-ˋˏ ANGEL ; LUREN ♡

019

— ¡Vamos, Renjun! Hace mucho que no salimos juntos -Donghyuck intentaba convencerlo de ir a rumbear un ratito, pero el chino no daba su brazo a torcer.

— Soy un hombre casado, ya no puedo hacer ese tipo de cosas -Estaba exagerando claramente.

— Ya lo veremos, señor casado -Le dedicó una mirada retadora, Lee no era un tipo que se rendía tan fácil.

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— No sé qué hago aquí, me siento sucio -Las mejillas de Renjun estaban rosadas mientras intentaba cubrirse, ya que llevaba puesto un crop top que su amigo coreano le prestó, le sentaba muy bien a su esbelta figura, sin embargo se sentía algo avergonzado por haber llegado al bar vestido así.

— Ay, ¡Cálmate! Te ves divino -Le dio unos cuantos manotazos para que se quitara las manos de encima. — Ven, vamos a pedir algo de tomar.

— Pero... Donghyuck, no quiero beber, sabes que no sé hacerlo -Puchereó, no obstante su amigo hizo caso omiso a sus lloriqueos y se lo llevó hasta la barra.

Optaron por un daiquirí de fresa para Renjun y un cosmopolitan para Donghyuck.

Los atendieron bastante rápido y el moreno estaba más que contento con el servicio, era un lugar nuevo y realmente quería ir con su mejor amigo allí.

— Aish, no hay ningún muchacho guapo además de nosotros -Se quejó, después de todo no tenía muchas esperanzas de conseguirse algún ligue esa noche.

— A mí ni me hables de esas cosas, yo tengo dueño -Dijo para después darle un pequeño sorbo a su bebida y haciendo un pequeño gesto debido al sabor del daiquirí. 

— Sí, pero yo estoy soltero, joven y guapo, necesito disfrutar -Aludió sacudiendo su castaña cabellera con aires de grandeza. 

Huang negó con la cabeza cuando sintió unas manos rodear su pequeña cintura, pegando un brinco en su lugar y mirando al hombre que estaba muy cerca de él.

— Hola precioso, me llamo John. ¿Te gustaría pasar un buen rato? -Susurró cerca del oído del chino, haciendo que se estremeciera y se muriera del miedo.

— ¡Oye! -Donghyuck le miró feo. — Mi amigo no puede pasar un buen rato contigo, pero yo sí -Le sonrió coqueto, el tipo parecía tener más de 30 años, pero eso le valía un pepino ya que era bien parecido.

— Puedo con los dos, dulzura -Eso fue suficiente para que el tal John entrara en confianza y tomara asiento con ellos. Renjun tembló en su lugar.

— Ya, pero de verdad mi amigo no puede, es casado. Igual, tú y yo sí nos divertimos un poco -Movió lo último que contenía su copa y lo bebió sin dejar de mirar al más alto de los tres. 

— Es una lástima -Dijo mirando a Huang y luego se acercó a Donghyuck para darle un pequeño arrimón similar a lo que hizo con Renjun. — ¿Quieres bailar? -Susurró sobre su cuello, Lee sonrió grande.

— Me encantaría - Ambos se levantaron yendo a un lugar más despejado para bailar, mientras Renjun los observaba con cara de asco.

¿Ahora qué hará? Solamente se levantó para mirar a los demás, verse bonito era lo que mejor le salía ahora mismo, con aquellos pantalones ajustados que delineaban perfectamente su figura que muchos envidiaban.

Ni siquiera terminó lo que había pedido de beber, se estaba mareando con tan poco.

Sí, dejó el daiquirí, pero no contó con que después Donghyuck le convencería de acabarse una botella de tequila entre ambos, y como era de esperarse, terminaron borrachos.

Bailando a más no poder y hacer cuanto desfiguro se les ocurrió. Lee Donghyuck siguió pasándola con John, se reían, bailaban y al final se agarraron a besos en una esquina del lugar cuando ya no había demasiada gente.

Renjun se subió a la barra a bailar mientras el barman le rogaba porque se bajara, mas al estar tan ebrio no podía escucharle ni procesar sus palabras. 

Lo que ninguno de los dos amigos se esperaba es que Yukhei y Jeno llegaron al lugar, pues se la pasaron buscándolos toda la noche en distintos centros nocturnos, hasta que dieron con éste.

— Demonios -Murmuró Yukhei al mirar a su ángel bailando de una manera tan sensual frente a todos.

— Lo sé, es un desastre -Comentó Jeno a su lado.

— ¡No! ¡Mi Renjun es tan jodidamente ardiente! Mira cómo se le ve ese outfit -Se mordió el labio inferior. — Pero eso sólo lo debería ver yo.

Dicho esto, fue por él y lo tomó como costal de papas. Jeno fue en busca del coreano, y lo encontró comiéndose la boca del americano, cosa que le dolió haber visto, pero entendía que Donghyuck no estaba en sus cinco sentidos. 

No hizo falta hacer un escándalo, separó a Lee de aquel tipo que también estaba muy borracho y de un ligero empujón Johnny cayó de nalgas contra el suelo.