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Leo tenía puesta una camisa beige y unos pantalones de mezclilla del mismo color, Asher una camisa blanca y pantalones de mezclilla azules, Jasper una camisa negra y unos pantalones de mezclilla grises del mismo tono que sus ojos, Jasper y Leo tenían desabrochados los dos primeros botones de sus camisas, mientras Asher parecía monja, con todos los botones abrochados.

Yo tenía puesto un vestido negro ajustado a mi figura, justo dos dedos sobre la rodilla, tenía una abertura de aproximadamente 10 cm en mi pierna izquierda, escote en V y unos tacones negros que había comprado en el centro comercial. Maquillé mis ojos solo con delineador negro y mascara de pestañas, puse brillo sobre mis labios, la verdad no suelo maquillarme mucho ya que afortunadamente el ADN está de mi lado. Mi cabello castaño claro tenía unas ondas que tardé haciendo al menos 20 minutos, me puse un punto de luz y un anillo con una piedra azul que mi madre me regalo al cumplir 18, en mi hombro colgaba una pequeña cartera que combinaba con mi preciado anillo.

Nos despedimos de Alice, de Dorian y de la señora k, subimos al auto de Leo, durante el camino los chicos discutían si cerrar o no sus camisas, vieron la camisa de Asher y decidieron dejarlas como ya los tenían, con dos botones desabrochados.

Llegamos a la fiesta, era en un centro de eventos bastante grande, la pista de baile no estaba tan llena pero aún así se nos dificultó pasar por ella, nos acercamos al bar y todos pedimos vodka, acordamos que nadie se iría de la fiesta sin los demás y que ninguno aceptaría drogas, si, eso lo dije yo, luego nos separamos.

Me dirigí a la pista de baile y desde ahí vi a Oli y May tomados de la mano en el centro de la pista, todos a su alrededor los miramos ya que simultáneamente pausaron la música, - ¡Organizamos esta fiesta para anunciar y celebrar que Maya y yo por fin somos novios! – Grito Oli emocionado, - ¡El bar será gratis esta noche, disfruten y gracias por venir! – completo May, la música volvió a sonar, me acerqué a ellos y los felicité por su noviazgo, que ahora ya era oficial.

Vi que, en la barra, Asher estaba bebiendo al menos 3 tragos diferentes y en la otra punta de la pista vi a Leo, bailando con una morena, me despreocupé de ellos y baile en el centro de la pista.

Comencé a bailar con un chico un poco más alto que yo y por lo que vi muy guapo, claro que las luces cambiaban de color, por lo que no pude verlo con claridad. El chico me acercó más a él sosteniendo mi espalda, sus manos comenzaron a bajar lentamente hasta mi espalda baja mientras sus ojos me miraban expectantes, como si estuviese pidiendo mi autorización, sonreí en respuesta dándole a entender que tenía mi permiso, subí mis manos lentamente por su pecho, acariciándolo hasta llegar a su cuello y mirándolo de la misma forma, él me autorizo, respondiendo al igual que yo, con una sonrisa.

Bailamos un buen rato, cuerpo contra cuerpo, hasta que se acercó a mi oído y pregunto suavemente, pero por encima de la música, - Sí te invitara un trago, ¿aceptarías? – me acerqué a su oído y contesté, - Solo si me dices tu nombre, - vi como una sonrisa arrogante se apodero de su rostro, - Con gusto lo haré luego de que me digas el tuyo, - respondió, pero esta vez su tono de voz era un poco más grueso, no pude ocultar mi sonrisa, él lo notó y tomo mi mano para dirigirnos a la barra sin perdernos entre las demás personas.

Llegamos a la barra, que al igual que la pista, era iluminada por luces parpadeantes de todos colores, impidiendo tener una visión clara, el chico me invito un Daiquiri, lo bebí tranquilamente ya que observé como lo preparaban y no vi nada extraño, el pidió el mismo trago, - Y bien, ¿Cómo te llamas? – preguntó con una expresión de duda, - Gaby, ¿y tú? – mentí, ahora que me involucraría en la mafia, sería más cuidadosa, su expresión cambio nuevamente a esa sonrisa arrogante que me parecía tan atractiva, - Zev, ¿Cuántos años tienes?, yo 18, - preguntó mientras yo bebía mi trago, - 18 también, ¿Eres de por aquí? – me atreví a preguntar, con la esperanza de que dijera que si, - Aún no, me mudare por aquí uno de estos días, ¿Tú?, - en lo que él respondía pude ver a Asher apoyado contra Leo, quien me hacía señas dándome a entender que debíamos irnos, sonreí pícaramente, - Yo si, debo irme, ¿me darías tu número? – alzó sus cejas y sonrío satisfecho, anoto su número en mi celular, lo llamé para comprobar que me lo había dado correctamente, me guiño el ojo y se dirigió a los hermanos Koch, en eso lo perdí de vista y acabé mi trago, me acerque a Leo y partimos al auto.

En el camino mientras Leo manejaba, yo vigilaba a Asher, que estaba recostado en los asientos traseros con su cabeza apoyada en las piernas de Jasper. – Se paso de copas. – dijo Leo, - No me digas, no tenía idea, - contesté sarcásticamente mientras veía la oscuridad a través de la ventana, - Lo sabía, - dijo Leo triunfante, - Contexto, me perdí – pidió Jasper, - Anne esta molesta porque por culpa de la sed de Asher nos fuimos antes de que acabara la fiesta y ella estaba pasándola muy bien, ¿no crees Jasper? – enfatizó en la pregunta, algo que al parecer ni Jasper ni yo entendimos, - Yo igual estaba pasándola bien, digo; a eso vinimos. – contestó Jasper con un aire de desilusión, - ¿Todo bien? – le pregunté, - Si, solo que una chica llamo mi atención y justo tuvimos que irnos. – contestó y sentí... ¿Celos? aparté la mirada hacía el frente. – No te pongas así, también conociste a alguien, si fuera gay o una chica, lo habría besado, se movía muy bien. - dijo Leo, causando que los tres lanzáramos una carcajada, - Parece que tu tampoco la estabas pasando mal Leo, te vi toda la noche pegado a una chica morena, ¿Le diste tu número? – pregunto juguetón su primo, - No, pero si la besé, ¿ustedes van por la vida dando sus números?, - cuestionó incrédulo - Yo si lo di. – dijimos Jasper y yo a la vez, compartimos una mirada triunfante y por fin llegamos a casa.

Entre los tres cargamos a Asher y subimos en silencio las escaleras, lo dejamos en su habitación, Jasper se despidió y se fue a dormir, Leo y yo fuimos a su habitación y él se encerró en el baño, en eso me puse pijama y pude escucharlo vomitar, cuando salió del baño también se había cambiado ropa, me acerqué rápidamente a él y pude oler su aliento, no había tomado ni una pizca de alcohol.

Al notar lo que hice, se alejo cuidadosamente, - No sientes el olor a alcohol porque lo vomite. – se justificó mientras se acostaba, - Leo... sabes que no es cierto, no bebiste nada. – aseguré lentamente, - Bueno, no bebí porque estaba manejando, ahora durmamos, mañana vendrá papá, descansa. – dijo y cerró los ojos, - Descansa. – respondí, él me estaba mintiendo, pero; ¿Por qué lo haría?, estaba segura de que me ocultaba algo, solo me quedaba ser paciente.

Domingo, 13:27 pm, en la casa solo Ali y Dorian se habían levantado y estaban en la sala de cine viendo una película de terror, desperté y vi que Leo no estaba a mi lado, estaba encerrado en el baño, me incorporé rápidamente y hablé contra la puerta, - Leo, ¿Estas bien?, ¿Te traigo algo? – no hubo respuesta, solo más y más vomito, salí rápidamente de la habitación directo a la cocina.

En una bandeja preparé cuatro tazas de té, subí y toqué a la puerta de Jasper, cuando la abrió noté que acababa de despertar, estaba despeinado y en shorts, sin polera, pero no se veía mal, al contrario, me refiero en cuanto a la resaca, obviamente, - Buenos días, no quería despertarte, pero hoy llega el señor k, toma. – dije y le tendí un té. – Buenas tarde Anne, gracias, no tenía idea de que llegaría hoy. – dijo agradecido y con una sonrisa, sonreí de vuelta y me dirigí a tocar la puerta de Asher, - Agh, pase – dijo del otro lado, entré y lo vi tendido en su cama como una estrella de mar boca abajo, traía puesta una bata, - Buenos días Asher, te dejaré por aquí la taza de té, el señor k llegará hoy. – avisé y en cuanto escucho el nombre de su supuesto padre, salto de la cama, - Gracias Anne, justo se le ocurre llegar un domingo, existiendo siete días tenía que llegar hoy. – dijo de mala gana.

Finalmente entré a la habitación de Leo, estaba sentado en la cama, le ofrecí una taza y la recibió, - Gracias. – dijo apenado, - ¿Necesitas algo?, si quieres puedo ir a una farmacia por medicamentos. – ofrecí, sin mirarme, negó con la cabeza, - Dormiré un rato más, no creo que mi papá llegue tan pronto. – dijo y se acurruco en la cama, - Bueno, te despertaré cuando llegué, podrás vestirte en lo que saluda a los demás. – dije y escuché un "gracias" amortiguado por las almohadas.

A través de sombras grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora