Dedicatoria

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No voy a mentir.

Esta historia nació para un simple desafío, con el principal fin de sacarnos unas cuantas risas cuando tuviésemos un mal día.

Pero yo llevo demasiados días malos debido a que mi perrita está muy grave. Si bien el mundo de Lusho no está inspirada en ella, pues pensándolo mejor debería haber sido así.

Y no solo a ella, sino a todos aquellos amigos animales que hemos tenido y que tendremos. Que nos han acompañado, que hemos amado. Porque han llegado a formar parte de nuestra familia, porque se convirtieron en nuestros seres queridos.

Por ello, quiero dedicárselo a ellos que ya no están.

A Lassi, mi primera amiga. Con la que aprendí a dar cariñitos en la barriga y me protegía y tenía paciencia por lo malcriada que llegaba a ser.

A Tobi, que aunque nadie te recuerde por el poco tiempo que estuvimos, yo si amiguito. Y fue nuestra culpa en primer lugar.

A Laika, que aunque no pudiste tener una buena vida con nosotros, y aunque te extrañé demasiado, fue la mejor decisión entregarte a otros que te pudieron dar lo que nosotros no. Y viviste bien y feliz. Y gracias por nunca olvidarme cuando te iba a visitar.

A Tobi, que me arrepiento muchísimo no haber pasado más tiempo contigo. Que gracias por cuidar a mamá. Yo sé que de algún modo para salvarle, tú adquiriste su enfermedad, y nadie me hará cambiar de opinión. Gracias.

A Hanna y Killian, a quienes rescaté y mantuve ocultos por todo un día en mi cuarto en la escuela. Espero que haya tomado la decisión correcta y que las personas a los que le di en adopción les traten bien.

Y a Kiara, que no eres mía, sino de mi hermano. Pero que te quiero tanto, princesa. Y me duele tanto el corazón verte así, tan débil, esa no eres tú. Esa no eres tú que me tumbabas en cuanto me veías, que rompías todo a tu paso cuando llegabas a casa, que me babeabas la cara por completo, y te dormías sobre mis piernas porque yo te enseñé a hacerlo en cuanto me sentaba en el suelo. Vas a mejorar, lo harás.

Todos ustedes son mis amigos. Formaron y formarán parte de mí por siempre. Incluso, puede que le tenga más respeto a los animales que a los propios humanos. Porque ellos son fieles, son buenos, son honestos, son inocentes.

Y te adoran incondicionalmente por sobre todas las cosas.

A ellos les dedico esta historia.

Y eso es todo lo que tengo que decir, y que gracias por existir en este mundo. Ustedes, los animales, se lo merecen mucho más que las personas.

Cassidy K. N

El Lusho es de mi madre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora