Calor

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Estar en el Palacio de los Sueños me estaba resultando más aburrido que nunca. Esa fue la razón de que me escapara mientras ge dormía, sin que nadie se percatara de ello. Crucé el Puente Infinito para acceder al Reino Inmortal, riéndome de mi travesura. Aunque, de igual manera, como ya había acabado la Guerra de Hielo y Fuego, no existía peligro alguno para mí. O eso creía yo.

—¿Qué hace la pequeña princesa de la Tribu de los Tejedores de Sueños aquí, tan solita? —cuestionó una voz burlona detrás de mí.

Me volteé con sobresalto y me encontré cara a cara con el príncipe heredero de la Tribu de Fuego, Shuo Gang, quien tenía una sonrisa retorcida en su rostro. Solo entonces me percaté de que estaba cerca de la frontera entre las Tribus de Hielo y Fuego.

—Dime, ¿tu hermano sabe que estás aquí? —Él se acercó a mí, riéndose de mi susto, a lo que yo retrocedí—. Aún eres una niña, pero... —Con la velocidad de su Cambio de Posición, se colocó delante de mí en un instante y me acarició los cabellos, haciéndome sentir algo intimidada—..., no está mal.

Su voz había sonado tan grave y ronca, que me provocó un escalofrío extraño. ¿Qué era ese calor que me estaba invadiendo? Sentía que mi cuerpo había comenzado a cambiar poco a poco, y las sensaciones se tornaban molestas y raras, pero... ¿Por qué me sentía así justo ahora? Miré a Shuo Gang y tuve la impresión de que, a pesar de pertenecer a la Tribu de Fuego..., no estaba mal.

















[¡El disparate del día! Bueno, tengo derecho a hacer alguno].

Estampas de Ice FantasyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora