Alice
Al entrar a la tienda de ropa, observé como dos policías sostenían a Sol, tocando ligeramente su hombro, obligándola a permanecer sentada sobre un pequeño sillón con la cabeza hacia abajo, estaba llorando.
—¿Qué pasa? ¿Por qué está aquí la policía? —Susan se acercó.
—Esa mujer le inventó a la policía que Sol quería robar algo de la tienda—la observé. Sabía que nuestra llegada a su tienda no le era grata, pero no creí que fuera capaz de inventar tal cosa para perjudicarnos. Sol me observaba, angustiada. Sonreí, intentando tranquilizarla un poco.
—Ella nunca robaría—dije al policía que la sujetaba. Sol es buena chica. Ni siquiera tiene la necesidad de robar. Los Montgomery son de dinero y ellos se encargan de que ella viva bien.
—Claro que sí, quiso robar esta blusa—habló la mujer mostrando una prenda. Estallé en carcajadas.
—Disculpen oficiales pero, creo que esta mujer sólo quiere perjudicarnos—ambos me observaron, esperando que dijera algo más convincente—Solo vean la blusa. Es floreada y de colores pastel. ¿Realmente creen que ella querría robar algo como eso? —los policías la soltaron y caminaron hasta la dueña de la tienda. Lo meditaron un poco, luego conversaron entre ellos por varios minutos.
—Señora, le advierto que si está mintiendo la que ira a la cárcel será usted—la mujer titubeo. Sus nervios eran notorios. Endureció sus facciones, luego lanzó la blusa al suelo.
—¿Creen que una chica que se viste de esa manera puede entrar a mi tienda? Todos estos vagabundos deberían quedarse en las calles, y no querer vestir cosas que ni podrán pagar. Todos los que se visten de negro, usan aretes y tatuajes, deberían estar en la cárcel.
—Muchachas, nos disculpamos con ustedes por el susto que les hemos hecho pasar—habló uno de los policías, avergonzado. Luego se dirigió a Sol—Si a ti te gusta vestir de esa forma, hazlo. Hay personas a las que sí les gustará tu estilo—Sol sonrió. El policía añadió: —Por cierto, un tatuaje es una forma de expresarse, así que no hay razón para encarcelar a nadie—Hablo el oficial mientras se levantaba la manga de su brazo derecho y mostraba su brazo completamente tatuado.
Todas reímos y los policías salieron. La estúpida mujer estaba indignada y muy enfadada:
—¡Salgan de mi tienda, me ahuyentarán los clientes!
—Claro que nos vamos, pero no porque usted nos lo diga, sino porque su mercancía es una porquería—contesté furiosa. Susan me jaló rumbo a la salida de la tienda. Me zafe y muy digna me paré frente a la mujer y le di una bofetada. Se tambaleó un poco y comenzó a lloriquear y a gritar que nos fuéramos.
Las chicas estaban boquiabierta. Me puse en medio de las dos y coloqué mis brazos en sus hombros para seguir caminando.
—¿A qué otra tienda quieren ir? —cuestioné, y comenzamos a reír.
—Eres un desastre, Alice—comentó Susan.
—Eres súper—comentó Sol.
—Lo sé, lo sé—dije en forma arrogante.
Visitamos dos locales más y por fin encontraron el traje de baño adecuado. Antes de irnos entramos a una estética. Aunque a Sol le gustan los colores oscuros, en el fondo, es buena, noble y desea alcanzar una armonía tanto en su aspecto como con lo que ella representa y le gusta. Ha decidido cambiar su color de cabello. Quiere verse como alguien normal, sin perder su esencia. Una decisión que le he celebrado. Mientras hacían su cambio, me dediqué a comprar ropa nueva, un regalo de mi parte para ella. Algo simple, con lo que se vería bien: unos jeans desgastados, una blusa negra con estampado y unas botas altas. Se las entregué. Yo estaba asombrada de que un simple corte de cabello y un color castaño habían conseguido que se viera muy diferente. Con un maquillaje simple y acorde a la edad que representaba, sin ese color pálido y ese labial oscuro que siempre utilizaba, y las cadenas que desaparecieron de su ropa, así como las pulseras de sus brazos. Todos podían ver lo hermosa y especial que era.
—Cuando Cristian te vea se volverá más loco—Sol se ruborizo, trato de ocultarlo—Cristian piensa confesarse. Además, alguien me comentó que se puso ese horrible color de cabello sólo para que te fijaras en él.
—¿En verdad? —dijo, muy emocionada.
—Sí, así que prepárate, ya que por lo que veo, él también te gusta—Sol bajó la cabeza y asintió.
Le di un codazo a mi hermana—¿Y tú, cuando pensabas decirme que eras novia de Max.—sonrió.
—Lo siento, debí contártelo, pero no sabía cómo.
—Mentirosa, tú intención era ocultármelo. Por eso, recuerda que desde hoy estaré vigilándolos—lo único bueno de leer los pensamientos es que me entero de cosas bastante interesantes.
Seguimos conversando hasta llegar al coche, los chicos habían mandado un mensaje avisando que estarían en el hotel.
Al llegar se sorprendieron al ver el cambio de Sol, y como lo dije antes, el efecto en Cristian fue como lo había predicho, pues no dejaba de observarla, pensando en cientos de halagos que no se atrevería a decirlos, debido a su timidez. Sol permaneció todo el tiempo con un tono rojizo en sus mejillas a causa de las miradas de todos, pero, en especial, por las de Cristian.
Los chicos se alistaron para ir a la playa y yo quedé en alcanzarlos más tarde. Estaba demasiado cansada y necesitaba dormir. Al llegar a mi habitación, abrí la ventana que daba a la playa, me recosté sobre una cómoda cama y cerré los ojos, escuchar las olas era relajante, el océano se escuchaba como una armoniosa melodía, que daba paz, calma.
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Alma De Un Demonio
VampireSINOPSIS Las criaturas sobrenaturales están en peligro, cazadores entrenados y modificados físicamente serán los encargados de exterminar a cada raza en su totalidad. Poseen armas sofisticadas y de gran poder, elaboradas únicamente con la intención...