Hayley
¿Quien demonios la invito? Mis pensamientos no me dejan arreglarme cómodamente, Michele había contratado una maquillista no entendía por que era tan importante esta cena.—Estas lista—dijo y me dio un espejo—
—Wow, creo que ni siquiera me parezco a mi misma-sonreí—me gusta, gracias
—No es nada querida, ten—me paso un vestido muy elegante—Michele me pidió que usaras esto esta noche
—¿Es necesario tanto glamour?—lo tome y vi que era de un diseñador muy cotizado—¿cuánto cuesta esto?
—Más que mi casa, eso lo sé—río—te dejo sola Hayley, mucha suerte el día de hoy.—se retiró—
¿Mucha suerte? ¿Que está pasando? No comprendo absolutamente nada de esto.Michele
Estaba detrás de Mario viendo que todo saliera bien, mi madre recibía los invitados. Yo estaba de arriba abajo teniendo todo bajo control
—¡Michele deja de seguirme! Tengo todo bajo control—chillo Mario—pareces mi sombra—.
—Todo debe salir bien, tengo que cerciorarme—
—¿por que no te relajas y bebes algo?—me dio una copa—¿ y me dejas de seguir de paso?.—
—Mario, está vez tiene que salir bien—
—Saldrá bien—chocamos copas—.Carla
Estaba con Lia en el gran recibidor de su casa, era bastante hermosa. Moria de ganas de estar aquí, si todo salía bien. Adiós a Hayley
—¿Por qué está tan nervioso?—pregunte mirando a Michele quien bebía una copa mirando a todos lados—Es controlador, le gusta el orden y las cosas bien hechas—contesto sin prestarme atención—
—¿Por qué me ayudas si salías con el?—
—Claramente odio verlo interesado por alguien mas, pero es claro que quiere carne fresca. Así que aquí entras tú—me miro mal—
—¿como no te enamoraste de él?—
—Carla, todas lo hemos amado. Pero el no ama a nadie.. solo a ella—guardo silencio—
—¿ella?—
—La perra de Sara.—Hayley
Era hora de salir, estaba bastante nerviosa. No entendía por que una cena de tan gran magnitud, caminé hacia el comedor donde había más de 100 invitados. Michele me vio de lejos y sus ojos se iluminaron o eso quiero pensar. Se acercó y tomó mi mano
—Primero que nada. Déjame decirte que te ves hermosa, eres radiante—beso mi mano—
—Gracias.. te ves bastante bien también—que torpe soy.
—¿Lista?—ofreció su brazo para tomarlo, y así lo hice—
—Lista—sonreí—
Me acompañó a nuestra mesa, había unas 10 mesas en todo el lugar. Fue en el gran jardín todo hermosamente decorado, Michele nos llevó a nuestra mesa que era la principal. Para mi suerte estaba Sara ,Lia y Carla, y Stefan quien me miraba sonriente
—Ya vengo, debo saludar a algunos socios—dijo Michele mientras se alejaba
—Te ves bien, pero esperaba algo mejor—escupió Carla y rio
—Querida, se nota que no sabes de moda el vestido que carga mi querida Hayley vale más que todo lo que ganaras el resto de tu vida—contesto Sara quien me dedico una sonrisa—
Me había defendido.. que demonios pasaba.
Michele llegó con dos copas de vino, puso una enfrente de mi y se sentó a mi lado.
—Ten, espero te guste. Es de los mejores qué hay—sonrió y bebió—
—Yo no se beber—susurre en su oído—
Me miro con ternura.
—Solo toma poco y finge que te gusta—susurro en mi oído, algo que me hizo reír—
Bebí un poco y estaba demasiado amargo, trate con todas mis fuerzas de no hacer gestos. Michele lo noto y rio
—Miki.. ¿no te molesta que te diga así?—Carla interrumpiéndonos
—No, no me molesta. Mi madre me dice así desde pequeño, sin problemas—contesto como todo un caballero—
—Tu casa es hermosa, gracias por habernos invitado. El vino es exquisito—sonrio y bebió como para demostrarme que ella sí sabía de vinos
—Gracias, es de la cosecha de mi familia—contestó, yo no sabía nada de sus negocios aparte de sus negocios turbios
Carla recargó sus codos en la mesa dejando ver sus pechos, maldita zorra.
—Estoy ansiosa por probar la comida—le dedicó una mirada sexy y bebió de su copa
Michele le dedicó una sonrisa algo coqueta, noto que lo pude ver.
—Me retiró unos segundos—dije un poco molesta—.
—¿ a donde vas?—pregunto Michele—Yo solamente lo ignoré y me fui a la habitación, que demonios le pasa para coquetearle a otra persona en frente de mi! Me saco de mis pensamientos al abrir la puerta
—Hayley.—
—Largate—conteste aventándole una almohada
—¿Que te pasa?—tomo la almohada y la arrojó a la cama
—¿Por que coqueteas en frente de mi?—pregunte molesta—
—¿De que hablas? ¡He dejado claro que solo estoy interesado en ti!—contesto, dejándome impresionada.
—Tus miradas seductoras dicen lo contrario, Michele—tome otra almohada y la aventé en su cara.—
—¿Quieres jugar a la pijamada?—tomo un cojín gigante y lo aventó hacia a mi haciéndome caer en la cama. Hizo un movimiento y está arriba de mi, no me dejaba mover tenía mis brazos atrapados
—¿Que haces?—intente safarme molesta—
—¿Que tengo que hacer para que veas que soy tuyo?—sus palabras me hicieron ahogarme de la impresión
—Yo..—me cayo con un húmedo beso, era lento pero lo estaba disfrutando. Comenzó a meter su lengua en mi boca, torpemente le correspondía. Me soltó de su agarre y comenzó a quitar mi vestido
—¿Que haces?—susurre en sus labios—
—Confía en mi—
Me dejo completamente desnuda en la cama, tomó su corbata atando mis manos para no poderme mover. Me sentía bastante excitada, comenzó a tocar mi clitoris hacía movimientos lentos
—Me gusta—susurre dando pequeños gemidos—
Tomo uno de sus dedos lo llevo a su boca para lubricarlo y comenzó a meterlo lento en mi vagina. La sensación era increíble
—Oh Dios—no me di cuenta y tenía dos dedos penetrandome—solo metemela—
Me miro sorprendido, no pregunto dos veces la excitacion lo cegó. Abrió su bragueta y sacó su pene, comenzó a jugar con la entrada de mi vagina. Y me penetro lento
—Quiero más—Michele comenzó a embestirme de una manera rápida, se escuchan los "aplausos" fuertemente pero no me importo. Me tomo poniéndome en 4, lo hacia cada vez más rudo—Miki.. me lastimas—dije entre dientes apretando la almohada pero él no se detenía al contrario aumentaba la intensidad
—¡Me estás lastimando!—chille, las lagrimas rodaban por mis ojos—¡detente!—
El dio un gemido ahogado y se tiró a lado mío. Había llegado al orgasmo dentro de mi
—Yo..—se acercó a mi y notó la mancha enorme de sangre entre mis piernas—¿que hice?—intento tocarme pero me aleje de él
—Te pedí que pararás—lo miré con los ojos cristalinos
—Perdóname—dijo y le dio una cachetada rompiendo su labio
—No te me vuelvas a acercar.—