blåøyde omega ;; trillizos!styles

tretten

Louis esquivó el tema de la salud unos días más. Marcel y Harry seguían muy ofendidos por aquella jugada de Louis, aunque el omega se disculpó con sus alfas. Edward pasaba mucho tiempo con su omega, por voluntad, pero su omega también se lo exigía.

Edward y Louis estaban en la cocina conversando. Edward leía en silencio unos documentos que Louis no entendía porque estaban escritos en noruego, así que el omega prefirió distraerse con algunos libros que Rob le había prestado unas semanas atrás.

Pero sus párpados se sentían muy pesados y últimamente estaba muy cansado. Había desarrollado la habilidad de dormir en cualquier sitio lo suficientemente cómodo; el sofá, la mesa, la cama, la alfombra de oso e incluso el suelo.

Su alfa le estaba hablando sobre algo en noruego, a Louis le gustaba cuando Edward le hablaba en su idioma maternal aunque no entendiese nada, le resultaba sexy. Normalmente el omega escuchaba con atención e ilusión, pero aquella tarde estaba muy cansado y sus párpados pesaban como una dura roca.

Edward pareció notarlo, frunció el ceño. "¿Me estás escuchando?"

El omega parpadeó, tratando de aclararse los ojos. "Sí."

Pero el inevitable bostezo agudo de Louis fue totalmente contradictorio.

Edward suspiró con pesadez.

"Bien, de acuerdo, veo que esto no te interesa." Dejó los papeles en la mesa.

Louis gimió. "No es eso Eddie, lo siento." Tomó las manos de su alfa, Edward lo miró. "Últimamente estoy muy cansado, no es culpa tuya. Sabes que me encanta pasar tiempo contigo."

Los ojos de su pareja se suavizaron, el verde tenía una pizca de notable preocupación. Edward suspiró con pesadez, palmeó su regazo y Louis obedeció de forma silenciosa. El rizado agarró a su omega de la cintura y sus labios besaron las mejillas de Louis.

"Cariño" Comenzó Edward. ", estoy empezando a preocuparme."

"Ya lo sé."

"Me inquieta que te veas tan cansado. Por más que te cuido y vigilo que duermas y comas bien, siempre te ves frágil." Le dijo con mucha seriedad, Louis sabía que Edward se preocupaba demasiado por él. "No quieres ir al curandero, ni tampoco quieres que él venga aquí. He respetado tu decisión porque te quiero y tienes el total derecho de negarte, pero esto me preocupa."

Louis se veía avergonzado y arrepentido. "Lo sé, Eddie."

"No te pido que creas en mis dioses." Rogó Edward, se veía preocupado y ansioso. El corazón de Louis se hundió un poco porque no quería ver a su alfa tan mal. "Sólo te pido, por favor, que me dejes protegerte de la única forma divina que sé. Deja que el curandero te dé la bendición de Odín, Padre de Todo te protegerá."

"Edward" Louis lo miró. ", eso no tiene ninguna base lógica."

"¿Y tu malestar sí, joder?" Resopló el alfa, angustiado. "Siempre has tenido una buena salud, y ahora que te veo siento que eres de un cristal fino."

"No soy de cristal frágil." Frunció el ceño.

"Sé que no lo eres, pero mi instinto me hace querer protegerte como si lo fueras." Lo tranquilizó, Louis apretó sus labios con resignación. "Louis, sólo quiero lo mejor para ti. Tenemos ideas muy diferentes, pero déjame ayudarte a mi manera."

"No pienso dejar que alguien que no seas tú me ponga las manos encima." Bufó el omega, hizo el esfuerzo de levantarse del regazo de Edward pero las fuertes manos de su alfa lo mantuvieron ahí. "Suéltame, hemos terminado esta conversación. Te he dicho más de diez veces que no quiero ir a ese curandero, no me da buena espina."