LA HERMANA DE MI MEJOR AMIGO - JENLISA ADAPTACIÓN.

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Sé que yo lo había provocado, pero ¡demonios! no pensé que reaccionaría así.

Tenerla encima de mí estaba haciendo estragos en todo mi cuerpo, sentía palpitar cosas donde no debería.

De esta no te salvas chiquita

No es el mejor momento para que aparezcas.

Relájate y disfruta

Esto no está bien, tengo novio

Al carajo tu novio

Vaya con mi subconsciente, le va la infidelidad

—¿En qué piensas?— ni en estos momentos puedo dejar de irme en mi nebulosa.

—Si debo llamar a la policía, por tu intento de violación.

—Pero que dices, si solo estoy encima de ti disfrutando el panorama.

—Y... ¿Te gusta lo que ves?— lo dije en un tono sugerente.

Aunque no habia luz, por mi ventana se filtraba la luminiscencia de la luna.

No me reconozco

—Si hubiera luz fuera mucho mejor, ma mi piace lo que puedo apreciar— sentí como descendió su rostro haciéndose lugar en mi cuello, sentía su respiración caliente en mi oreja. No sé si me resista más.

—Debes parar, por favor— Mi voz se escuchaba entrecortada, con tan poco me estaba comenzando a excitar.

Pero ella hizo caso omiso a mis palabras. Siguió respirando cerca de mi oído, mientras su mano se deslizaba por mi hombro hasta llegar a mi muslo.

El solo roce de su mano me erizaba completamente la piel.

—Déjame besarte, per favore— me decía, mientras me daba pequeños besos en mi cuello.

—No... es buena idea— sus labios siguieron su recorrido por mi mentón hasta llegar a la comisura de mi boca.

En ese momento perdí toda mi cordura, y fui yo quien se apoderó de sus labios.

¡Joder!

Este beso no se comparaba con nada al que nos habíamos dado anteriormente.

Nada que ver, en este había más pasión. Sí que sabía besar, me estaba volviendo loca.

Sentí como intentaba meter su lengua y como buena samaritana que soy la dejé entrar sin problemas.

¡Dios que placer!

Por suerte tienes novio, eh

Shh...

Me atreví a tocar su piel, sin querer queriendo roce su trasero, pero rápidamente la retiré, tenía un poco de vergüenza hacerlo.

—Toca lo que quieras, è tuo— susurró, separándose por un momento de mis labios.

Y bueno, ya que tenía permiso, comencé a acariciarla; tenía su trasero duro, se nota que hace ejercicio. Con mi otra mano acaricié su vientre, la subía hasta llegar al inicio de sus pechos y de nuevo bajaba.

Ella era más rápida, tenía su mano por dentro de la camisa de mi pijama haciéndome sentir estragos en la parte baja de mi vientre.

Que calorcito que comenzaba hacer.

Debo confesar que jamás había sentido esto, con ella mi calentura estaba por los cielos, todo ardía.

Con Jong-in, el sexo era muy convencional, monótono, se perdía la chispa en el momento de estar haciéndolo, no sabía tocarme, es la verdad.

Su mano subió hasta apoderarse de uno de mis pechos, lo cual provocó que me exaltara, por la sorpresa. Comenzó a masajearlo suavemente, mientras continuaba besándome, su otra mano se mantenía en mi muslo.

No me quería quedar atrás así que aprisione su trasero con mi mano provocando un suspiro por parte de ella. Que placer escucharla.

Decir que me encontraba mojada era poco para lo que tenía.

El arca de Noé le decían.

Cállate.

Ni en estos momentos placenteros desaparece.

—Sabes de que tengo ganas— habló cuando separó sus labios de mí.

Yo más que excitada, a duras penas pude preguntar

—¿De qué?

Se acercó a mi oído y me dijo —De dormir. No vaya hacer que llames a la policía en serio por tratar de violarte. Que duermas bien, bella.

Y de esa manera se bajó de mí, dándome la espalda. Dejándome más que excitaba.

Si serás una hija de...

—Creo que un baño con agua fría te vendría bien, Jen.

Es que la ODIO, pero iré a bañarme.

***

Esta historia no me pertenece, es una adaptación de La hermana de mi Mejor Amigo de Myrac93.