11•Todo y Nada

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¡Lo abandoné todo! Dejé de lado absolutamente todo lo que me recordaba a él y me quedé con nada, ¿entiendes? ¡Me quedé con nada! Las tardes en el balcón, el parque, la cancha... Incluso si quiero ir, yo misma me obligo a permanecer postrada en esa cama, cama que parece más una tumba que cualquier otra cosa. La escritura, Dios... ¿Por qué? ¿Por qué abandonar ese sueño de crear mundos ajenos a este? Claro, porque él siempre estaba presente en algún personaje. En alguna escena. Plasmaba en papel algo que me decía indirectamente, lo presente que estaba él en mi mente. Así que lo dejé a un lado, y me enfoque en estudiar. Estudiar tampoco ayuda... En cada clase, al terminar e incluso cuando estoy supuesta a hacer alguna asignación, quiero llamar a ese chico que me trae más confusiones y enfados que estabilidad emocional. Ni siquiera estoy refiriéndome al mismo chico, son dos. Uno que incluso si lo tuviera de frente, no tendría el coraje de dirigirle la palabra siquiera. El otro, ¿cómo lo explico? Por más que me hace enojar, por más que el karma me repite que es mi turno de ser ignorada y ser dejada de lado, quiero hablarle. ¡De lo que sea! Incluso si ni siquiera estamos hablando, pero de alguna forma, sentirle cerca... Y lo detesto, detesto sentirme de esta manera porque siento que echaré a perder mis estudios. Que lo arruinaré todo una vez más. Aun si llegase a recuperar quien era en el pasado, me seguiré sintiendo vacía. Pero no, no puedo decir que realmente la estoy pasando mal porque vamos, tengo dónde dormir. Dónde comer prácticamente de gratis, una familia bastante grande y sin males que nos quite los buenos momentos. Así que, ¿por qué? ¿Por qué ese quemazón en el pecho? Los ataques volviéndose aún más constantes... Todo está bien, no tengo -ni sucede- nada. Todo está perfectamente bien a mi alrededor y aún así, me siento jodidamente mal al punto de pensar que estoy siendo una egoísta. Egoísta porque hay quienes realmente la están pasando mal porque tienen problemas reales, pero yo, yo no tengo ninguno. Aunque yo también estoy aquí...

Anabelle Morera

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