capítulo 5: En la montaña nevada

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...

Dalas: Debo hablar con Albedo... Ya sabe sobre mis sentimientos hacia él, no debería de ocultarle más cosas.

Venti: Oh? Tan rápido te decidiste? Genial! Vamos, tu puedes!!!

Dalas: Bien, probablemente esté en espinadragón. Allá voy, Albedo!

Dalas aún estaba nervioso, pero ya había tomado su decisión. Salió de la taberna y dio un largo suspiro... Estuvo pensando un poco más en lo que iba a hacer, en lo que podría pasar.

Dalas: Si Albedo no acepta mis sentimientos... No puedo obligarlo. Cuando lo conocí fui muy malo con él y... Debió de sentirse incómodo.

Volvió a suspirar y se puso en marcha hacia espinadragón. Es una noche hermosa, las estrellas iluminan el cielo nocturno y como siempre, hay un viento muy agradable.

Pasó un rato caminando, hasta que llegó al campamento en la entrada de espinadragón. Dalas miró a su alrededor, esperando quizás que Albedo estuviera ahí, lamentablemente no estaba y tuvo que adentrarse en la montaña. Hace frío ahí y el aire es más fuerte...

Dalas: Albedo, debo aclarartelo todo... Por favor aparece pronto! (Mira a su alrededor buscando alguna señal) Nada... Entonces tendré que seguir mi camino.

Dalas cada vez avanza un poco más lento, su respiración se vuelve muy pesada y su cuerpo empieza a enfriarse rápido. No tarda mucho y cae al suelo de rodillas intentando controlar su respiración.

Dalas: Maldición! Por qué tienes que vivir en un lugar como este? No podrías tan sólo... tan sólo...

Cae al suelo... A la helada nieve que cubre la montaña. La vista de Dalas se hace muy borrosa y pareciera que es su fin, es mucho más terrible que la última vez que estuvo en espinadragón. Suelta lo que pensó que sería su último suspiro y cerró sus ojos. Antes de desmayarse y esperar su muerte, unos pasos se escucharon.

...

Para su sorpresa, Dalas aún vivía. Abre lentamente sus ojos y suelta un largo suspiro. El ambiente se le hace conocido, es más que claro que ya había estado ahí antes. Ya acostumbrado a la iluminación, Dalas se levanta y abre sus ojos por completo. En efecto, Albedo le había salvado la vida una vez más, ahí se encontraba, haciendo sus cosas de alquimista.

Dalas: Albedo, gracias por salvarme la vida de nuevo... De verdad, esta vez si que pensé que moriría.

Albedo permanece en silencio, voltea por un momento para ver a Dalas y asiente con su cabeza, luego vuelve a lo suyo. Hay un silencio incómodo, justo como la primera vez que estos se habían conocido, Dalas piensa en distintas formas para romper ese silencio, pero... ¿Y si lo arruina? Quizás las cosas terminan siendo más incómodas aún.

Albedo: ¿Quieres que te vuelva a acompañar hasta la salida de espinadragón?

Dalas: ¿No te molestaría?

Albedo: No realmente.

Dalas: Bueno, pero...

Albedo: ¿Hm?

Aún sigue pensando en confesarle directamente sus sentimientos hacia Albedo, para eso es lo que ha venido a espinadragón después de todo. ¿Pero quizás no es el momento adecuado..?

Dalas: Hm... Olvídalo. Vamos rápido, así no te quito tiempo.

Albedo: Bien.

Dalas se acerca rápidamente a la salida de la cueva mientras tapa su cara con las manos, pensar en decirle todo a Albedo le pone realmente nervioso.

PIXEL IMBÉCIL!(Dalas x Albedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora