Eran aproximadamente las nueve de la noche y un muy agotado Kim JongDae llegaba a su habitación luego de una intensa y larga jornada laboral. Había presentado el hábeas corpus en la mañana y con los contactos que su jefa le había dado tuvo que hacer prácticamente magia para que JongIn fuese liberado el mismo día. Ahora podía decir que en efecto era un buen abogado. Quizá y en unos años pudiera tener un asistente que trabajase para él y de esa manera sorprender a su madre, solo que le gusta mucho trabajar para MingSoo.
Se dio una corta ducha, mayormente para aliviar la tensión y el cansancio de su cuerpo y con una toalla en la cintura y la otra en mano secando su cabello se dirigió al área de la cocina. Al abrir la nevera se dio cuenta que no tenía nada fresco para comer. Solo había una lasaña que llevaba al menos una semana allí, estaba seguro que si la comía los males estomacales lo llevarían a la tumba en menos de 24 horas.
—¡Grandioso! Otra noche más sin cena. —por eso estaba tan delgado, aunque viéndolo con el pecho desnudo podías darte cuenta que el hombre en algún momento de su vida fue al gimnasio.
Todos lo juzgaban mal, incluso MinSeok quien alardeaba de ser tan excelente hacker. Nunca se molestaron en preguntar o investigar más allá de los trajes que se ponía. Solo su jefa sabía que Kim MinSeok era hijo de una de las más grandes fiscales de Corea del Sur, quien incluso tenía un importante despacho en la capital. Cuando su hijo se graduó de la escuela de leyes, ella simplemente le ofreció un importante puesto a su lado, como heredero de todo, solo que no esperó que el chico declinara la oferta y en cambio se presentara en la entrevista para la corte. Nunca pensó que terminaría de asistente de una abogada, él mismo era abogado y pensaba que tendría su propia oficina, que iluso fue. En esos casos siempre debías comenzar por lo más bajo e ir ascendiendo poco a poco con los méritos ganados. Exactamente eso era lo que pretendía y no obtener las cosas tan fáciles como sería al lado de su madre.
Ahora se encontraba en su apartamento -que su madre le había regalado y a él no le quedó más remedio que aceptar, la señora era un hueso duro de roer-, solo y para rematar hambriento. Se preguntaba por qué tantos lujos, pero su madre era una persona extravagante, por eso prefería vestir esos trajes de bajo costo para de esa forma, demostrarle a su propia madre que no necesitaba lujos para demostrar su valor.
Se sentó en el sofá de la sala. Encendió el televisor para ver un poco de noticias, un bien anegado debe estar bien informado, y se sirvió una copa de vino barato. Tenía hambre y necesitaba meter algo a su estómago.
Se sorprendió cuando escuchó el timbre de la puerta sonar. No esperaba visita alguna, pero de seguro era su madre o algunos de sus asistentes que venían a dejar algún encargo de su parte. Con la toalla en la cintura y la otra en el cuello decidió ir a abrir la puerta. Si era el asistente buenorro de la semana anterior, pues no veía por qué no podía coquetearle un poco.
Abrió la puerta y casi tiene que sujetarse bien fuerte de las paredes cuando vio a Kim MinSeok parado allí. ¿Cómo había dado con su paradero? No sabía que pensar o que hacer, estaba allí, estático como una estatua, sin mover siquiera un simple músculo.
—¿Me vas a dejar aquí afuera? ¿Ni siquiera merezco entrar a tu departamento? —las preguntas del rubio lo sacaron de su estupor. Pestañeó varias veces como si de esa forma MinSeok fuese a desaparecer y en su lugar encontraría al asistente guapetón de su mamá.
—¿Qué haces aquí? —demandó.
—¡Wow! Que hostilidad. Disculpa, creo que no debí venir. —se dio la vuelta para irse de allí cuando JongDae se dio cuenta que llevaba una caja de su pizzería favorita. Esa que él adoraba llevarse cuando se encontraban en el apartamento del rubio.
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Infiltra2 [KaiSoo] [HunHan]
FanfictionDo KyungSoo se culpa de fallarle al hombre que amaba. No lo protegió cuando debía hacerlo, sabiendo que era inocente de todos los cargos que se le acusaban y ahora Kim JongIn es prisionero en una de las cárceles de mayor seguridad en Corea del Sur. ...