23

4.1K 460 123
                                    

Decir que pude dormir esa noche es mentira, a duras penas pude cerrar mis ojos. Cualquier roce que tenía en mi entrepierna me exaltaba.

Como odiaba a esa niña 

—¿Qué tal dormiste, Jen?— ni me había percatado que se encontraba despierta la causante de mi desvelo. 

—Que te importa— gruñí 

—Cielos pero que carácter, ¿no te apetece un mañanero?— se atrevió a insinuar la imbécil. 

—No me fastidies, quieres. 

—Es increíble tu carácter. Y no te entiendo, paré porque pensé que eso querías. 

—Tú no sabes lo que quiero. 

—Allora dimmi— se había puesto de costado para poder verme mientras hablamos. 

—No quiero. 

—Ves, tu sei la bambina que no afronta lo que quiere en realidad. 

—Eso no es verdad. 

—Si lo è, sei una bambina que le da miedo aceptar lo que siente y prefiere comportarse como un... 

No la dejé terminar, porque me apoderé de sus labios, volviendo a recostarla en la cama mientras yo me encontraba encima de ella. 

Estaba entre molesta y excitada por todo lo que había pasado, que la besé con desespero, mordía su labio inferior haciéndola suspirar y volviendo a aprisionar sus labios, succionando su lengua con demasía. 

Esto debe ser la gloria. 

—Esto es lo que quiero, Chucky— le susurré en su oído. 

Mientras besaba su cuello y mordía a la vez, de seguro quedarían marcas pero no me importa. 

Marcarla como si fuera tuya, que astuta. 

Shh... 

Bajé el pantalón de su pijama para poder acariciar sus piernas sin tener impedimento alguno; Su piel es demasiado suave, llevaba mis manos hasta sus tobillos y los subía hasta llegar a la parte posterior de sus muslos, que dicha era tenerla así. 

Lisa estaba completamente enajenada con todo lo que le hacía, sentía que estaba en shock 

—No me hagas sufrir más, per favore — me decía totalmente entregada a mí. 

—Qué quieres que haga, dímelo— le pregunté, mientras mi mano se apoderó de uno de sus pechos, sintiendo como se agitaba más. 

—T-tú s-sabes— gimió 

—Yo no sé nada, dímelo tú— le dije en tono muy provocador. 

—Follame, quiero tus dedos dentro de mí ahora, no aguantó más

—Diablos, señorita. Ese lenguaje. 

—N-non i-importa 

—Pero hay un problema 

—¿Qué?— sentía que iba a llorar, en algún momento 

—Soy una bambina, que tiene miedo y no afronta sus problemas, así que no podré hacer lo que me pides. 

Si señores, la venganza es dulce. Y se lo había hecho pagar, así aprenderá que conmigo nadie se mete. 

—Eres una hija de PUTA— me gritó enojada 

—Controla esa lengua, Lisa 

— ¿Cómo me haces esto? 

—Tú me lo hiciste anoche. Te aconsejo una ducha con agua bien fría, funciona muy bien. 

—Me la vas a pagar 

—Como digas. Iré a preparar el desayuno.  —No tengo hambre 

—No te ofrecí tampoco 

Y así abandoné el cuarto, dejando una Lisa enojada y caliente a la vez. Como me había divertido, aunque mis bragas estuvieran húmedas también, rayos. 

Hice unos huevos revueltos, unas tostadas, fruta picada y jugo de naranja. Algo básico para un desayuno. 

—Que rico huele, ¿non mi darai? 

—Dijiste que no querías 

—Es lo menos que puedes hacer después de dejarme con hambre. 

—¿Hambre?— me quedó viendo con cara de pocos amigos— Oh ya, claro. Siéntate ya te sirvo. 

—Che bello sei tu 

De esta manera comimos en total silencio, solo sentía las miradas que me dedicaba Lisa por momentos. 

—¿Qué tanto me miras?— le pregunté, mientras seguía desayunando 

—No te estoy viendo 

—Ajá 

—¿Qué tienes de postre?— esta chica está loca 

—¿Postre? Es desayuno, no hay postre 

—Che importa. A mí me gustaría de postre lo que tienes entre tus piernas— en ese momento sentí como mi rostro se ponía rojo completamente. 

—Mejor cállate Lisa

—¿Por qué? Solo digo la verdad 

—A mí no me interesa saberlo 

—A mí me interesa que lo sepas. Vas a ver que unos de estos días me como ese postre. 

—En tus sueños tal vez 

—Ahí ya me lo he comido, y varias veces— me lo dijo, mientras se llevaba un trozo de fruta a su boca y me guiñaba un ojo. 

Uff comenzó a hacer calor 

El arca de Noé se viene 

Ca-lla-te 

—No te pregunté. Como que ya es hora de que vayas a tu casa, ¿no crees? 

—Tan de mañana me botas. Por lo menos deja que lave la vajilla, debo ser cordial contigo. 

—Como quieras. Yo voy a bañarme. 

—Camminare, ya te alcanzo 

—Ni se te ocurra  —Es broma, donna. 

Fui a la ducha y comencé a bañarme, necesitaba quitarme los rastros que tenía de hoy en la mañana. 

Que placer sentía cuando el agua recorría mi espalda, estaba a un clima agradable. 

Mis ojos se encontraban cerrados disfrutando el momento. 

—¿No quieres que te restriegue la espalda? 

Esas palabras me hicieron abrir los ojos de golpe, volteándome para ver a una Lisa muy sonriente viendo mi cuerpo, mientras mordía su labio inferior. 

—QUE DEMONIOS HACES AQUÍ 

—Observando el paisaje— Vi cómo comenzó a desnudarse frente a mis ojos 

—¿Qué crees que haces? 

—Tengo calor y quiero bañarme contigo. 

Y así comenzó a entrar al espacio de la ducha, poniéndose frente a mí. 

—Si esta es tu venganza, te juro que no te va a salir—Le mencionaba, un poco nerviosa por la situación. 

—Shh... Solo quiero bañarme contigo y...

***

Esta historia no me pertenece, es una adaptación de La hermana de mi Mejor Amigo de Myrac93.

LA HERMANA DE MI MEJOR AMIGO - JENLISA ADAPTACIÓN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora