19 - "𝓔𝓼𝓽𝓪𝓻𝓲𝓪𝓼 𝓯𝓮𝓵𝓲𝔃 𝓼𝓲 𝔂𝓸 𝓶𝓾𝓮𝓻𝓸?"

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El beso se volvió más apasionado una vez que el omega correspondió, los dos estaban arrodillados en la cama mientras la luz del atardecer los iluminaba. Yun quito con rapidez la camisa de su esposo, realmente ansiaba ver el cuerpo de este; casi había pasado medio años desde la última vez que habían intimado.

Armando pego el cuerpo del menor al suyo, se acomodó en la cama y dejo que el chico se subiera en su regazo; también había extrañado esa cercanía, ese calor que sus cuerpos desprendían al estar juntos. 

-Te necesito...-jadeo Kalahari, sintiendo la erección de su pareja 

El alfa asintió y quito la última prenda que lo cubría, Yun también se quitó su ropa interior dejando únicamente la camisa para cubrir su torso; soltó un pequeño gemido cuando sintió como Grúas preparaba su entrada. Al estar listo este alineo su miembro y entro de golpe.

-Agh!...-gimieron ambos, les dolía pero tenían que acostumbrarse de nuevo al cuerpo del otro.

Pasaron unos cuantos segundos y ambos se empezaron a mover, las estocadas se hicieron más rápidas; el choque de sus cuerpos era lo único que se podía escuchar en la habitación.

Cuando ambos llegaron a su punto máximo, dejaron que el líquido blanco fluyera entre ambos cuerpos mientras ellos volvían a unir sus labios; Yun acariciaba la espalda y cuello del mayor mientras este rodeaba la cintura de su amado esposo. 

-¿Más? –pregunto con voz ronca el alfa, el menor se estremeció para después asentir

Armando recostó al pelirrojo en la cama y puso las piernas de este sobre sus hombros, tenía una vista espectacular desde su posición; beso y mordió desde la punta de los pies hasta la entrepierna del omega. Se deleitaba con los encantadores sonidos que salían de la roja boquita de Yun, entrelazo su mano con la del contrario antes de embestir con fuerza.

-Ah! –el menor llevo una mano a su vientre

-Perdón, te lastime? –Armando se separó rápidamente y miro al asiático

-Cleo que a alguien no le gusta el plan de una segunda londa –dijo con una pequeña sonrisa mientras acunaba su barriga entre manos

-Mmm...tch –gruño el mayor, poniéndose su ropa, acostándose de su lado de la cama y cerrando los ojos

-Almando, pol dioh! –se quejó Yun, puso una mano sobre la espalda del moreno intentando captar su atención- Almando!

-Que?! –grito el mencionado cuando recibió un golpe en el brazo

-No me ignole, coño! –el castaño no se inmuto- que palece que soy tu zola, folla conmigo y te va!

-Pero que dices, chaval –Grúas se carcajeo, el pelirrojo hizo un pequeño puchero

-Pol que te enfadaste? –pregunto Yun

-No me enfade –murmuro pegándose a las blanquecinas piernas de su esposo

-Anda ya! Dime la veldah –dijo acariciando los cabellos castaños

-No lo sé –contesto incorporándose y viendo a su omega con molestia- tal vez por el hecho de que tendrás un hijo que no es mío pero parece no importarte?

-Y que quelias que hiciera? Pol mucho que no sea tuyo sigue siendo parte de mi –alego el chino 

-Abortar, tal vez –dijo entre dientes Armando

-Ahola ya te palece bien eso, no? Mila que conveniente –Yun empezó a alzar la voz, ambos se estaban alterando.

-Solo...deja de pelear por eso y duérmete –el mayor dio por terminada la conversación pero el no tener una respuesta clara era frustrante para los esposos

-Dame tu mano –ordeno el menor, Grúas se negó pero al ver la mirada amenazante que le daba Yun hizo caso

-Que sientes? –pregunto levantando su camisa y poniendo la mano morena en su pancita.

-Yo... -titubeo el castaño, ¿cómo describía esa sensación?

Ese inexplicable calor que embriagaba su corazón, el brillo que encendía sus ojos y el sentimiento de orgullo cuando percibía un pequeño golpe en la mano. Simplemente no tenía nombre.

-Tal vez él o ella no sea de tu sangle, pelo de la mia si y si de veldah me quiele debe sabel que mis cuatlo hijos jamás se sepalalan de mi –susurro el asiático mientras una lagrima bajaba por su mejilla

Armando sonrió y con su mano libre borro todo rastro de las cristalinas gotas en los ojos de su esposo, pego sus frentes cerrando los ojos y dejando que ambas respiraciones chocaran.

-Nuestros hijos... -dijo, confirmando sus palabras con un beso


Please Not Again (Yunando Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora