20•Mi 2022

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Tras una ruptura, son muchas las cosas que uno llega a hacer. A veces intentamos mantener algún lazo con esa persona aún sabiendo que la confianza no será la misma y la comunicación poco a poco irá yéndose por la borda, aún así, él insistió. Muchas de las veces que recibí mensajes de su parte solo le dejaba en visto o me las arreglaba para desquitarme por el dolor que me había causado, él sabía que eso sucedería porque yo misma se lo advertí. Se creyó que yo seguiría como si nada pasara cuando a dos semanas de terminar, él ya estaba en otra relación. No digo que él tuviera que guardar un tiempo por respeto, pero bastante sospechoso sí era, en especial cuando la negaba sin saber que a mí ya me habían contado que ellos dos sí andaban. Me alejé como pude de él, incluso comencé un part-time que acabó en full-time mientras yo estudiaba en la universidad. Me colmé hasta las nubes de cosas que llenaran mi mente y no me dejaran pensar en absolutamente nada más. A dos o tres meses de la ruptura, finalmente me sentí lista por completo para aceptar otra relación aún cuando llevaba ya medio año desconectada emocionalmente de mi ex pareja. Decidí que antes de comenzar con alguien más, debía quemar el libro entero.

Meses de esfuerzo se fueron a la mierda, me di de baja de la Universidad solo porque mi mente estaba tan concentrada en generar dinero para salir del país, que descuidé mis estudios. No me arrepiento tanto de eso porque realmente eso no era lo que yo quería para mí, pero era algo que intentaba hacer para sentirme orgullosa de algo.

Mi pareja vivía hasta el otro lado del mar Caribe y unos cuantos Estados, me atreví a viajar sola para conocerle en persona. Pasamos dos semanas juntos y para cuando volví a mi país, de inmediato me sentí la persona más ansiosa del planeta. Esas dos semanas fueron un alivio para mí tras haber estado meses sintiendo una ansiedad irreparable que me consumía desde dentro y volver al lugar que la generaba, me jodió bastante. Intenté seguir mi vida, conseguir un nuevo trabajo y volver a ahorrar dinero hasta tener lo suficiente. No pude, fracasé en el intento y la ansiedad aumentaba... Decidí que lo mejor para mí era irme lejos y mi pareja me pagó el boleto de avión; a los pocos días de comenzar a vivir con él lo supe: estaba embarazada.

Anabelle Morera

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