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Llegaron terminando como por la madrugada.

Sabía que el celo de un omega era duradero, pero no sabía que tenían tanta resistencia y energía como querer continuar después de dos rondas. Eso lo sabía por varios amigos alfas que tuvo en el extranjero que le contaban sus experiencias, por que el nunca había compartido el celo de un omega.

Ni menos con las mujersuelas para tener algo de alivio durante el suyo. Estas le decían que era peligroso compartir su celo con alfas desconocidos, por que unos podían ser peligrosos y querían aprovecharse de su debilidad para raptarlos a abusar cruelmente de ellos. Era riesgoso no estar consciente de sí mismo.

Aún así, no se sentía con mucha culpa. Jinyoung le conocía bastante bien, o eso quería pensar. Su relación no era la más buena cuando de trataba de estar frente alguien más. Pero no sabía que hacer, de pronto le entraban unas ganas de molestarlo, era tierno ver como le salía humo por los oídos.

Pero estando más en confianza, el contacto entraba y sólo quería estar encima de él. Al igual como el príncipe estaba sobre el también.

Le vio de reojo, apreciando su bella espalda fresca y sin sudor alguno. Ya que después de terminar había abrido la ventana para dejar entrar al aire y no oliera a tantas feromonas de ambos.

Se acercó abrazándose a su cuerpo, escuchando las respiraciones tranquilas de Jinyoung. Dejó un beso en su hombro, siguiendo por su cuello. Disfrutando de la piel salada que antes había mordido en el acto cuando el omega trataba de tomar el control queriendo domarlo, pero no lo permitió. Prácticamente se transformó en una pequeña bestia con mucho apetito de sexo.

— Jin.. Despierta. — le susurro en su oído, besando con cariño su cuello.

— Olvidalo, no quiero.

La forma en que respondió fue una señal de que estaba consiente, pero aún seguiria teniendo ganas de seguir. O eso tenía entendido Jaebeom. — ¿Cómo que no quieres?

— No quiero, no deseo, no me apetece despertar.. — se alejo un poco. — Y.. ¿Quieres dejar de besarme?

— No quiero, no deseo y no me apetece.. — continuó besandolo, mordiendo travieso su lóbulo.

— Jaebeom.. Basta. — manoteo su cara cubriéndose con la sabana que los cubría a ambos.

— Agh, ayer eras más voluntarioso.

— Ajá si..

El alfa aún así no dejó de tocarlo, se apego a su cuerpo por detrás. Sujeto su cadera escuchando la respiración tranquila del príncipe. Empezó a acariciar con suavidad su trasero sin tener ninguna queja del omega que sólo pareció alzarlo más.

Con cautela se acomodó nuevamente entre sus piernas, tratando de empujar su miembro contra su entrada aún húmeda por la noche anterior. Cuando logró tener la punta dentro de su interior, este dio un saltito del susto, pero tampoco emitió problema sobre ello, por lo que siguió y por fin estaba dentro de él.

Le vio sacarse la sabana de su cabeza y le dio una mirada de reojo, que para él significaba que continuara, y eso hizo. Tomó su cadera y comenzó las embestidas suaves contra su entrada que era suave y cálida, como la recordó la noche anterior.

Crown ; 𝖩𝖩𝖯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora