21 - "𝓙𝓪𝓶𝓪𝓼 " +18

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La tranquilidad reinaba en la casa de la familia Grúas, los hijos del matrimonio habían salido a pasear en compañía de Tonet, una pequeña discusión se había desatado ante ese plan pero un hábil pelirrojo supo engatusar a su esposo con sus encantos hasta que los chicos ya estaban los suficientemente lejos de su hogar.

Yun se encontraba en su habitación, buscando en todos los rincones posibles, la maleta donde estaba la ropita de recién nacido de sus gemelos; la iban a necesitar para Isabela, nombre que habían decidido para su nueva bebé.

Armando entro al cuarto con una taza de café en mano, se sentó en la cama observando a su esposo mientras este revisaba un armario; atraído por la encantadora figura de su omega camino hasta el chico y puso sus manos alrededor de su cintura, acariciando esta con suavidad.

-Almando… -su voz tembló, el castaño empezó a dejar besos en su cuello, lamiendo de vez en cuando o dejando un muy visible chupete 

-Sí, cariño? –jadeo ronco 

Yun se dio la vuelta y cerró los ojos cuando sintió la mano del moreno en su mejilla, se dejó guiar hasta los labios del contrario y beso estos con desesperación; como si de un momento a otro los fueran a separar, como si fuese la última vez…

-Mgh… -el cuerpo de omega cayo en la cama, Armando se quitó su camisa y subió a la cama, rodeando a su esposo para seguir besándolo más agusto

-Melon? –pregunto asustado cuando el castaño se quedó inmóvil sobre él, tomo el rostro de este en manos y soltó una pequeña risita cuando vio su cara. Su calmado y tranquilo esposo había entrado en celo, iba a ser una noche muy larga y divertida.

El alfa se abrazaba con fuerza al cuerpo de su omega mientras este hablaba por teléfono, Yun hacia un esfuerzo por ignorar las feromonas de su esposo y no gemir en mitad de la llamada, mando a sus hijos a la casa de su mejor amigo y apenas colgó, el mayor lo recostó en la cama y le quito el pantalón. 

Poso sus manos en las regordetas piernas, acariciando estas a la par que las llenaba de marcas, subió a la entrepierna del chico bajando el elástico de este con delicadeza para lamer dos de sus dedos y meterlos en la entrada de su omega; abriéndolos y cerrándolos mientras disfrutaba de los gemidos del menor.

Una vez que este se corrió, lamio con deleite su mano disfrutando del salado sabor, subió las piernas de su esposo a sus hombros acomodándose entre estas e introduciendo su miembro poco a poco dentro de Yun. 

La entrada del menor estaba apretada, movió sus caderas hasta encontrar una posición cómoda y empezó a embestir, sujeto con fuerza la cadera del pelirrojo mientras este se aferraba con fuerza a su antebrazo; los gemidos de ambos llenaban el ambiente y el calor de sus cuerpos empañaba las ventanas. 

-Almando… -chillo Kalahari, su espalda se arqueo y ambos se corrieron, el castaño puso su brazo en la espalda baja del menor, incorporándolo con cuidado para abrazarle. La pancita del chico era lo único que les impedía estar completamente pegados.

Yun se dio la vuelta y se sentó sobre el regazo del alfa, dejando que este le quitara la camisa, quedando su cuerpo completamente desnudo; el pelirrojo mordió su labio, era la primera vez que tendrían sexo estando él sin nada que cubriese su torso. No había dejado que Armando lo viera sin camisa desde el cuarto mes, le daba vergüenza y eso el mayor lo sabía. 

-Eres hermoso…–susurro el castaño, paso su lengua por la marca de enlace-…mi hermoso omega

Kalahari se levantó y espero a que su alfa se acomodara, para dejar caer su cuerpo y soltar un gemido cuando sintió el miembro de Armando entrar de golpe en él. Recargo su espalda en el suave pecho del contrario, Grúas rodeo con sus brazos la barriga del menor, y acaricio esta mientras embestía pero ahora con más delicadeza. 

El castaño fue subiendo sus manos hasta llegar a los pezones de Yun, este se tensó cuando los dedos del contrario empezaron a tocar su pecho, Armando apretó uno de los botoncitos cafés y sus ojos brillaron de emoción cuando un líquido blanquecino salió de estos. El cuerpo del omega se preparaba de nuevo para la maternidad, ante el menor toque o tensión su cuerpo reaccionaba. 

El pelirrojo aparto la vista avergonzado, sus ojos empezaron a cristalizarse cuando sintió como Grúas salía de él y se alejaba, ¿Había arruinado todo? No, no era así.

-Almando? Que hace´? –el mayor lo pego a la pared, los ojos negros observaban con atención un punto fijo, Yun gimió cuando los labios del moreno se pegaron a su pecho succionando uno de sus pezones. 

Una vez que estuvo satisfecho Armando se apartó y busco la mirada de su esposo, este estaba sonrojado tanto que parecía un tomate, en la mente de Yun había una bonita pelea entre a quien quería como marido: al Armando tranquilo del que se enamoró o el hombre que salía cuando estaba en celo. Era complicado decidir.

Aun desnudos se acostaron en la cama, el asiático había peleado por ponerse su camisa pero un gruñido amenazante de su alfa lo hizo quedar quieto, Armando amaba a su omega tal como era. El enorme cuerpo del castaño rodeo al menor y ambos cayeron dormidos en cuestión de segundos.

A la mañana siguiente Yun obligo al mayor a tomarse los supresores, le había encantado el sexo que habían tenido pero hacerlo durante tres días sería demasiado para él. Tal vez en el próximo celo podrían estar una semana entera en la cama pero en ese momento no era conveniente.

Se encontraban sentados en la mesa, desayunando tranquilamente cuando una sensación de miedo invadió al menor, su lobo le decía que algo malo iba a pasar. Se paró y camino hasta su marido, abrazando a este mientras soltaba su aroma, mucho más pesado de lo normal.

-Yun, estas bien? –pregunto asustado Armando

-Te amo, lo sabes, veldah? –susurro 

-Y yo a ti –contesto confundido

-Jama´ lo olvide, los niños y yo te amamos…-dejo un beso en la mejilla del mayor

-Jamás lo olvidaría, Yunnie, jamás…

Please Not Again (Yunando Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora