Capítulo XVII

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Taeil, miraba fijamente al campo desde la ventana del palco.

–Sabía que ocurriría cuando le suspendí, pero esperaba que no llegara a ser tan grave.

Los Stars habían sido ineficaces contra el equipo contrincante de hoy, quienes parecían sedientos de sangre por decir lo menos. Kim JongIn fue interceptado cuatro veces, Yuta no pudo desmarcarse y la defensa no tuvo su mejor tarde. Taeyong echó la última mirada al resultado final: Raiders 34, stars 3.

–No importa –dijo –mejoraremos la semana que viene.

–Jugamos contra los delfines la semana próxima. Sólo han perdido un partido esta temporada y fue contra los caballeros.

Antes de que pudiera responder, uno de los amigos de HyungSoo se acercó a ellos, dirigiéndose a Taeil rápidamente.

A la mañana siguiente, cuando se dirigía a trabajar a las ocho con la idea de encontrarse con Taeil como había previsto, se encontró volviendo a vivir otra vez la tarde del sábado. No podía recordar la última vez que había pasado un rato tan maravilloso. Desde la feria de arte, los tres se habían ido a un restaurante de la zona para tomar una cena temprana y YoonOh había probado que era tan buen oyente como narrador de historias. Lo había invitado a acompañarlos a casa, donde Donghyuck le había enseñado su nuevo armario. Sus cumplidos habían hecho más por la confianza de su hermano que cualquier cosa que Taeyong le hubiera dicho. Se había marchado a las ocho, y se había pasado el resto de la noche torturándose con imágenes de YoonOh con su amigo tailandés.

Un tráfico extraordinariamente denso a la altura del rio Han lo retrasó y llegó a la oficina de Taeil algunos minutos después de las ocho. YoonOh ya estaba allí. Les dirigió a ambos una alegre sonrisa mientras tomaba asiento en la mesa de reuniones, esperando que Jung no se diera cuenta de lo contento que estaba de volver a verlo.

Tan pronto como se acomodó, Taeil inició.

–Ahora que la suspensión terminó, YoonOh, quería que tuviéramos la posibilidad de aclarar las cosas. Como son conscientes, hemos recibido algunos duros golpes de la prensa estas últimas semanas. Los periódicos de esta mañana son de lo peor. Recibí anoche en casa, una llamada del comisionado declarando, de malas maneras, que somos una vergüenza para la liga.

–No me digas que no crees que exagera un poco –soltó YoonOh.

–Me habló de las fotos de Taeyong, de tu suspensión, de la manera en que Taeyong baja vestido al campo, y, claro está, del rumor de que ustedes están liados. También mencionó una conversación telefónica que tuvo contigo la semana pasada, Yong. Desearía haber estado enterado. ¿Hay alguna razón para que no me dijeses que habías hablado con el comisario?

Taeyong cambió de postura en la silla y decidió que había querido más a Taeil cuando se dejaba llevar.

–Me olvidé.

YoonOh lo miró escépticamente.

–Eso es un poco difícil de creer.

–Está todavía molesto por lo que le dijiste –murmuró Tael.

–Soy yo quien debería estar molesto.

– ¿Te importaría decirnos por qué?

Intentó exponerlo de manera que no saltaran sobre él al momento de escucharlo.

–Fue algo paternal. Me dijo que había personas que no tenían cabeza, especialmente un niño bonito como yo, para hacer el trabajo de un hombre. Dijo que no era justo para mi primo. Mencionó todas esas cosas que te dijo a ti, más el rumor que había oído de que además de YoonOh salía con Yuta –Apretó la boca– Sugirió que la causa de mis problemas podría estar en mis preferencias sexuales.

It was always you [A¦Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora