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Si eres de las personas que se han imaginado la reacción que tendría nuestro grupo favorito ante cualquier situación, o te idealizaste del tipo de persona que sería tu bias.
Te invito a leer éste libro que puedo asegurar, te gustará...
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– No es necesario que me acompañes cariño, solo entraré a dejar esto y ya estoy de regreso– dijiste mientras que con la mirada le señalabas la caja que tenías en tus brazos
– No me es molestia acompañarte, sirve y saludo a la señora... – alargó la última vocal con un intento de hacer que digas el nombre de la persona
– ¿Lo ves? Ni siquiera te sabes el nombre de la encargada – diste un paso y Jun Won te siguió – Ya Jun Won, me esperarás aquí y punto – lo marcaste como tú última palabra y él no tuvo más remedio que acatar tus órdenes
Jun Won se desatendió de toda labor que tenía para el día, desde muy temprano dijo que pasaría el día contigo: si tenías que salir de casa él te acompañaría o si tenías labores domésticas por hacer, él te ayudaría.
Por eso mismo se encontraba justo fuera de la casa hogar en donde habitualmente llevabas algunas prendas (dígase cobijas, ropa,etc.) en buen estado que ya no necesitabas, o a veces llevabas la que recién comprabas. Tu pareja también hacía labor comunitaria, solo que él va acompañado de sus amigos porque así: "aquellos vagos pueden ir aprendiendo a hacer cosas buenas sin esperar algo a cambio", según sus palabras claro.
Sacó su teléfono y comenzó a revisar las redes sociales o bien, respondía si tenía algún mensaje nuevo, a lo mucho que pudo haber pasado es un minuto pero cuando tiene que esperar, hasta se siente como si las milésimas de segundos pasaran muy lento.
Levantó la vista cuando escuchó gritos, este bullicio era justo en la entrada de la casa hogar, Joon Won de inmediato guardó su teléfono en su bolsillo y camino con mucho cuidado hacía el lugar.
Al parecer los del problema eran dos tipos bastante altos, no podía escuchar con claridad que se decían entre ellos por los gritos de auxilio que daban algunas mujeres, pero lo que si notaba muy bien eran los múltiples golpes que se deban el uno al otro.
Una mezcla de preocupación y molestia comenzaban a presentarse en su cuerpo, le importó muy poco el haber empujado brutalmente a las personas que se agarraban a golpes, por su imprudencia, terminaron golpeándote a ti y eso que estabas lo mas alejada posible de ellos.
– Vamos te llevaré con un médico – te levantó con mucho cuidado junto con el apoyo de una señora
– No es necesario, el dolor pasará – dijiste con los ojos cerrados debido al mareo que te provocó aquel fuerte golpe
