{01: Todo por una rosa🌹}

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🌹Capítulo 1: Todo por una rosa 🌹

Una bestia apareció a los ojos del relojero.

Cuernos grandes y un poco retorcidos, ojos penetrantes y fríos, demasiado alto y la piel demasiado pálida. Esas eran las pocas apariencias que ahora apreciaban los pocos que veían quien fue llamado "príncipe".

-Que ingrato es usted señor.- Dijo la bestia con una voz profunda, fría y temible- Le salve la vida al recibirle y darle comida en mi palacio y ahora me arrebata mis rosas a las que amo más que todo lo que hay en el mundo.

La bestia se acercó a oler una de las rosas. Después volvio su mirada de inferioridad al pobre relojero que ahora de encontraba aterrado por su presencia- Deberían de haberle enseñado que no se toma lo que no le pertenece... ¿Sabe algo? Su acción debe ser castiga y como sanción de este acto, deberá convertirse en mi prisionero hasta el último de sus días.

El relojero se arrodilló ante la bestia y levantando un poco la vista y comenzó a hablar entre tartamudeos.

-- P-porfavor... Le ruego que me deje ir... Tengo dos hijos en casa y el menor es un chico que aún descubre el mundo por cuenta propia... No está listo para que su viejo padre lo deje solo con su hermana...

La bestia medito sobre la plegaria que había hecho el relojero. Lo ayudo a pararse y tomo la rosa blanca que esté había arrancado anteriormente de los arbustos.

- Podría irse de aquí, llevarse está toda y un poco de dinero para no regresar y vivir los poco años que le quedan de vida lejos de este lugar. Pero todo viene con un precio en este mundo, algo que desgraciadamente me costo aprender. A cambio de su libertad tendrá que intercambiar su lugar con alguno de sus hijos.

El relojero intento interrumpir a la bestia, pero este le hizo callar con su mirada, indicando que aún no había terminado- Le daré un día para meditar su respuesta. Puede regresar usted y aceptar la sentencia. O, en cambio, uno de sus hijos pisaria mi hogar para no abandonarlo jamás. Es su decisión, ahora váyase.

El relojero montó su caballo y cabalgó lo más rápido que pudo de regreso a casa en las quieras de la ciudad donde se encontraba su familia. De la prisa que esté tenía, se había olvidado de traer la rosa y un poco de oro consigo. Pero nada de eso le importaba ahora que sabía que la decisión que debía tomar. Y claramente le iba a doler a sus hijos.

Perder a su madre a muy temprana edad por culpa de una enfermedad mortal y después perder a su padre por un paso falso, su familia no merecía más tragedias.

Pero la vida es así a final de cuenta, no podemos decidir quién se va y quién se queda, quién sufre y quién tiene felicidad... Quién vive o quién muere.

Una vez que llegó a su hogar, llamo a sus hijos al interior de la casa. Young Saeng le había ofrecido un vaso con agua al ver lo agitado que estaba su padre. Por otro lado, la hermana mayor se encontraba un poco enojada por la presencia de su padre que ya se suponía este no estaría de regreso si no hasta que terminase la exhibición a la que lo habían invitado a participar.

- ¿Por qué estás en casa? ¿No tendrías que estar en la exhibición?- preguntó la mayor al relojero, expresando un poco de preocupación.

- Young Mi, papá está cansado- dijo el pelinegro.

- Tu hermana tiene razón Young Saeng, - Lo interrumpió el relojero- Yo no debería de estar aquí si no hasta dentro de una semana... Pero su padre ha cometido un error... Un grave... Grave error.

- ¿A qué te refieres?- preguntó la mayor.

El relojero explico lo que había sucedido en el fallido trayecto a la exhibición. Sobre como terminó buscando cobijo en un palacio en medio del bosque y como al intentar conseguir la rosa para el menor, una terrible bestia lo había amenazado. Ahora, si no se presentaba el o alguno de sus hijos en el palacio al día siguiente, solo Dios sabría que horrores podría causarle a la familia.

BEAST 🥀✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora