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Entre a mi habitación y cerré la puerta, sabía que era la única en casa, pero aún así lo hice, supongo que más que por costumbre, por paranoia. Saqué mi joyero, tomé una larga cadena de plata y colgué en ella la pequeña llave de la caja fuerte, luego puse la cadena bajo el colchón, en el medio de la cama para que, si alguien entraba buscando algo, no la encontrará allí abajo tan fácilmente.

En cuanto al arma y las municiones, las metí dentro de una caja de zapatos y puse está bajo la cama, mal escondite para un arma porque, era un arma, pero mientras tanto la quería cerca, en algún lugar en el cual pudiera sacarla rápidamente si llegaba a ocurrir algo, reconozco que me sentía totalmente expuesta, estaba en una gran mansión, sola, sin padres, con mi hermana lejos y mi mejor amigo diez metros bajo tierra, en ese momento, la paranoia era lo de menos.

Me di una ducha, a pesar de que me duche cuando llegué a casa, lo hice de nuevo, después de abrir esa caja, de tocar esos documentos y billetes, de esconder una llave y un arma, me sentía sucia, necesitaba esa ducha y necesitaba descansar, si bien no había hecho ejercicio físico, mentalmente estaba agotada.

Fui directo a mi cama y me quedé dormida, pero no por mucho tiempo pues recibí una llamada y por primera vez en la vida, tenía mi celular con volumen.

Mi celular comenzó a sonar, eran 3:47 am y llamaba Ali, debía ser importante. - Anne, ¿Estás en casa? – escuché que mi hermana sollozaba al otro lado de la línea. – Alice, ¿Qué pasó? Si, voy para allá. – dije adormilada y salté de la cama con el celular en mi oreja. – Por favor, Asher esta... extraño, Jasper está intentando calmarlo. - me había quitado el pijama, estaba con un polerón y una calza puesta, estaba amarrándome las zapatillas cuando escuché su voz quebrarse. – Voy saliendo, ¿En qué parte de la casa estás? – Salí rápidamente de mi casa mientras le hablaba y subí a uno de los autos de mis padres, que ahora me pertenecían. – Encerrada con Dorian en su habitación, Jasper nos dijo que no podíamos salir a menos que él viniera por nosotros. - Aceleré y salí peligrosamente rápido, en menos de 4 minutos ya estaba fuera de la residencia Koch. – No salgan, ya casi llego. – corté la llamada, la reja estaba abierta por lo que seguí manejando a través del jardín de la entrada hasta quedar frente a la casa.

Ni siquiera estacioné el auto, lo dejé ahí parado y torpemente lo cerré, ni siquiera apreté el candado de las llaves y corrí a la puerta, comencé a golpearla con fuerza repetidas veces, nadie abría, comencé a formular alguna manera de entrar, la casa tenía buena seguridad, sería difícil, considerando que más que una casa, era una mansión.

Recordé la copia de llaves de Leo, él tenía dos, una siempre estaba bajo el tapiz negro de la entrada y la otra bajo una piedra algo grande, cuando lo conocí vi como la perforo y ahueco para poner unas llaves dentro y dejarla junto a un par de plantas en la puerta, era ingenioso, nunca llevaba sus llaves con él, prefería dejarlas en sus escondites, así no corría el riesgo de perderlas.


Revisé bajo el tapiz, no había nada, ¿nada?, siempre estaban ahí, me pareció raro, pero no le di importancia en ese momento y rápidamente busqué y abrí la piedra, saqué las llaves y entré a la casa.

Las luces estaban apagadas, subí las escaleras casi corriendo y a mitad de camino comencé a escuchar los gritos de Asher. Una vez arriba, fui a la habitación donde se suponía que estaban Dorian y Alice, toqué la puerta para llamar su atención y dije, - Alice, ya llegué, iré a ver que pasa con Asher. – escuché los sollozos de mi hermana y como Dorian intentaba calmarla, los ignoré y corrí a la habitación de Asher, de donde provenían los alaridos de dolor.

Abrí la puerta y cuando me asomé, vi a Jasper pateando a Asher en el suelo, tenía los puños cerrados y la mirada fija en los golpes que daba mientras Asher aullaba de dolor y le suplicaba que parara, - ¡¡Maldito traidor, bastardo, nunca debieron traerte a esta casa y menos fingir que eras parte de la familia, juro que voy a matarte!! – Jasper seguía golpeando, sus patadas no se detenían y sentí la obligación de intervenir, sabía a lo que se refería, a que Asher no era hijo de los Koch, pero no veía el porqué de la ira y el odio que emanaba de él. Entré a la habitación y tomé a Jasper del hombro para que se diera vuelta y parara los golpes, - Anne, sal de aquí ahora. – dijo con la respiración agitada, pero eso no impidió que sonara firme. – ¡Para, deja de golpearlo! - respondí al ver que volvió su mirada fría a Asher. – Dije que salieras, y tú, no creas que esto va a quedar así. – sentenció dándole un último vistazo a Asher mientras salía de la habitación y me arrastraba con él, cerró la puerta.

Una vez fuera de ahí, se dio vuelta hasta quedar frente a mí, vi cómo me miraba, diferente, como si sintiera lástima, pena por mi o fuese a decir algo que me hiciera sentir mal, Jasper nunca me había mirado así, con esa mirada que todos tuvieron cuando mis padres salieron del mapa y Leo se fue, sino que siempre me veía con desinterés o gracia, algo característico en él.

Tomó un respiro antes de bajar la mirada al suelo y hablar. – Anne, primero; creo que ya debes saber que Asher no es hijo de los Koch. – se apoyó en la puerta, tratando de calmarse, aún con la cara roja. – Lo sé, pero aún no sé porque lo estabas golpeando. – dije lo más calmada posible, pero mi voz tembló un poco. - Lo encontré en la habitación de Alice, fui a ver si estaba bien porque la escuché gritar... – dijo en un susurro, con la mirada perdida en la pared y la respiración ahora un poco más calmada, como si decírmelo hubiera sido decírselo a sí mismo, como si estuviera analizando lo que acababa de pasar, lo miré atenta, incitándolo a terminar la oración. – Lo vi sobre ella y... - Se separó de la pared y se acercó a mi. – No alcanzó a hacerle daño, ve a verla, estaré allá en un momento. - dijo en otro susurro, su mano acarició mi hombro, me miró un par de segundos y volvió a la habitación en la que estaba Asher, escuché el sonido que hizo la cerradura y deduje que cerró por dentro, me alejé mientras intentaba entender.

¿Asher había ido a la habitación de mi hermana con la intención de...? No, no podía creerlo, me sentí responsable por dejar a mi hermana en esa casa, por no obligarla a irse conmigo. Asher, a quien creí conocer, aunque sea un poco, se había sacado la mascara y había intentado violar a Alice.

Golpeé la puerta de Dorian, - Niños... - traté de decir algo más pero simplemente no pude, las palabras no salían, Dorian abrió la puerta, entré y la cerró detrás de mi. Busqué a Ali con la mirada y cuando la encontré, mi hermana estaba en el suelo, acurrucada en una esquina de la habitación, llorando silenciosamente, me acerqué y cuando intenté abrazarla se alejó, no me miraba. Dorian se acercó y de igual forma, fue rechazado, lo miré y noté que él también estaba llorando.

Asher las iba a pagar, a pesar de que conocía muy poco al primo de Leo, nunca imaginé que podría golpear a alguien, sólo conocí su lado tranquilo y encantador, pero estaba segura de que él se encargaría de cobrarle, y muy caro.

A través de sombras grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora