Inmortal

· C A P Í T U L O: 2·

West, West, West.

Después de dejar a mi madre perpleja en el garaje de la casa me pongo en marcha hacia la universidad, fue un recorrido bastante tranquilo pero seguía muy tensa por culpa de las provocaciones de Miranda.

Siento que tengo que desahogarme, pero ahorita lo que menos necesito es una mancha en mi conducta o que me miren como un peligro.

Lo que verdaderamente somos, querida. Ya pensaremos en algo.

¡Piénsalo ya!

Detengo el coche frente a la entra donde diariamente me espera el vigilante para llevarlo a su lugar.

Si, se que eso lo puedo hacer yo solita, pero es bien divertido que hagan las cosas por ti.

Bajo, tomo mi mochila y le lanzo las llaves, me encamino sin mucha importancia ni mucha expresión a mis adoradas clases.

Cuatro horas más tarde, después de estar de salón en salón me tomo un receso en la cafetería para calmar mis  ansias de sed.

No es que no sepa controlar mis ganas de acabar con medio mundo, pero llevo 5 años sin tocar a una persona, o mejor dicho: torturar o matar. Es muy difícil calmar las ganas de sentir lo caliente de la sangre, su olor, las suplicas y todo eso.

Mejor, tratemos de no pensar en eso. No vaya a ser que acabemos con media cafetería.

¡Piensa tú por las dos, si eso llega a mí es por ti, pesada!

Ah si, es verdad. ¡lo siento!

Un chillido desgarrador me caso con mi charla conmigo misma, ya que una voz salio del mismo lugar.

"Por favor, señorita Sinclair. La directora West la espera en su oficina, acercarse lo más pronto posible"

Ojalá sean buenas noticias y no me toquen los huevos que no tengo.

El día en que repartierón: La paciencia, la tranquilidad y la paz, ¿donde diablos estabas tú metida?

Yo que se, en la cola de: La impaciencia, la guerra y la muerte, creo.

Me puse de pie guardando mis cosas en la mochila, pero el peso. Odio el peso de las miradas encima de mí, termine mi café y con tan solo levantar la mirada  hago que se centren en sus jodidos asuntos de nuevo.

Mientras caminaba las personas que me miraban bajaban la cara, y eso solo quiere decir una cosa.

Gracias a Dios aquí ninguno sabe sobre mi trastorno, solo piensan que tengo una anomalía y ya.

Así por si algún dia tengamos que asesinar, podamos hacerlo sin que lo sepan.

Exacto...

Cuando no consigo lo que quiero mis hermosos ojos castaños se vuelven dos puntos negros con unas pequeñas pero notables lineas rojas en ambos ojos. Tendían a empeorar sé pero lastimando a mis hermanos accidentalmente y pacíficamente trataba de mantenerlo en control. Pero con la provocación de esta mañana por culpa de Miranda creo que la ansiedad a vuelto.