• 12 •

5 1 0
                                    







Todo pasó muy rápido, de un momento a otro, uno de esos delincuentes estaba pateándome fuertemente en el suelo mientras yo solo me aferraba a mis cosas e intentaba pararme, algo que claramente era imposible en ese momento.

Terminó, los guardias del centro comercial llegaron y rápidamente llamaron a la policía, se llevaron a los ladrones mientras otras personas se acercaban a prestarnos auxilio, con la ayuda de algún desconocido, pude pararme, sentía un fuerte dolor en mi abdomen pero nada que no pudiera soportar, quizá me quedaría uno que otro hematoma, pero no me habían quitado mis cosas, dentro de lo posible; estaba bien.

Por otro lado; habían apuñalado a Maya, íbamos camino al hospital, ella estaba inconsciente, necesitaba ser atendida de urgencias.

El hombre que me ayudó a pararme y me sostuvo un momento para que pudiera sentirme segura de estar en pie, iba en su auto atrás de la ambulancia, que era donde yo iba acompañando a Maya, me ayudó a pararme y recuerdo que no le agradecí correctamente, ni siquiera lo mire a la cara cuando le dije gracias, estaba concentrada en que no me hubieran robado mis cosas, cuando llegáramos a urgencias; le agradecería correctamente, no todas las personas arriesgan su vida acercándose a dos ladrones con una cuchilla para ayudar a las víctimas, además, él hombre ni siquiera nos conocía.

Una vez en el hospital, se llevaron a Maya en una camilla y me recomendaron llamar a sus familiares, lo hice y me quedé esperando en la sala de espera a que me dieran noticias de su estado.

Al rato se me acercó el doctor - Hola, usted venía con Maya Morgan, ¿Verdad? - me preguntó mientras rellenaba una ficha médica - Si, soy su amiga, ¿Como está? - respondí mientras me paraba del asiento - Bien, gracias por preguntar. - parece que no había entendido mi pregunta - Me alegro, pero ¿Como está Maya? - traté de mantener la calma, claramente preguntaba por mi amiga - Oh, está en observación, está... - un hombre se acercó corriendo y quedó a sólo un metro y medio de mi conversación con el doctor - Como decía, está bien, solo debemos mantenerla aquí un par de horas más, le avisaré cuando pueda verla. - le di un asentimiento de cabeza - Muchas gracias. - se marchó tranquilamente por el largo y blanco pasillo.

Al ver que el doctor se había retirado, el hombre se acercó despacio hasta llegar a mi - Hola, ¿Como están tú y tu amiga? - me preguntó - Bien, muchas gracias, de verdad, por ayudarme en el centro comercial y por tomarte la molestia de venir hasta aquí, no era necesario. - aclaré amablemente - Lo sé, solo quería asegurarme de que estuvieran bien, fue terrible lo que les pasó, me alegra que no estés tú también ahí dentro siendo atendida en alguna habitación. - no me había fijado en su apariencia ni en lo más mínimo, cuando me ayudó estaba concentrada en pararme y evadir el dolor, estaba tan preocupada por Maya que no me fije en él - Si, muchas gracias, disculpa ¿Como te llamas? - tenía ojos café y cabello color miel, mandíbula marcada y cejas gruesas - Isaac, ¿Tú? - no se veía tan mayor - Anne, un placer, ya que viniste hasta acá solo a ver como estábamos y además me ayudaste, ¿Aceptas si te invito un café? - sonrió, tenía una sonrisa muy linda, ladeo la cabeza y luego pareció meditarlo un poco, por fin aceptó, no sabía su edad, pero independiente de eso, podía asegurar que tenía alma de niño.

Nos dirigimos a la cafetería del hospital, le invité un café y yo pedí una malteada, hablamos de cosas triviales y finalmente conseguí lo que quería, su edad, 23 años, estudiaba leyes y vivía en la ciudad, claro que así como yo le pregunté cosas, él también a mi, le dije la verdad, por alguna razón creía que era un buen tipo, le dije que tenía 18, que estudiaba administracion y negocios y que también vivía aquí, intercambiamos números e insistió en que si llegaba a necesitar algo podía llamarlo, a la hora que fuera.

Me pareció muy tierno, no me conocía, sin embargo se comportó como si fuese alguien cercano, fue realmente muy preocupado y gentil.

Se fue y me quedé en el hospital esperando a que Maya fuera dada de alta, su familia llegó y por fin pude entrar a verla, estaba mejor, pero estaba muy asustada y luego de que le dieran el alta, tendría que hacer reposo al menos una semana, me quedé con ella alrededor de una hora y luego me fui a casa, bueno, no a mi casa, sino a la de los Koch. 

Me duché y fui a la sala de cine, ahí estaba mi hermana y su novio, viendo películas de terror, aún no entendía como podían dormir después de ver tantas, todos los días.

Mientras veíamos la película, vi como Alice se acurrucaba con Dorian, ambos tapados con una manta, me dieron ternura y de un momento a otro me percaté de que no sabía nada de Jasper, me pareció raro no saber de él y aún más raro que el viniera a mi cabeza después de ver la tierna escena de Ali y Dorian - ¿Saben donde está Jasper? - ambos mantuvieron su vista en la película - Creo que fue a comprar unas cosas, saldrá mañana. - dijo Dorian, no podía, yo saldría mañana a la fiesta de Zev, no podía salir él también, ¿Nuestros hermanos se quedarían solos? - Oh, gracias, bueno los veré más tarde. - me despedí y salí de la sala de cine para llamar a Jasper sin interrumpir la película.

Sonó una, dos, tres, cuatro veces, no contestaba, algo me decía que no solo salió a comprar, sino que salió por trabajo, este era mi último fin de semana, el día siguiente era domingo y luego lunes, tendría que ir a la universidad de nuevo, sin Leo, sin Asher, sin Maya, dos muertos y una herida con reposo obligatorio en su casa.

Me pase un buen rato intentando contactarme con Jasper, parecía su mamá, quería que me contestara el teléfono. 

Luego de varios intentos; contestó - ¡Jasper!, por fin contestas, ¿De verdad saldrás mañana?, Yo también iba a salir, necesitaba que... - estaba explicándole hasta que puse atención al sonido proveniente del otro lado de la línea, respiraba agitado, se escuchaba mal, supuse que por la señal, ¿Donde estaba y porque no tenía buena señal? - Anne, voy para allá, dime que todos están bien, dios. - respiraba entrecortado, definitivamente algo le ocurría, quizá estaba ¿Corriendo? - Si, todo bien, ¿Qué pasa? - pregunte algo nerviosa, ¿Estábamos en peligro?, ¿Jasper estaba en peligro justo ahora? - Nada, voy para allá, ¡Mierda, rápido! - se escuchó un ruido, no pude descifrar que era, luego se cortó la llamada.

Odiaba esto, escuchar ruidos al final de las llamadas, fue lo ultimo que escuché la ultima vez que hablé con mi papá.

Salí de la casa, estaba en shorts de pijama y una polera que alguna vez fue de mi papá, yo estaba bien, había superado su partida, solo que aún me aferraba a ciertas cosas materiales, así me sentía menos sola.

Desde la entrada vi como un auto que no era de nadie en la casa, que parecía más el auto de un chofer, ingresaba a la propiedad, se acercaba rápido, muy rápido, no podía ver quien lo conducía dado que esos tipos de autos tienen vidrios polarizados, para aumentar la seguridad y asegurar la privacidad de los clientes que se trasladen en ellos, ese auto era idéntico al auto que iba por mi antes a la universidad, era el mismo modelo.

El auto se paró en seco frente a la puerta de la casa, más bien mansion, ni siquiera se estacionó o intentó parar en un lugar más alejado de la entrada, estaba literalmente en la bajada de esta, vi el auto y cerré la puerta de la mansión atrás de mi, había sacado las llaves por lo que luego podría volver a entrar, vi la patente y quedé helada, era la patente de mi chofer, la puerta del conductor se abrió y vi a Ben bajar rápidamente y luego azotar la puerta en un intento desesperado por apurarse en abrir la puerta trasera, me acerqué lo más rápido que pude y en eso vi que Jasper, con la ayuda de Ben, salió del auto, venía herido.

A través de sombras grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora