio quieres escuchar?, es algo realmente estúpido.

—No creo que sea tan estúpido si logró cambiar tu humor tan rápido.

—Bien, resumiré la historia. La chica con al que estaba hablando se llama Ellie, y éramos novios hasta la semana pasada o algo así.

— ¿Éramos?, eso suena duro. ¿Qué les pasó?