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Arrimada sobre mi puerta se encontraba chucky, mirándome con una sonrisa hermosa.

—¿Tú?— grandiosa pregunta que hice.

—Así me recibes, licenciada guapa, que mal de tu parte— reía al ver mi cara de idiota. Debía confesar que me gustó verla en mi puerta, pero ya saben, eso jamás se sabrá.

—Hola, puedes decirme ¿qué haces aquí?— no quería parecer molesta, pero lo estaba.

—Qué carácter, ni porque eres profesional cambias tu actitud.

—Ya dime, tu novia debe estar buscándote. No estoy celosa, no estoy celosa, no estoy... YA, ¡demonios! si lo estoy

—¿Novia? yo no tengo, quisiera, pero ella no me quiere— creo que se refiere a Rosé... ¿o no? — ¿Me vas a invitar a pasar o nos quedamos aquí toda la noche?— preguntaba sin quitar su sonrisa.

Era mejor dejar eso hasta ahí, no me interesa su vida sentimental.

Como no

Cállate tú no sabes nada

Mentirosa

Subconsciente desaparece.

—Ahh... Jennie, sigo esperando que digas algo

— sí, nuevamente me había quedado en la nebulosa.

—Perdón.

Me dirigí a la puerta abriéndola y dejándola pasar primero a ella. Bueno también quería verla, no sé si lo había dicho pero tiene un cuerpo deseable, no soy morbosa... un poco, ni que fuera ciega para no reconocer lo buena que está.

Ya dentro de casa, la vi dirigirse a mi cocina, si busca comida no creo que encuentre.

—¿Qué haces Lisa?— la vi abriendo unas fundas. Que despistada soy, nunca me fijé que las había traído ella.

—Traje comida, para celebrar tu recibimiento como se debe—claro de tal hermano tal hermana.

—Yo acabo de regresar de comer con Ten, fue el único que estuvo conmigo—no es reclamo, claro que no.

—Yo quería estar ahí, pero fui con Rosé a una scuola a dar charlas sobre el consumo de drogas, y olvidé el celular en casa— bonita excusa.

—Da igual, lo importante es que presenté mi proyecto y solo tengo que esperar mi graduación— no iba admitir que me dolió no verla.

—Te prometo que voy a estar ahí.

—No prometas cosas que tal vez no cumplas— vi que bajó la mirada, y de repente reaccioné— No, no me refiero a eso, es que...

—Está bien, tienes razón—joder la regué completamente. —Creo que es mejor que me vaya, tú no tienes hambre y a mí se me ha ido. La vi pasar por mi lado, cabizbaja. No me aguanté las ganas y la abracé desde atrás, poniendo mi cabeza en su cuello para poder hablarle.

—Lo siento en serio, no quise decir eso. Estaba un poco enojada porque no fuiste, pero olvida todo por favor— sentí como quería soltarse, e hice más presión. —Por favor, perdóname— quien diría que comenzaría a perder mi orgullo por ella.

—Ti perdono, pero...— se quedó callada. —¿Pero? —Pero me das un beso— ahí iba de aprovechada la muy descarada. Intenté soltarla pero ella agarró mis manos para mantenernos juntas.

—Lisa, suéltame

—Solo un besito— parecía niña pequeña rogando. También me moría por besarla, pero siento que no es el momento, por eso me acerqué y le dejé un pequeño beso en su cuello, lo cual provocó que su cuerpo se estremeciera algo que no pasó desapercibido para mí. De esa manera aflojo su agarre y pude separarme de ella.

—Aww, che bello si sentiva— era un poema verla con sus ojitos cerrados y sonriendo.

—No exageres

—Non esagero, hasta me volvió el hambre. Vamos a comer—no pues, se nota la emoción que tiene.

Sirvió en unos platos la comida que había traído, y nos sentamos en el mueble, curioseando en la TV que había de bueno. La noche pintaba bien, hace mucho tiempo que no pasábamos así, yo con mi tesis y ella con sus terapias no nos había dado la oportunidad de juntarnos, bueno tampoco es que hayamos sido grandes amigas... yo no quiero ser su amiga.

—Te doy un centavo por tus pensamientos— me había quedado en blanco, como siempre.

—Ja, valen mucho más que eso. No crees que ya es muy tarde.

—¿Me estas botando?

—No, solo que es tarde y no quiero que te pase nada por salir a estas horas.

—Eso se puede arreglar, ¿me dejas dormir aquí?— dormir, no creo que pueda dormir con ella cerca.

—No sé si sea buena idea

—Ay, ya he dormido aquí antes, claro que es buena idea. Si salgo, me pueden robar, secuestrar, hasta violar. Tú no quieres eso ¿o sí?— me preguntaba seriamente.

—Pues no

—Chiaro, tú quieres ser la que me viole— lo decía coqueteándome

—No

—Yo sé que sí, no pondría resistencia, dejaría que me hagas de todo.

—No seas idiota, no fantasees

—Es broma donna. Tú no me tocarías ni con un palo, porque soy fea, horrible, y no te gusto— creo que no existe chica más dramática que esta.

—Para con esto Liz, tú más que nadie sabes lo buena que estas— un momento... ¿yo acabo de decir eso?

—Así que buena, EH... ¿qué tan buena soy para ti? Mientras lo decía comenzaba acercarse, arrinconándome en el mueble, la veía tan cerca de mí que sentía su aliento sobre mis labios, solo faltaba un poco para sentirlos, hasta que de repente...

***

Esta historia no me pertenece, es una adaptación de La hermana de mi Mejor Amigo de Myrac93.

LA HERMANA DE MI MEJOR AMIGO - JENLISA ADAPTACIÓN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora