23 - "𝓣𝓮 𝓪𝓶𝓸 𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓮𝓻𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓸𝓽𝓻𝓸"

198 32 5
                                    

5/5

Armando abrió los ojos encontrándose en una habitación blanca, reconoció por el olor a medicina y alcohol que estaba en un hospital, unas enfermeras entraron a verlo y revisaron su estado, según le habían dicho había recibido un disparo, en su mente estaba la posibilidad de que hubiera sido un atraco con su mafia o algo parecido. Por cierto, ¿Dónde estaba su mafia?

-Tiene visitas -le indico una enfermera, detrás de ella venían Tonet y Juanjo, ambos entraron cabizbajos a la habitación y se sentaron en un sillón cerca de la cama

-Como esta, boss? Se siente mejor? -pregunto el moreno mientras hacia un esfuerzo por sonreír, su pareja a su lado se mantenía callada

-Creo que sí, aunque no recuerdo muy bien porque estoy aquí. -miro a los dos chicos- Ustedes saben que paso?

-Esta...estábamos en un atraco, la poli lo vio y le dispararon -Juanjo sollozo ante las palabras del otro, el medico les había dicho que no era recomendable decirle la verdad inmediatamente. Había posibilidad de un shock o un desmayo al recordar seis años de golpe.

-Vale, donde están los demás? -pregunto, aunque más bien quería preguntar: ¿Dónde está Yun? Le tenía mucho cariño a ese asiático revoltoso.

-En la sede, Jacob...los obligo a ir para allá

-Estas bien, Juanjo? -el pelinegro mantenía la vista baja y su cuerpo temblaba mucho.

-Sí, solo que...pensé que...te perdíamos, papá -Armando rodo los ojos ante el apodo causando aún más lágrimas en el menor, quien salió corriendo de la habitación

-Creo que será mejor que lo vaya a ver -hablo rápidamente Tonet, él tampoco aguantaba tener que hacer eso. No podría decirle que Jacob, John o...Manolo, estaban bien.

El castaño se quedó sin saber qué hacer, le había sorprendido la actitud fría de los chicos con él, casi siempre eran los que más lo buscaban. Se quedó recostado viendo el techo hasta quedarse dormido.

-Te amo Almando -el chico lo beso

-Yo igual, Yunnie -unió sus manos admirando los anillos que adornaban el dedo medio de ambas manos, por fin estaban casados...

Salió rápidamente de aquel sueño, se incorporó en la cama sintiendo su corazón latir rápidamente, su lobo gruñía alterado. ¿Por qué soñó que estaba casado con Yun?

Dejo su cabeza caer sobre la almohada y tapo su rostro, una parte de él le decía que no solo habia sido un sueño. Se habia visto tan real. La desnudez de sus cuerpos, la habitación donde estaban, casi podía describir cada tatuaje en el brazo de Yun. Era muy raro.

De nuevo la enfermera entro a la habitación, de nuevo tenía visitas, pero esta vez era su amado asiático. El chico traía un abrigo color negro, una bufanda estaba enredada en su cuello; al parecer afuera hacia frio.

-Hola, Almando -saludo con una sonrisa tranquila, o así la vio el mayor

-Chino! Como estas? Ven, siéntate -hablo con nervios, Yun siempre lo ponía así

-Clalo -se sentó en una silla, y con manos temblorosas se quitó el abrigo, dejando ver su barriga.

-...Estas...? -Armando estaba en shock, la última vez que había visto al chino, no se notaba su...tampoco había visto el anillo en su mano.

-Tengo ocho mese' -contesto este, miro al castaño, asimilando sus expresiones. Lo conocía demasiado bien como para saber que sufria.

-F-felicidades -susurro, apartando la vista avergonzado al recordar su sueño.

-Glaciah, supongo -ambos se quedaron callados, el alfa tenía el corazón roto pero el omega moría por dentro

-Estas casado...-rompió el silencio

-Sí, me case en diciemble

-Y como es él? Estas feliz? -sonrió triste, Yun miro su anillo. No podía decir nada...

-Es...el amol de mi vida, demasiado atento, caliñoso, es...pelfecto -una lagrima recorrió su mejilla pero la borro al instante

-Me alegro mucho por ti Yun -dijo, mirando sus manos, incapaz de enfrentar la verdad- no te tienes que quedar, ve con tu esposo.

-Él...está de viaje...volvela en unas semanas, me puedo quedal un lato...solo si quiele, clalo -apretó con fuerza su mano bajo el abrigo, sus uñas hacían cortes en su piel pero el dolor lo distraía para no llorar

-Quieres ver una película? -ofreció Armando, encendieron la televisión y ambos se quedaron viendo la pantalla. Las horas pasaban, Yun empezó a temblar de frio, el castaño lo noto al instante.

-Yun... -le llamo suavemente, el pelirrojo lo miro- Ven, acuéstate -se hizo aun lado de la cama dejando al menor subir y lo tapo con la sabana.

Kalahari tomo el brazo de Armando como si fuese un osito de peluche, lo pego a su cuerpo mientras cerraba los ojos, adormecido por la cercanía con...el que sin saberlo, era su esposo.

Grúas acaricio con su mano libre el rojizo cabello del contrario, observo el rostro tan encantador del omega, soltando un suspiro al pensar que este estaba casado e iba a tener un hijo. Sentía en su brazo las suaves patadas que daba el bebé del asiático y también se quedó dormido.

.

.

Armando termino de vestirse, le habían dado el alta en el hospital y en unos minutos Yun lo llevaría a su casa, le habían explicado que no estaban en los Santos por que la poli los buscaba. Se quedaría en la casa del chino hasta conseguir un lugar donde dormir, o esos le habían dicho.

-Ta' li'to? -el pelirrojo entro a la habitación, ya habia firmado los papeles para la salida del castaño. Al ser su esposo era el único que los podía firmar, solo que eso Armando no lo sabía.

-Si -contesto poniéndose su sombrero negro

-V-venga, vámonos -dijo, no podía ver al mayor por mucho tiempo, la ropa que traía hace años que no se la veía puesta. Ese sombrero de pescador que tanto le fascinaba y la típica ropa de color negro.

Subieron al coche de Yun, el alfa se sorprendió al ver que el auto era uno de sus favoritos, de echo por alguna extraña razón recordaba haber comprado uno igual.

Llegaron a la casa, un bonito lugar de dos pisos, pintado de blanco y rojo. Bajaron del auto y entraron, el interior era acogedor, como para una familia.

-Tu dolmila aquí -exclamo Yun, enseñándole una habitación en el primer piso. No podían dormir juntos...

-Vale, perfecto. Muchas gracias por recibirme, chaval. Te debo una -sonrió

-No pleocupal, todo e'ta... -un golpe se oyó en el piso de arriba- dame un minuto, ya vuelvo

Yun salió de la habitación y subió las escaleras, entrando en un cuarto; Armando lo observo desde abajo, le daba curiosidad aquel ruido, creía que el esposo del pelirrojo no estaba en la casa.

Sus piernas empezaron a moverse y cuando se dio cuenta ya estaba parado frente a la puerta, su mano choco con la madera pintada de color blanco y poco a poco empezó a empujar la puerta...

Please Not Again (Yunando Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora