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Sentía que estaba temblando, las lágrimas caían por mis mejillas silenciosamente, me quedé en el baño encerrada hasta que llegó la hora de volver a casa, salí lentamente y comencé a caminar hacia la salida, sentí que todo se movía en cámara lenta, ¿Qué me ocultaban mis difuntos padres?

De repente sentí como alguien corría e iba bajando su velocidad a medida que se acercaba a mí, Leo me miró e inmediatamente me abrazó, como intentando protegerme, camino conmigo hacia su auto, abrió la puerta del copiloto y me hizo subir, luego el subió su mochila y la mía, que había rescatado de la cafetería cuando salí corriendo, y comenzó a manejar a su casa, íbamos a mitad de camino cuando - Anne, sé que no puedo hacer nada para aliviar tu dolor, pero si puedo recordarte que tu madre te adoraba y querría que fueras fuerte por tu hermana, déjame ser fuerte contigo, no estás sola, sé que es difícil hablar de esto, jamás te presionaré a hacerlo, pero si no te incomoda, podemos compartir el silencio. – dijo lenta y suavemente, yo seguía llorando y solo asentí, las palabras no lograban salir de mi boca. Llegamos a su casa y fuimos directamente a su habitación, - Quédate en mi habitación, si quieres yo puedo irme a una de huéspedes. – dijo despacio, - Gracias, pero no me dejes sola. – le pedí en un susurro y noté como le dolió escuchar la forma en la que se rompía mi voz.

Cuando nos acostamos, me quedé mirando el techo y dando vueltas en la cama, hasta que, en algún momento de la noche, cuando volteé a ver Leo a mi lado, estaba mirándome con la angustia plasmada en su rostro, cuando se percató de que yo lo estaba viendo, cerró los ojos de golpe para fingir que estaba dormido, me tragué la risa y me sentí segura, aún no sabía que le ocurría, pero si sabía que él estaba dejando sus propios problemas de lado para ayudarme a afrontar los míos. Finalmente me dormí.

Desperté junto con mi amigo y partimos a la universidad, él insistió en que necesitaba descansar y tomarme mi tiempo para asimilar lo ocurrido, pero me negué y aquí estaba, en el aula sin saber ni siquiera en qué clase estábamos, estaba ida, solo pensaba en cómo se lo diría a Alice, ahora éramos huérfanas, ella solo me tenía a mi y yo debía dejar mi dolor a un lado para poder contener el suyo, así sería y haría lo que fuera necesario para hacerla sentir segura, sería su pilar así como Leo era el mío.

Cuando volvimos a casa, entre y lo primero que vi fue a la señora k, ella me miro con tristeza y podría decirse que con un poco de lastima, - Hola, Anne, Alice esta arriba en su habitación. – dijo y dándole a leo la misma mirada, se retiró a la cocina. – Voy a estar en nuestra habitación por si me necesitas, - dijo Leo suavemente cerca de mi oído y subió las escaleras, subí detrás de él y me quede parada fuera de la habitación de Ali, pensé en que decir, pero cada cosa que pasaba por mi mente me hacía retorcerme de pena, así que toqué la puerta, esperé a que me invitara a pasar y entré con el plan de decir lo que me saliera en el momento.

– Hola Anne, tienes ojeras, se nota que no sabes el significado de maquillaje. – dijo juguetona, - Si, es que he dormido poco por la universidad, ¿Tienes un momento? – dije en voz baja, todo lo contrario a lo que planeaba, quería sonar tranquila y transmitirle seguridad - Oh, claro, ¿Qué pasa? – preguntó algo nerviosa mientras se sentaba en el mini sillón de la habitación y me invitaba a sentarme junto a ella, me senté y la mire cautelosamente para descifrar su reacción, - Ali, ayer recibí una llamada de papá, me dijo que tuvieron un accidente de auto, mamá... mamá no lo logró, y al cortar la llamada escuché un estruendo, creo que papá se despidió con esa llamada, se que es fuerte recibir esta noticia de una vez, así de rápido, pero te la doy así porque esto conlleva que ... solo nos tenemos la una a la otra, los negocios de papá recaerán sobre mi y sus socios, la vida que teníamos cambiará de ahora en adelante. – confesé lentamente.

Su rostro estaba pálido, sus manos temblaban, me acerqué un poco, nos abrazamos y comenzamos a llorar, antes de separarnos, limpié mis lágrimas, no quería que me viera en ese estado.

Ese día dormí con ella, no quería dejarla sola, era una pequeña de 14 años y no tenía a nadie más, Leo nos llevó la cena al cuarto, pero ella no probó ni un bocado, ninguna pegó un ojo en toda la noche, ella porque seguía procesando y yo porque estaba pendiente de ella.

Él día siguiente, la mañana del sábado, nuevamente Leo nos llevó algo de comer y logramos que desayunara, así transcurrieron un par de días hasta que ella estuvo un poco mejor.




5 meses después...




Llevábamos casi 7 meses de clases, yo estaba bien respecto a la noticia de mis padres, los recordaba con cariño, aprendí a controlar mis emociones, Alice no tocaba el tema, también parecía estar bien, estábamos a un paso de superarlo, Leo nunca dejó de ser atento con nosotras y me di cuenta de que realmente no lo merezco, Dorian y Alice siguen siendo pareja y Asher, él solo sigue existiendo, desapareciendo un par de días al mes y llegando con hambre de la universidad.

La supuesta carta con la explicación de mi padre llegó, el señor k me la dio hace una semana, pero aún no la abro, lo haré pronto, solo quiero recordar a mis padres como buenas personas un poco más antes de leerla, porque se que cambiará algunas cosas.

Viernes después de clases, por fin tendríamos unas vacaciones de 2 semanas, contarían a partir del lunes, no queríamos desaprovechar ni un solo segundo. Nos bañamos en la piscina y luego todos nos duchamos y juntos cenamos algo, Dorian informó que el primo de los hermanos Koch, vendría de visita, se quedaría las 2 semanas de vacaciones y llegaría mañana, alojaría en la casa de los Koch, Leo y Asher hablaban maravillas de él, contaban anécdotas graciosas sobre cómo escaparon de la fiesta de año nuevo en el auto de lujo de su tío y terminaron chocando con una gran piedra en una zanja, como cuando Asher tenía 15 años y leo y su primo 14, raparon al mayor mientras dormía o como su primo ingirió un durazno en mal estado para vomitar y faltar a un examen de la escuela. Después de comer nos fuimos a dormir.

La mañana del sábado desperté gracias a Leo, que estaba duchándose y cantando al mismo tiempo, ya había vuelto a instalarme en su habitación, eran las 8:00 am y su primo llegaría a las 10:00 am, aún quedaban dos horas. Me levanté y me vestí, me puse un top negro, unos shorts de mezclilla claros y encima un polerón gris, me hice una cola alta, salí de la habitación y todos estaban listos.

Estábamos desayunando cuando tocaron el timbre, Dorian prácticamente se teletransporto a abrir la puerta y gritó cuando vio a su primo del otro lado, quien lo abrazo fuerte y entró con su maleta mientras Dorian cerraba la puerta e iba detrás de él, Asher se levantó de la silla y le dio un apretón de manos, su primo se lo devolvió, luego Leo se paró y le dio un abrazo, terminados los saludos, miro a Alice, - Hola, tu eres la novia de Dorian, ¿verdad?, un gusto, - dijo y estrecho su mano mientras Ali sonreía, por ultimo sus ojos se posaron en mí, - Tú debes ser Anne, ¿cierto? – sus ojos eran grises como los míos y su cabello era negro, era más alto que yo, pero no tanto como Asher, - Así es, un placer conocerte... - dije con una sonrisa, - Jasper - él me sonrío de vuelta y pude notar que tenía hoyuelos en sus mejillas, se sentó junto a Leo y todos comenzamos a hablar. Intentamos hornear un pastel, pero este se quemó, luego todos nos bañamos en la piscina y jugamos con pistolas de agua, Dorian ganó.

Jasper era muy simpático, era el único que no sabía de la muerte de mi madre y la desaparición de mi padre, era reconfortante saber que por lo menos una persona no me distraía o hacía reír por lastima. Eran las 17:43 pm y yo me sentía agotada, les mentí a todos diciendo que tenía tarea para poder estar sola un momento y subí a la habitación de Leo, me duché y arreglé para dormir, aproveché el momento, ya que estaba segura de que nadie me molestaría y saqué la carta de mi padre de mi bolso, mire ese pedazo de papel y abrí el sobre, emanaba el olor del perfume de mi padre, antes de arrepentirme comencé a leer...

"Querida Annette...

A través de sombras grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora