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En su vida, Louis nunca supo definir la palabra amor. Ni siquiera sabía si podía sentirlo, o si lo que sentía por Edward y los hermanos era amor.

Pero era lo más parecido al amor que él había sentido en toda su vida.

Edward aceptó y respetó que Louis quisiera aprender a leer mejor, dejó ir a su omega con Rob aunque le guardara odio y rencor a ese alfa. Louis estaba encantado, cada día aprendía más y el alfa siempre resolvía cualquier duda que tuviese. Louis le pidió que le enseñara algunas palabras en noruego.

"¿Podrías enseñarme noruego?"

Rob lo miró, estaba envolviendo un vendaje en la mano de un alfa que se había lastimado. El médico frunció el ceño.

"Creí que aún no te interesaba." Murmuró. "Pero no estoy seguro, el noruego puede llevar algo de tiempo."

"¡Vamos, por favor! Quiero aprender más, quiero saber qué dicen mis alfas, quiero entenderlo." Suplicó, insistente. "Aprendo rápido, lo has visto. Te pagaré si quieres."

"Tal vez en algún futuro." Zanjó con calma Robert. Miró al alfa herido, le dio un asentimiento como disculpa y continuó vendando.

Cada vez estaba más seguro de que Rob no era un brujo como Edward decía. Las cosas que decía tenían lógica y siempre acertaba. Llevó a Louis a uno de los bosques helados de por allí y le dio una breve clase sobre aquella hierba silvestre y el efecto calmante sobre las heridas. Louis aprendió, preguntó y se interesó mucho por la ciencia. Incluso la palabra le gustaba, aunque ni siquiera sabía qué significaba.

Faltaban unos días para el celo de sus alfas (Louis creía conveniente empezarlos a llamar así, porque, ¿por qué no?). Louis podía ver que Edward se volvía más posesivo y atento, Marcel había desarrollado un cariño extremo y Harry siempre frotaba su nariz por el cuello de Louis. Eran pequeños gestos que significaban demasiado para Louis.

Él nunca había sido protegido por un alfa sobreprotector, nunca había recibido un cariño abundante y nunca lo habían olfateado de esa manera tan intensa y casi sexual. A veces, cuando Louis estaba sólo y descansando, Edward entraba en su habitación, se tumbaba a su lado y simplemente dormía un rato. Lo hacía pegado a Louis; protector, pegajoso y sus manos siempre estaban sobre Louis.

A Louis le encantaba, porque los tres alfas lo cuidaban, protegían y era entrañable la manera en la que parecían pedir el permiso de Louis para recostarse con Louis. Louis aún no había pisado la habitación de los hermanos, la de la planta de arriba, porque esperaría a su celo. En un principio no sintió la confianza ni la comodidad de dormir con ellos, pero ahora sabe que ellos confían plenamente en él, tanto que están dispuestos a que Louis los vea en su estado más vulnerable.

Desde que Louis había besado a Edward, había besos a todas horas.

Los labios de Edward siempre lo buscaban, sus manos la cintura de Louis y sus ojos el azul del omega. Louis quedó un poco decepcionado porque Edward nunca había enterrado su nariz en su cuello como Marcel y Harry, pero todas esas muestras de afecto y besos lo recompensaban.

Louis se había bañado y frotado bien el cuerpo hasta brillar porque iría con Rob al bosque. Se había vestido con ropa cálida que descansaba frente a la chimenea para que se calentara y se ató sus pequeñas botas para no hundirse tanto en la nieve. A veces Harry debía de cargarlo en su espalda porque Louis se hundía hasta las rodillas, y no era gracioso para él aunque Edward se riera.

"¿Qué buscamos exactamente?" Inquirió Louis emocionado. No podía ocultar su emoción, a él le parecía una auténtica aventura extraordinaria aunque para Rob era un trabajo monótono y aburrido.

blåøyde omega ;; trillizos!stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora