Así es vivir con depresión.

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Despiertas... y ni siquiera puedes moverte, porque pesas más de lo que dice la báscula, no ha salido el sol y ya quieres que el día termine solo para volver a dormir y sentirte inexistente, es la única manera de olvidar todo y que las horas se pasen pronto porque esperas que el tiempo lo cure todo, o eso es lo que dicen, y descubres que es todo lo contrario... No entiendes para que vivir si tu no quieres, la vida debería ser decisión, pero todos te dicen que agradezcas haber despertado y la verdad agradecería más el no haberlo tenido que hacer nunca.

Tu cuerpo no te responde, te sientes cansado aun estando en cama, tu voz está estancada, tal vez hablas, pero sientes que ya no te perteneces. Has dejado de dar órdenes y alguien más toma el control de ti y desconecta ese lazo entre tu mente y cuerpo, no entiendes cómo vas a poder explicar esto, porque ¿Cómo van a entenderte? Si ni siquiera tú puedes hacerlo.

Antes de salir tomas una máscara que te ayude a sobrevivir a ese infierno donde nuca hay sol y siempre es invierno. Finges que todo anda bien, pues de nada sirve expresarlo, a nadie le importa y si te preguntan ¿Cómo estás? Es por rutina, en realidad no quieren saberlo.

Es mejor quedarte callada, a que te llamen loco y lo peor es que tienes miedo de creerlo, por eso trazas una mueca en el rostro que todos llaman sonrisa, el diccionario te dice que sonreír es el resultado de la alegría, pero en tu caso, es el resultado de no querer parecer un enfermo mental ante la gente.

Algunos creen que estar deprimidos es pasar el día llorando, pero cuando en realidad sientes, llorar queda en segundo plano porque ni para llorar encuentras sentido, solo estás vacío, eres un disfraz sin nadie dentro, te miran y creen que allí estás, pero nunca estás, te sientes ausente de ti, ni siquiera puedes encontrarte y traerte de vuelta y llegas a pensar si alguna vez fuiste alguien, sacas las fotos viejas y es imposible recordar que había antes de esto porque ahora estás muerto, aunque sigas viviendo, las cosas que antes te alegraban ahora son insignificantes porque tu tampoco significas algo.

<<Estás así porque quieres>>

Ya perdiste la cuenta de cuantos te lo han dicho, por eso te alejas de todos para evitar comentarios idiotas donde creen que te haces heridas por decisión propia, cuando son dos viviendo en un cuerpo, tu solo quieres correr a esa cosa que te controla porque estás harto de ti, de eso, de todo y en defensa propia terminas lastimándote con todo lo que tengas en frente, y piensas que así se irá, a veces funciona y crees que has ganado pero regresa solo para que te des cuenta de que eres un estúpido y que nunca ganaste, solo te mutilaste.

Te miras al espejo y solo hay desastre, una basura, una escoria, quieres gritar, pedir ayuda, pero ¿para qué? Si ni tú te quieres.

Se hace un círculo vicioso donde te dañas, te das cuenta, te arrepientes, pero después crees que lo mereces. Cada día luchar se vuelve un atentado suicida, una película en cámara lenta donde tampoco tienes el valor de acabar con tu vida, pero tampoco de vivirla.

<<Estás así porque quieres>>

Y sí, tal vez seas tú el culpable, por abrirle la puerta, por creer que tu tenías el control de todo que solo eran días malos y pronto pasaría, pero no, nunca tuviste el control de nada, ahora eres el ratón en el laberinto donde no encuentras la salida porque ni para eso sirves, y te acorralar en un rincón a rogar que todo termine, a tratar de recordar qué te llevó a esto, pero ni esto puedes hacer bien.

No sabes qué te preocupa, lo tienes todo, entonces ¿Qué? ¿Qué te falta? ¿Cuál es el problema? Vivir... Vas al médico y te indica que señales donde te duele... ¿Cómo le explicas que te duele el alma? Todo un frasco de pastillas que te ayudarán a sentirte mejor y solo te mantienen sedado donde lejos de ayudarte lo empeoran todo, y miras el calendario han pasado tres meses y lo único que recuerdas es que has estado aquí, en estas cuatro paredes, ¿Por qué a ti no te funciona? ¿La dosis está mal? Y entonces tomas otra... y otra... y otra... ya que puede ser peor.

Textos de Gilraen Eärfalas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora