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Lo mató, esa noche mientras Dorian y yo tratábamos de acercarnos a Alice, escuchamos un disparo, ella estaba tan afectada que al parecer no lo sintió y Dorian no era tonto, al igual que yo, él sabía que Jasper le había disparado y supuso que luego se había deshecho del cuerpo.

Alice y Dorian se habían quedado dormidos, cerca de las 6:22 am Jasper tocó la puerta, me levanté lo más rápido que pude y le abrí. Tenía ojeras y se veía cansado, entró despacio y cuando vio a nuestros hermanos dormidos en la cama, noté que se relajó.

Me acerqué y lo abracé e inmediatamente él me devolvió el gesto, inhalé su aroma y cerré los ojos, ambos sintiéndonos a salvo y culpables en partes iguales. Aún no entiendo porque, pero creo que ninguno de los dos sabía que decir y ese gesto nos tranquilizó, fue como un "gracias" de mi parte y un "de nada" de la suya.

Cuando nos separamos, salimos de la habitación y bajamos las escaleras, entramos a la cocina, yo me senté en la isla lisa de mármol y el se apoyo en el lavaplatos, nos miramos un rato, cada uno sin saber como empezar una conversación luego de lo ocurrido la noche anterior hasta que él rompió el silencio. - Antes de disparar, dijo que Leo iba a enojarse conmigo cuando se entrara de que había matado a su hermano. – dijo en voz baja y desvió la mirada, cruzando los brazos en su pecho. – Estaba delirando, estabas a punto de matarlo, te dijo eso para retrasar el disparo o hacer que cambiaras de opinión. – respondí lentamente mientras me paraba y ponía a hervir agua. – No lo sé, después de todo lo que pasó en el hospital, no volvimos a ver el cuerpo de Leo, ni siquiera en el funeral, solo vimos el cajón. – dijo recuperando su volumen de voz habitual. – Crees que él ... no Jasper, eso sería imposible. – se acercó al refrigerador y sacó una manzana mientras yo servía el agua en dos tazas, una para Dorian y otra para Alice, yo no quería y Jasper negó con la cabeza cuando le ofrecí una. – En la mafia nada es imposible Anne, el señor k no se veía afectado, las enfermeras no me dieron sus nombres, Leo si estaba raro, pero nadie nos asegura que está muerto. – finalizó y subió las escaleras.

"Soltaron el cajón y pude escuchar como este se golpeaba con el suelo dentro de ese agujero, pero no escuché nada golpearse dentro de él, quizás fue solo mi impresión.

La señora K y el señor K tomaron tierra en sus puños y la depositaron sobre el cajón, luego Asher, Dorian, Jasper y finalmente yo, luego Ali.

Dorian no lloraba, solo se quedaba viendo fijamente a su padre, quien tampoco se mostraba triste, sino que atendía llamadas del trabajo, y a su lado su esposa, hablando con Asher de algo ajeno, Jasper tenia los ojos hinchados, yo no sabía que hacer o decir, tampoco tenia ganas de hacer o decir algo, solo quería irme a la habitación de Leo, nuestra habitación, pero luego recordaba que ahora él ya no estaría esperándome ahí, y de repente solo quería quedarme en el cementerio junto a la lápida que estaban ya instalando."

A los minutos subí a la habitación de Dorian, que ya estaba sin llave y entré con una taza en cada mano, ambos estaban despiertos, las recibieron y bebieron en silencio, cuando Alice se la terminó, me acerqué y esta vez me dejó abrazarla, no quise preguntarle nada aún.

Cerca del atardecer, mi hermana me contó lo que había pasado, yo ya lo sabía, pero aún así no la detuve, traté de reconfortarla y para el anochecer ella ya estaba algo mejor, fue con Dorian a la sala de cine para ver una película y yo me dispuse a buscar a Jasper, que había desaparecido luego de nuestra charla en la cocina.

Revisé toda la casa, desde el ante jardín, donde supuse que podría estar caminando o despejándose ya que era muy grande y lindo, hasta la piscina del jardín trasero, pero no lo encontré.

Subí al segundo piso e inconscientemente me dirigí a la habitación de mi mejor amigo, donde dormía cuando me quedaba en la casa. Cuando entré vi a Jasper, sentado frente a la cama, en un gran almohadón que siempre permanecía dentro del closet, con los ojos cerrados y la manzana que se llevó de la cocina esta mañana en la mano.


Me quedé un momento apoyada en el marco de la puerta y luego me fui, cerrando lenta y silenciosamente la puerta detrás de mi, no quería interrumpirlo, sabía lo significativos que eran esos momentos de soledad, para pensar, para entender, para respirar y luego ser capaz de avanzar.

Quería devolver el tiempo, volver a cuando tenía una familia completa, una vida más cercana al término "común", no esto, no una hermana sufriendo, no una yo que estaba a punto de asumir responsabilidades que no le correspondían, no quería dejar mis buenos momentos atrás. Luego de la desaparición de papá y la muerte de mamá, dejé la academia de vuelo, no podía ir, recordaba las premiaciones a las que mi madre iba emocionada, sugiriendo que podría ser una muy buena piloto, o cuando mi padre decía que ser piloto debía ser solo un hobby, que mi verdadero deber sería la empresa algún día. Y después, sentía miedo de ir sola, sentía pena y nostalgia al entrar en un edificio y volar en un pedazo de cielo en el que antes volé con mi mejor amigo.

Pensé en eso mientras me dirigía a una de las tantas habitaciones de invitados, a la más cercana del cuarto de Dorian ya que ahí también se quedaría Alice. La habitación, tenía la puerta blanca con una manilla dorada, las ventanas con bordes dorados muy delgados y paredes blancas, una gran cama en medio y dos pequeños veladores a cada lado, al frente un televisor colgado de la pared y al menos a un metro y medio de este, hacia la derecha, otra puerta que llevaba al lujoso baño.

Me recosté y me puse a ver televisión, me preocupaba Jasper, pero ya me encargaría de eso después, estaba lista para dormir, con pijama y bajo las suaves sábanas de esa gran cama cuando de repente me llegó un mensaje, me sorprendí al ver que era de un número desconocido, no lo tenía agendado, eso me provocó nervios, comencé a sentir miedo.

Cuando vi la pantalla, mi expresión se suavizó, transformándose en una arrogante y divertida sonrisa que se transformó en una de mis sensaciones favoritas.


Ahí, semi sentada en la cama y con celular en la mano, abrí el mensaje, era del chico con el que bailé en la fiesta de Maya y Oliver, del que me tuve que despedir por culpa del ya inexistente Asher, por quien tuvimos que irnos ya que se pasó de copas.

"Hola Gaby, soy Zev."


Claramente espere un par de minutos antes de responder; mientras registré su número en mi celular.


"Hola Zev, ¿Qué pasa?"

Quería verme desinteresada, aunque por dentro moría de ganas por saber cuál era su razón para buscarme.

"Bueno; seré directo, te quería invitar a una fiesta este sábado, no hablamos tanto la vez pasada, pero me agradas y me gustaría que pudiéramos terminar nuestra conversación, ¿Qué dices?"

"Claro, yo encantada, dime la hora y lugar y te aviso si puedo ir, necesito bailar un poco."

Al rato Zev me envió la dirección, era en la ciudad, eso me hacía sentir más segura, empezaba a las 22:00 pm y terminaba a las 01:00 am, buena hora.

Quería ir, pero me estaba arrepintiendo, primero por lo que pasó con Alice, era reciente y no sabía como ayudarla, dudaba que dejarla sola y salir de fiesta fuera una manera y segundo; porque en caso de ir, me complicaba dejar a Alice sola en esa casa, sabía que Dorian estaría con ella, pero hablaría con Jasper para ver si él podría quedarse con nuestros hermanos, no quería dejarlos
solos.

A través de sombras grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora