O2

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Su día empezó por tomar sus lecciones de arco. Era una actividad peligrosa para un omega según la sociedad que regía sobre los omegas; sin embargo este arte lo practicaba a escondidas por el hecho de que su padre lo veía mal. Por que un omega debía ser delicado, y hogareño; y aunque sonara horrible.. El ya no estaba y podría practicarla con tranquilidad.

¿Quién decía que no lo era? El consideraba qué tenía esas dos cualidades, pero era absurdo el que no pudieran ejercer ninguna actividad fuera de clases de cocina, música y literatura, la cual amaba. Sus libros favoritos eran los informativos, y sin duda los de aventuras.

Salió de su baño ya aseado, mientras secaba sus cabellos oscuros con la toalla. Procedió a cepillarse sus mechones, yendo al tocador donde se sentó tranquilo y comenzó a estirar su cabello frente a este. Tarareaba una canción y pensaba en que podía elaborar para que le otorgaran la corona. Debía haber una forma de que no se fijarán tanto en que era un simple omega.

Se levantó por su vestido que estaba colgado en el ropero, planchado y listo para usarse. Cuando por accidente cayó la toalla de su cuerpo. Dándole una vista desde el espejo de su cuerpo desnudo.

Se supone que tenía prohibido mirarse sin nada en el espejo, su madre recriminaba que no era propio de un príncipe el verse de tal forma ni tocarse lividamente. Pero era difícil, cada vez le daba un vistazo, solo uno, para ver las proporciones de su cuerpo. Quería ver cuanto han crecido y si sería atractivo para los ojos de un alfa.

Entonces llegó de pronto el alfa a su mente y lo que pasó el día de ayer, el beso con Jaebeom.. No sabía si lo que sentía era correcto, pero si lo pensaba de mas, entonces no lo era. Era inmoral, desagradable. O eso se quería hacer creer. "¿Le gustare a Jaebeom?" pensó. El le había besado, su boca tocó la suya y por primera vez su parte íntima vibró.

Negó varias veces y se dedico a tachar ese recuerdo. Solo era una mala broma.

Pero ahora tenía unos minutos de sobra, y se permitió ver un poco de su anatomía. Primero vio sus pezones, pasando uno de sus dedos por en medio de ellos. "Se ven bien". Luego se giro y vio su trasero, que en verdad le agradaba lo firme que estaba. Sonrió para el mismo y dijo. — Eres hermoso..

— Sin duda.

La voz repentina le espantó, girando rápidamente a ver quien había entrado a su habitación sin su permiso. — ¡Maldición! — corrió por su toalla y se cubrió de nuevo sus partes íntimas, viendo al arrogante de Jaebeom entrar y verlo con esa sonrisa que siempre tenía. — ¿Que haces aquí? ¿No sabes tocar acaso? — le miró reprobatoriamente.

Im sonrió bufando y comenzó a verlo de arriba a abajo. — ¿Tengo que tocar cuando seré el próximo rey?

— Nunca serás rey. ¡Ahora largo! — apuntó a la salida, aún sosteniendo con cuidado la toalla para cubrirse. — ¡No puedes entrar a mi habitación!

— ¿Quién dice? — preguntó acercándose unos metros más a él.

— ¡Yo, el hijo del rey!

— El rey ya no existe. — dijo alzando una ceja.

Jinyoung abrió sus ojos sintiéndose ofendido. — Tu-.. Maldito. — cuando quiso soltar la primer bofetada, su toalla cayó al suelo. Espantando de nuevo a Jinyoung, intentando levantarla. Pero ni siquiera estuvo cerca cuando tenía Im sosteniendo su cuerpo, impidiendo cubrirse. — ¡Sueltame!

Crown ; 𝖩𝖩𝖯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora