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Damon

—No digas estupideces, Carla— fruncí el ceño levantándome
—Oh Damon, mira velo de esta manera. Yo enamoro el sexy italiano y tú, vuelves con Hayley—

Hayley

Estábamos bastante cerca, sentía su perfume amaderado entrar en mis fosas nasales. Mi corazón latía mil por cien, cerré los ojos esperando un beso..
—Pero nada de esto es mutuo—dijo y se alejó

Maldito idiota, jamás entenderé que es lo que busca conmigo

—Idiota—susurré para mi misma pero fue inútil, es escucho
—Jaja, saldré hoy—¿me aviso?—por si no me encuentras no estaré aquí, puedes pedirle lo que necesites a mi madre Paula.

—¿A donde vas a ir?—pregunté sería
—Con unas chicas.—comenzó a desvestirse para tomar una ducha
—¿Que?!— solté en un tono alto

—comenzó a desvestirse para tomar una ducha—¿Que?!— solté en un tono alto

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—Es viernes. Te dije que sigo saliendo con mis conquistas—se recostó en la cama y tomo un cigarrillo.
—Eres un maldito mujeriego—le grite aventándole una toalla y dejándolo solo

8:00
Estaba aburrida en la sala, había mirado unas dos películas. Con palomitas y golosinas por todos lados.
—Me voy.—la voz de Michele se hizo presente atrás de mi, voltee su aroma amaderado invadió el lugar, se veía bastante bien. Su camisa y levemente peinado dejando un mechón caer en su frente
—Tendrás mucho sexo, felicidades—me voltee ignorándolo totalmente
—Es la idea, amor—río y salió
Idiota.

9:00
La idea de que Michele estuviese coqueteando con millones de chicas me saltaba la frente de furia, quizá era muy territorial. O dañaba mi ego, imbecil.
Estaba acostada mirando el techo, no te dejaré verme la cara de idiota.

Busque en el closet la ropa que me regalo, tenía que verme deslúmbrate. Después de 30 minutos arreglándome estaba lista.

—Lista—sonreí para mi misma en el espejo—Mauro—llame al chofer que Michele me había asignado

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—Lista—sonreí para mi misma en el espejo—Mauro—llame al chofer que Michele me había asignado.—el señor Morrone me está esperando en..
—Un club señorita, ya mismo la llevo—contesto y reí, todo salía a la perfección.

El camino fue algo largo, estaba un poco aburrida. El llegar pude notar que era una discoteca enorme y lujosa.

—Hemos llegado, ¿la dirijo con el señor Morrone?— pregunto Mauro abriendo la puerta
—No, no. Puedo sola—baje y agradecí por haberme traído. Entre y totalmente no era mi ambiente pero venía aquí por un propósito. Me acerqué a la barra.
—Hola, un refresco. Por favor—pedí amablemente
—¿No quieres algo mejor de tomar?—pregunto un chico lindo sentado a lado mío
—No.. con refresco estoy más que satisfecha—tome mi vaso de cola
—Vamos, te invito algo mejor—insistió
—¿Como que?—pregunté bebiendo
—Dame dos mojitos, por favor—pidió amablemente y me acercó uno— toma
Después de una hora tomando me sentía bastante ebria, fuimos a la pista a bailar. Comenzó a sonar una de mis canciones favoritas, el chico tomaba mis caderas y me acercaba a él. Intento besarme pero lo empuje
—Oye, más lento—me sentía tan mareada

Michele

Llevaba horas en la discoteca, era un sitio donde podíamos unirnos para discutir y planear las movidas en el negocio.
—¿Ya casi?—pregunte aburrido a Mario quien veía las chicas bailar en el tubo de la zona VIP
—Michele, así son los negocios. Estamos a nada de cerrar un tratado con una familia muy poderosa—me invito una copa, la acepté y fui a mirar las personas bailando en la pista. Había de todo gente tocándose y besándose todo, tenía que salir de ahí lo antes posible. Mis ojos se posaron en una chica de negro muy parecida a Hayley... mierda es Hayley! Empujaba al chico intentándola besar, di la media vuelta casi corriendo para ir con ella.
—Michele, no se ha cerrado el trato—dijo Mario intentándome detener pero lo empuje

Corrí donde estaba Hayley intentándolo apartar de ella, se veía bastante ebria.
—¿Te diviertes?—pregunte empujando el chico
—Hey idiota! Búscate tu zorra!—

—¿Te diviertes?—pregunte empujando el chico —Hey idiota! Búscate tu zorra!—

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—No quieres morir—lo mire mal, debía contenerme en medio de todos. Miro el arma en mi pantalón y se alejo casi corriendo.
—Miki—Hayley corrió a mi abrazándome—¿si me follas?—dijo arrastrando la lengua

Damon

—¿Y como harás eso?—pregunté bebiendo una copa
Carla y yo estábamos en la sala de mi departamento, necesitaba escuchar lo que me tenía que decir.
—Vamos, es un hombre malo. Le gusta lo difícil, puedo llegarle—reía y bebía vino
Carla se subió en mis piernas besándome, comencé a quitarle la blusa que cubría sus pechos y besar su cuello.
—¿Que mierda Damon!?—una voz femenina

¿Tengo otra opción?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora