fem

6K 742 671
                                    

Cuando Louis se despertó en la cama, ni Marcel ni Harry estaban. En realidad, ni siquiera había indicios de que hubieran dormido ahí, eso sólo creó un poco de inquietud en Louis. Edward tampoco estaba en la cama, y eso lo hizo sentirse mal. Se sentía vulnerable y Edward se lo había prometido ayer, le había prometido que estaría ahí con él.

Unos fuertes y apresurados pasos se escucharon crujir en la madera, avanzando.

Louis se sobresaltó cuando Edward apareció por el marco de la puerta. "¿Qué pasa, estás bien?"

El omega se sintió aliviado, más relajado.  Así que Edward sí que había cumplido su promesa, sí que se había quedado en la cabaña para asegurarse de que Louis y su marca estuvieran bien.

Louis negó con suavidad. "Estoy bien." Murmuró.

El omega pudo salir de la cama por él mismo, la cuál era demasiado grande y Louis sentía que se hundía en el grueso y mullido colchón. Vio los hombros de Edward tensarse, como si hubiera deseado avanzar hasta él y ayudarlo, pero al ver que Louis pudo solo, simplemente permaneció en su sitio.

Los ojos de Louis vagaron un poco por la habitación, el alfa sentía su inquietud. Era una sensación extraña, acompañada con el deseo de calmar a Louis.

"Marcel y Harry vinieron a dormir pasada la madrugada. Marcel ha salido a cazar." Informó Edward, comentándolo como una pequeña curiosidad sin importancia.

"Hmm." Louis asintió. "Bien."

No deseaba preguntar por qué Harry llegó tan tarde.

"Marcel quiere hacerte un regalo." Comentó Edward, siguiendo al pequeño omega cuando Louis salió de la habitación.

Louis parpadeó.

"Oh." Musitó en un susurro. "Eso es un gesto muy bonito, ¿es parte del ritual de pareja?"

Edward no contestó en unos segundos, se frotó un poco los ojos con el dorso de su mano.

"No."

Louis asintió. Los ojos de Edward lo observaron en todo momento, analizando sus movimientos y expresiones. El omega se sentía observado, parecía como si Edward hubiera tratado de ver más allá de esa armadura de omega sereno y diplomático.

"¿Tengo algo de ropa que pueda ponerme?" Habló Louis, tranquilo. Quería terminar ese silencio.

Edward parpadeó un poco, finalmente asintió.

"Sí, eh... Camille la dejó en el baño, creo." Murmuró, con su inigualable ceño fruncido. "¿Por qué?"

"Tu manada querrá ver la marca de apareamiento." Louis se encogió de hombros. "Necesitan alguna prueba, ¿no?"

La mirada de Edward lo inquietaba demasiado. Los ojos verdes del alfa lo miraban de una manera que Louis no podía descifrar.

"Por supuesto que no necesitan una prueba." Masculló. "En esta manada es muy importante una marca, es signo de alegría y fertilidad. Ellos no necesitan verificar nada, simplemente se alegran cuando ven una marca."

Las cejas de Louis se alzaron un poco en signo de incredulidad.

"Oh, umh—, de todas formas será mejor que me vista y salgamos." Louis bajó un poco la mirada, pero su postura derecha no se ablandaba ni un centímetro. "Sólo dame un minuto."

"Por supuesto."

Mientras Louis se vestía, Edward estuvo esperando en la puerta principal de la cabaña. El omega no tardó en absoluto, estuvo listo con su abrigo, su bufanda, sus guantes y unas pequeñas botas para que no se hundiera demasiado en la nieve. Edward lo observó un poco, pensó que Louis sí que parecía una auténtica Madre Omega; tenía una postura firme, era muy sereno y no dejaba ver debilidades.

blåøyde omega ;; trillizos!stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora