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Ningún guardia deseaba combatir con el y el único que aceptó era demasiado gentil y le dejaba derrumbarlo por temor a "lastimarlo". Quería que llegara uno que no temiera el poder tirarlo al suelo que si fallaba, pero todos eran unas dulces florecitas que sólo decían: "Lo siento majestad, no puedo hacerle daño." "Su madre nos castigará por esto."

Por lo que al final llegó el idiota de Jaebeom al salvar el día. Que al parecer estaba espiando su entrenamiento desde no se donde, por que había visto como lo rechazaron.

Ahora lo tenía en frente de él, listo para atacarlo como tenía planeado. En sí, no sabía que táctica usar, no era muy inteligente en esto de luchar, o más bien ya tenía que admitir que no sabía nada.

Pero de algo serviría ver pelear a su padre en aquellos tiempos que lo hacía por diversión.

Cuando Jaebeom corrió hacía mi, lo único que pude hacer fue el esquivarlo y darle un golpe en su rostro, haciendo girar su rostro. Este quedó desconcertado, sonriendo para luego decir. — Tienes la mano pesada, cariño.. Aun siendo omega.

¿Volvía a salir con eso? Creía que ya le había quedado claro que eso no era lo importante. Apreté mi mandíbula, y puse nuevamente la postura de en guardia. — ¿Así? ¿Y que tienes tu?

El alfa no respondió a eso, sólo volvió verlo correr hacía mí y atarcarme, tirándome al frío zesped dejándome desprevenido. Su espalda dolió solo un poco por la caída, pero se sostuvo cuando disponía en lanzarse y darle fuerte en el rostro, el grito de su madre llegando le interrumpió.

— ¡Jinyoung! ¿¡Que estas haciendo!? — se apresuró a decir deteniendo la pelea entre un Jaebeom sonriente y él. — ¡¿Por qué demonios te pones a golpearlo?!

— Madre, me está ayudando a-..

— A nada, ve a cambiarte esas fachas.. — le trono sus dedos. — Jinsung te espera.

Su pecho di un vuelco de pronto, no sabía si de emoción o de incomodidad. Noto que la mirada de Jaebeom cambió como la otra vez que le menciono sobre lo del cortejo en la mesa. Lucía incómodo, molesto.. Quizá, ¿celoso? ¿Pero que tipo de celos?

Los celos de que posiblemente tendría la corona en sus manos mas rápido de lo esperado, o en los celos que el no creía bueno. Antes de que se marchará, este mismo le tomo del antebrazo haciendo que parara en seco.

— ¿Me permite a Jin unos minutos?

Su madre con desgano lo acepto, marchandose dentro, dándome con sus ojos una advertencia de que fuera deprisa.

En eso fue jalado por Jaebeom quien le miraba con esa misma expresión de antes, sin duda verle diferente que con esa misma sonrisa boba era divertido, a veces solo quería darle una paliza, pero con todo lo que han hecho estos tres días, lo duda. Solo un poco.

— ¿Pensaste en lo que dije ayer?

— ¿Que tengo que pensar?

Lo vio rodar sus ojos, oyendolo bufar. Este tomó su muñeca con cierta posesión y le miró fijo. — Por favor Jinyoung, no puedes aceptar ese cortejo.

Crown ; 𝖩𝖩𝖯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora