CAPITULO 9

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Era el segundo día en el que Hermione y Draco tenían que verse por la tarde para cumplir con el castigo de Slughorm. Por la mañana la castaña estaba desayunando con sus amigos cuando un grupo de lechuzas empezaron a volar por todo el comedor, una derrapó por toda la mesa de los leones tirando toda la comida encima de los alumnos hasta llegar a Hermion.

La castaña nada más ver a el pájaro sabía perfectamente de quien era la carta que la acababa de llegar, solo Ron tenía una lechuza tan torpe y descuidada. Le dio una golosina a la lechuza y recogió la carta:

"Hola Hermione, hace un montón que no te escribo es que he tenido mucho trabajo, ya que el otro día un grupo de magos irrumpieron en un bar de Londres haciendo magia delante de muggles y tuvimos que borrar la memoria a todas las personas del bar.

Bueno, al caso, te escribo para avisarte de que Mcgonagall ha a organizado un baile para dentro de unas cuantas semanas  y va a invitar a gente del ministerio, por supuesto Harry y yo vamos a ir, solo te mandaba esta carta para avisarte y porque Ginny me contó que Slughorm te castigó con Malfoy.- Hermione maldijo unas cuantas veces a su amiga por ser tan bocazas.- me imagino como será aguatar a ese creído toda una tarde.

Bueno Hermione te prometo que te escribiré más seguido, y por favor, no le digas nada a Ginny que Harry y yo vamos por que la quiere dar una sorpresa. 

Un beso."

Hermione estaba muy contenta de que fueran a venir sus amigos a Hogwarts y de que hubiera un gran baile con gente del ministerio, así podría conocer y hablar con gente del ministerio.

Su amiga Ginny entró corriendo en el gran comedor, sentándose al lado de ella en la mesa.

-Hey Herms, que tal te va, oye al final ayer no me contaste nada del castigo con Malfoy, y me parece fatal de que estés ocultando un cotilleo tan grande como ese.

-Ginny, es que no pasó nada solo estuvimos callados mientras leíamos como te dije ayer.

-Bueno bueno... ¡Oye, que tienes ahí! ¿Es una carta?.

-Ehhh si, me la mandó Ron para ver que tal estaba y todo eso.

-¿Y te dice algo interesante?.

-No nada nada nada, ya sabes como es tú hermano no dice nada interesante que va a decir.

-Madre mía Hermione estás muy rara, ¿te encuentras bien?.

-Pues fíjate que no, me duele mucho ehh... la garganta y la barriga. De hecho me voy a la biblioteca antes de la primera clase haber si se me pasa.- Hermione se levantó corriendo de la mesa, su amiga la lograba sacar todos los secretos y antes de arruinarle la sorpresa a Harry prefería salir corriendo de allí.

Se metió en la biblioteca a toda prisa sin darse cuenta de que un chico alto y rubio estaba saliendo a la misma vez que ella entraba. Los dos chicos se tropezaron entre sí haciendo que los dos chicos se cayeran al suelo quedando la castaña encima de Draco.

-Mira Granger se que tienes ganas de probar lo que todas las chicas dicen de mi pero te agradecería de que fueras más discreta.

-Malfoy nunca me podría atraer un chico como tú que en lo único en lo que se fija es en el estatus de sangre.- Hermione en ese momento se fijó que los ojos del chico eran de un color grisáceo, parecido al color del hielo, sus pensamientos fueron interrumpidos por el rubio.

-Granger todas las chicas darían un montón por estar en la situación que estás tú ahora mismo.- Draco en ese momento se fijó en los coloretes que le estaban saliendo a la castaña, además se fijó en los ojos de esa chica, llevaba con ella desde primer curso y nunca se fijó en el color chocolate de los ojos de ella.-Ehh sangre sucia, no es por interrumpir la fantasía que estás teniendo conmigo en estos momentos pero te agradecería que te levantaras de encima mío.

Sentimientos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora