JUNGKOOK

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Desde que me entere de que debía casarme mi mundo se vino abajo, esa noche de mi cumpleaños mis padres anunciaron la noticia frente a todos, al parecer el único que no lo sabia era yo, por que Lisa no parecía sorprendida cuando lo dijeron. Sabia que me metería en problemas pero me dio igual, cuando mis padres lo anunciaron y los reflectores me alumbraron, no pude evitar salir corriendo. Podía escuchar los gritos de mi padre detrás de mí, pero no me importo, solo seguí corriendo mientras sentía como me perseguían y cuando al fin sentí que los perdí me dirigí camino a mi lugar seguro y al único lugar en el que quería estar ahora, que era en los brazos de mi tesorito. Cuando llegue no pude decir nada, ni una sola palabra logro salir de mi boca.

Las cosas fluyeron y termine viviendo la mejor noche de mi vida, pero la presión en mi pecho nunca se fue, solo la llene con sus caricias, besos y su voz, intente inundarme con cada una de esas cosas para que no quedara espacio para nada más. Ese sentimiento que viví esa noche, es el mejor que he sentido nunca, esa noche cuando nuestros cuerpos se unieron, solo probé lo que ya había confirmado cuando uní mis labios a los suyos por primera vez y eso es que lo amo más que a nada en este mundo y que quiero protegerlo con mi vida.

Fui tan feliz esa noche y a la mañana siguiente, que no supe como decirle que iban a arruinarme la vida, pero al fin y al cabo termino por enterarse de la misma forma que yo me entere que no seré al único que lo amarraran de por vida, por que a él también lo comprometieron y como la mayoría de las cosas que le pasan es por mi culpa, todo por que los idiotas de mis padres decidieron que debían complicarme más las cosas. Cuando me entere que él también debía casarse de verdad que mi corazón dolió mucho y más cuando escuche salir de su boca "Deberíamos terminar con esto" cuando sentí esa posibilidad de perderlo para siempre en verdad que pude sentir como todo en mí se apago y quede totalmente a obscuras, podía sentir que no lo decía de verdad, que en verdad no lo sentía y que solo lo decía por la situación en la que estábamos. Para mi suerte logre convencer a esa parte de él que estaba dudando de lo nuestro y logre que se quedara a mi lado.

No he podido verlo a solas desde la ultima vez en la escuela, me han traído de aquí allá exponiéndome como un maldito objeto. No me quedo de otra que acceder, por que me metí en problemas por haberme escapado esa noche y con tal de que no me hicieran algo peor solo acepte. Lo peor que me puede haber pasado en la vida y que nunca pensé sentir, es esta ira y presión en mi corazón cuando lo veo pasar de la mano o ser cariñoso con de esa chica, el hecho de tener que fingir que no me importa me lo hace aun mas difícil, por que hay veces en las que quiero ir y arrebatarlo de su lado para no dejar que lo toque o lo acaricie y no puedo hacerlo, tengo que quedarme ahí observando mientras mi corazón me duele como en la vida lo había hecho, me siento impotente y me dan ganas de llorar y el no poder hacerlo me desespera. Cuando tengo que actuar con Lisa y me pongo a pensar en que él se debe estar sintiendo igual que yo, el hecho de estar lastimándolo, me destroza, pero no tengo opción, así que solo cierro los ojos y pienso que es en sus brazos en los que estoy, que son sus labios los que beso y son sus caricias las que siento, para de esa forma aunque sea un poco disminuir el dolor que me produce todo esto, el hecho de no poder estar a su lado.

Era un día como todos lo demás, lo días me habían estado pareciendo más monótonos desde que empezó todo esto, ya casi no le tomaba atención a nada de lo que pasaba a mi alrededor, solo dejaba que el tiempo transcurriera y con el, todo lo demás. Estábamos en el receso de un día lunes, en el mismo lugar de siempre y haciendo lo mismo de siempre, el fin de semana había sido mentalmente agotador, esto de tener que fingir todo el tiempo en verdad me cansa. Ahora tenia mis pensamientos en que Jimin no ha llegado al receso y no lo he visto por ninguna parte desde la mañana y eso me esta poniendo nervioso, mis piernas se movían de arriba a abajo y podía sentir mi ceño fruncido, también la mirada de los demás de mi grupo sobre mi, pero no me importo. Pareciera que lo hubiese llamado con el pensamiento, por que solo unos minutos después apareció Jimin de la mano de esa chica, se acercaron a su grupo y como siempre lo hacían, los recibieron con una sonrisa y haciendo bromas sobre ellos, pero esta vez era más de lo normal, a veces me agrada poder escuchar todo.

Todo fue culpa del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora