Yo También Estoy Aquí

17•Vacía

No sé qué es lo que hago, a veces estoy bien e incluso parezco verdaderamente feliz con lo que tengo, a pesar de que no sea lo que quiero exactamente. Es justo ahí donde todo se va por la borda. Me recuerdo todas esas cosas que quiero, pero que no tengo, y pierdo los estribos. Todo comienza a parecer un inútil intento por alcanzar esa meta y no puedo con ese dolor, ¿sabes? Rompo a llorar sin que nadie me vea y realmente jode que no haya ni una sola persona con la que pueda hablar al respecto. Yo tenía planes, grandes planes que me negaron y fue ahí donde me sentí completamente perdida. Cuando tenía 16, en todo lo que pensaba era huir de todo lo que me recuerda a la porquería de vida que he tenido. Quería irme a estudiar a España, quería irme lejos de mi "familia". Mi madre me lo negó diciendo que no me permitiría ir a un país donde ella no tenga parientes, los cuales vayan a poder darme hospedaje. Entonces, fine, Rhode Island fue el plan B. ¿El problema? Universidad privada, demasiado caro... Pude haber optado por la Florida, pero solo sería la sombra de mi hermano y yo no quería eso. Le hablé de mi tía en Rochester, solo dijo que no porque jamás estaría pendiente de mí. Joder, sería una universitaria con grandes planes de mantenerse al margen de los problemas. Pero soy la oveja negra del rebaño, claro que no podrían confiar en mí... Así que, solo me quedaba elegir una Universidad local y hospedarme cerca. No era lo que yo quería, obvio diría que no a última hora... No empecé mis estudios y solo me volví la que no hace nada por ayudar en casa. Durante ese año, pude sentir el desprecio y ajoro para que yo me decidiera de una vez por todas. Por la insistencia, terminé enviando una solicitud de admisión que no quería, peor aún, la acepté y fue mi perdición. Me perdí a mí misma por complacerlos y todavía esperan que vuelva a hacerlo. Quieren que solicite para Río Piedras, para ser la p*ta sombra de Joss y vuelvan a estar comparandome con él. Yo ya no puedo... Cada día que pasa yo solo puedo pensar en todo lo que no quiero para mí, todo eso que mi familia quiere. Por eso estoy tan desesperada de salir del nido, para dejar de estar a la merced de ellos. Solo intento encontrar mi propia felicidad, esa que se desaparece cuando solo pienso en llorar. Me siento tan vacía... No tengo nada a lo que aferrarme, siento que si lo hago, acabaré con las manos vacías y donde mismo empecé.

Anabelle Morera