Dieciseis

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Mientras tanto...

Jared se apresuraba por la vacía carretera mientras el sol salía. Apretó el acelerador sintiendo como la adrenalina y el miedo corrían por sus venas una vez más en estos días. Miraba por el espejo retrovisor para ver como el coche de Chaz lo seguía. No podía permitirse el lujo de ir solo, no ahora que tenía que ocuparse de mantener a dos personas a salvo.

Buscó desesperado el lugar por donde Aria le había dicho que había entrado. El denso bosque lo hacía murmurar incoherencias, sintiéndose frustrado cada segundo que pasaba. Si tan solo no hubiera sido tan estúpido, nada de esto hubiera pasado, y eso es lo que le carcomía por dentro.

Por su culpa estaban viviendo esta situación. Lo que menos quería era poner a su familia en peligro. Jamás quiso eso. Pero simplemente no podía vivir alejado del negocio. Era todo lo que había conocido, era lo que le había mantenido mientras que nadie se preocupó por él. Cuando se fue de casa, cuando no había nadie, los chicos y la descarga de adrenalina del negocio, estaban ahí para él.

Divisó un camino y frenó en seco, haciendo que el coche de Chaz pasara por su derecha, derrapando debido a la pausa inesperada. Dio marcha atrás, ya que se había pasado. Se imaginó que los chicos deberían de estar insultándolo, y era normal. Pero en ese momento no pensaba con claridad, tenía que encontrar a su hija y esposa.

Se apresuró por el camino de arena y piedras hasta que vio el coche de Aria parado en medio. Se acercó lo suficientemente a él y bajó del coche cogiendo su pistola y poniéndola al frente por si había que disparar. El coche de Chaz aparcó detrás y este se bajó a punto de un ataque de nervios.

- ¿Aria? ¿Nena? - preguntó Jared y lamió sus labios nervioso.

La puerta trasera se abrió y Alice apareció. Ella estaba llorando. A Jared se le rompió el corazón al verla así. Puso su arma en el bolsillo de atrás y Alice corrió hacia él, abrazándolo. - Oh cariño - Jared susurró abrazándola mientras la cogía en peso, no podía creerse que por fin la tenía entre sus brazos, y estaba bien.

- Papá - sollozó abrazándose fuerte a su cuello. - Se llevó a mamá, se la ha llevado, él le pegó y se la llevó, tienes que salvarla como hiciste conmigo.

Jared cerró los ojos y apretó a Alice contra él, intentando no llevarse por su ira.

- Lo haré, ¿Estás bien?

- Si, a mí no me hicieron nada.

- ¿Por dónde se llevaron a mamá? - le preguntó quitándole el pelo de la cara, que se había quedado pegado a sus mejillas por sus lágrimas.

- Por allí - ella señaló al bosque.

Jared miró a Chaz, por allí no podrían meter el coche, ni siquiera sabían qué dirección habían cogido. Esto se complicaba cada vez más.

- Maldita sea - murmuró entre dientes. - Que alguien lleve a Alice a casa - Ryan se acercó para coger a la niña pero esta se abrazó más fuerte a Jared, negándose a irse de su lado.

- No, papá, quiero quedarme contigo.

- Princesa, como tú has dicho, tengo que ir a ayudar a mamá, quédate con Ryan, estarás a salvo con él. ¿Vale? - ella lo miró limpiando sus lágrimas con sus pequeñas manos. Jared cerró sus ojos y besó la frente de Alice para después mirarla a los ojos. - Te quiero.

- Y yo también a ti.

- Nos vemos en casa.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo - el hizo una promesa, la cual esperaba cumplir si las cosas no se complicaban demasiado.

Pudo ver en los ojos de su hija esperanza y alegría.

2. Saga Cree en mi -Recuerda DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora