Cuatro años después...
Entrecerré mis ojos debido a la claridad y la gran puerta de metal se abrió. Puse mi mochila en mi hombro y pasé a medida que se abría la puerta.
Allí vi esperándome apoyados en el coche a los chicos, a Alice y a mamá. Alice se giró ya que estaba girada y me miró. Su pelo castaño estaba más largo, sus ojos marrones me miraron. Ella empezó a correr hacia mí y tiré la mochila para recibirla en mis brazos.
Llegó a mí y la cogí estrechándola entre mis brazos. Ella lio sus piernas alrededor de mi cintura y aspiré su aroma mientras acariciaba su pelo.
— Te he echado de menos - susurré.
— Yo también - ella se aferró más fuerte a mi cuello. - No vuelvas a dejarme, papá.
Recuerdos de Aria pidiéndome lo mismo se agolpaban en mi cabeza.
— No lo haré, lo prometo, y esta vez será para siempre. - besé su mejilla por encima de sus pelos.
La sostuve con una mano y con la otra me agaché para coger la mochila.Cuando llegué a ellos mamá fue la primera en abrazarme. La estreché con un brazo a mi cuerpo y besé su coronilla mientras que ella lloraba abrazada a mí.
— Te he echado de menos hijo - murmuró.
— Yo también mamá - ella se separó sonriendo a pesar de sus lágrimas y saludé con un abrazo a los chicos.
— Se te ha extrañado por aquí - dijo Chaz.
— Si, era raro no tener tu molesto culo con nosotros – sonreí al escuchar las palabras de Cody.
Ryan me abrazó - Estamos contento de que estés de vuelta. - sonreí y suspiré.
— ¿Nos vamos? Tengo ganas de llegar a casa y comer comida de verdad.
Ryan cogió mi maleta y la puso en el maletero mientras que nos montábamos en el coche. Mi madre llevaba su coche propio y yo me monté con los chicos.
Esteban había hecho que me encerraran en la cárcel, pero solo durante cuatro años, ya que al no tener pruebas el juez no podía darme la cadena perpetua como él quería.
Alice bajó del coche y yo con ella. Saqué la maleta del maletero y antes de coger la mano de Alice. Mi madre aparcó y sacó las llaves de su bolso para que pudiéramos entrar. Ella había cogido la custodia de Alice y se había mudado a mi casa para que mi hija pudiese seguir yendo al colegio donde iba.
Mamá entró, seguida por Alice y me quedé en la puerta. Recibí la mirada de las dos chicas que tenía en frente y entré.
La casa estaba como siempre, no había cambiado nada. Cerré la puerta y volví a mirar de nuevo la casa. Pasé por el salón, observando la decoración que había elegido Aria. Aún había allí una foto donde ella salía sonriendo feliz. Volví a dejar el marco en su sitio y subí las escaleras, mirando las habitaciones una a una hasta que llegué a nuestra habitación, o a la que ahora iba a ser mi habitación.
Suspiré y entré dejando la maleta en el suelo. Me senté en el lado de la cama de Aria y toqué la colcha. Miré a la puerta esperando que todo hubiera sido una larga pesadilla y que Aria entrara por la puerta quejándose de que no tenía tiempo para nada y de que estaba muy cansada.
Le habría dado un masaje de pies y habría terminado haciéndola mía de nuevo.
— ¿Papá? - la voz de Alice me sacó de mis pensamientos y la miré. - ¿Estás bien?
— Si, ¿Te parece si vamos a ver a mamá? - le pregunté. Ella asintió.- ¿Y después vamos a comer una hamburguesa? – Volvió a asentir - Bien, voy a darme una ducha y nos vamos.
Aparqué y bajamos del coche. Me puse la chaqueta y Alice se puso a mi lado cogiendo mi mano. Caminamos por el césped en silencio, hasta que llegamos a la tumba de Aria. Me estremecí cuando leí su nombre en la lápida y mi corazón se oprimió en mi pecho.
— Hola mamá - dijo Alice limpiando su lápida y la ayudé. - Te traje otra rosa.
— ¿Cuántas veces has venido? - le pregunté.
— Vengo todos los meses - Alice quitó la rosa blanca marchita para reemplazarla por la otra. - Le cuento a mamá como me va y sé que ella me está escuchando, esté donde esté. - eso hizo que un nudo se formara en mi garganta.- ¿Crees que mamá se fue al cielo? o ¿Se ha quedado aquí?
— No lo sé, nena. Espero que ella esté en el cielo. ¿De dónde sacas eso? - le pregunté.
— Me gusta mucho entre fantasmas. - asentí lentamente. - Te dejaré con mamá - ella me sonrió y empezó a dar pequeños saltitos hacia el coche.
— ¡No te vayas muy lejos!
— ¡No! - ella me hizo una seña y volví mi vista a la tumba.
Me arrodillé frente a ella.
— Hola cariño - suspiré - No se... no sé si podrás escucharme, Alice cree que sí, así que supongo que debo de creer en ella.
Me quedé un momento en silencio.- - Oh nena - puse mi mano en su lápida. - No puedo hacerlo. No puedo hacer esto. No puedo ver tu nombre escrito en una lápida, ese no debería de haber sido tu final, si no el mío. Yo debería de haber estado enterrado, no tú. Jamás voy a perdonarme esto, te perdí, mi vida. Te llevaste una parte de mí contigo. Me dejaste lo necesario para entregárselo a Alice.
Negué con la cabeza y respiré entre sollozos.- Te necesito aquí, de verdad lo hago. Quiero que te enfades conmigo y me digas que me odias por todo esto, por todo lo que te he hecho. Antes de irte me dijiste que me amabas - un dolor se hizo presente en mi pecho - Tú me amabas, estabas muriendo por mi culpa y a pesar de todo, me amabas.
Tapé mi boca con una mano - No te merecía, sé que te lo he dicho un montón de veces, que te amo, te amo con todo lo que queda de mi corazón, Aria. No puedo cuidar a Alice solo. Necesito que estés conmigo, necesito que vuelvas. Vuelve conmigo, por favor, nena. Lo siento, lo siento. Vuelve. Te prometo que seguiré recordando diciembre el resto de mi vida.
Me levanté y limpié las lágrimas con el dorso de la mano. Miré a mi alrededor y sorbí mi nariz. – Te quiero. Siempre estarás dentro de mi corazón.
Me giré y Alice estaba tras de mí. - ¿Ya? – me preguntó. Asentí y ella cogió mi mano. – Adiós, mamá. – se despidió. Empezamos a caminar hacia el coche. - ¿Te acuerdas de mi amigo John?
— Si, cariño.
— Pues, sus padres se separaron y ahora John tiene dos mamás. ¿Reemplazarás a mamá?
— No nena, nunca podré reemplazarla.
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2. Saga Cree en mi -Recuerda Diciembre
FanfictionNo te rindas y dime que sientes, solo recuerda diciembre.No hagas caso a lo que digan los demás, regresa a mi, no aguanto más. Recuerda, recuerda diciembre y no te rindas. Solo recuerda...Hoy recuerdo que prometimos estar juntos para siempre. Por lo...