Capítulo 14 ~

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El humor de Tobio había cambiado completamente estos últimos días, y Miwa lo había notado. Ya no lo veía dormirse tan tarde, su expresión parecía muchísimo más relajada e incluso lograba hablar bien con desconocidos. Seguía siendo algo intimidante, pero ahora podía expresarse con mucho más tacto y siendo un poco mas amable. Su hermana estaba segura de que Hinata tenía algo que ver con el cambio de humor del astrónomo. Después de todo, Tobio logró hacer un amigo por su cuenta. Eso no pasaba desde que conoció a Tsukishima. Normalmente otras personas le presentaban gente nueva y dependía totalmente de ellas si se llevaban bien o no, pero ahora logró conectar con alguien simplemente conviviendo. Logró que esa persona lo considere un amigo de verdad sin la ayuda de algún otro amigo en común. Logró conectar con alguien opuesto a él, pero que aún así compartía su amor por la astronomía. Logró conectar con un rayo de sol que no solo lo entretenía, también le mostraba una confianza que le calentaba el corazón. Esta experiencia le había ayudado a entender que las cosas ya no eran como en la secundaria, ahora podía encontrar por si mismo gente nueva que lo acompañe a lo largo de su historia. Era una locura pensar que una "simple" amistad entre colegas podría abrirle tanto los ojos. Se sentía muchísimo mas libre, ya no tenía que aferrarse a las agrias memorias del pasado, ya no dependía de su hermana y de sus amigos para sentirse aceptado, ya podía dejar de practicar su sonrisa en el espejo.
Kageyama Tobio estaba listo para soltar su pasado y enfocarse en el presente.
Tal vez una buena forma de seguir adelante era dejar de depender de su hermana, quien prácticamente lo había criado desde la muerte de su abuelo.
Eso haría, se mudaría de su departamento de la infancia para renovar sus aires y dejar todo lo negativo atrás.
Después de todo, ya no era el mismo Kageyama de hace años. Después de todo su universo ya tenía un sol para iluminar la oscuridad.

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Hinata estaba a punto de vomitar. Los nervios le traían nauseas desde que era pequeño y nunca terminó de perder ese miedo por confundirse en público. Siendo un guía, hablarle casualmente a un grupo de personas sobre exposiciones era costumbre, el problema era cargar una presentación solo, en completo silencio, rodeado de niños que lo juzgaban con la mirada. No le molestaba ser el centro de atención, le molestaba el miedo de cagarla.
Shoyo respiró hondo y se preparó para comenzar su presentación. La luz del proyector era lo único que iluminaba la habitación y los niños bajaban sus voces lentamente, era el claro momento de comenzar.
Había preparado esta presentación con la ayuda de Kageyama hace algunos días y les había quedado increíble, no podía arruinarlo.

— ¡Buenos días! Mi nombre es Hinata Shoyo, soy guía de este museo, y hoy les hablaré un poco sobre el mundo que nos rodea más allá de nuestra atmósfera.

Algunos niños prestaban atención, bastante ansiosos por escuchar la interesante charla del guía, aunque otros miraban desinteresados desde el fondo del salón.
El sudor nervioso se deslizaba por la frente de Shoyo, sus palabras empezaban a trabarse y su memoria empezaba a fallar. Sentía que todo se estaba yendo rio abajo, pero entonces lo vió. Tobio estaba en la audiencia mirándolo fijamente a los ojos. No era alguien muy expresivo, pero cuando movió sus labios para formar las silenciosas palabras "vas a estar bien" Shoyo sintió una motivación sin igual. No eran las palabras más increíbles del planeta, pero conociendo la brutal honestidad del más alto sentía que eran los alientos más genuinos que jamás le habían dedicado. La confianza regresó a su ser y las palabras encontraron sus respectivos lugares como por arte de magia. Sus frases salían endulzadas y su tono volvía a atrapar a los espectadores como de costumbre. Todo terminó de encajar como un rompecabezas y pudo recuperar las riendas de la situación.

La hora de explicaciones pasó volando mientras Hinata hablaba de las cosas más simples pero fascinantes de la astronomía. Incluso los molestos chicos del fondo comenzaron a prestar atención. Cuando la presentación llegó a su fin y las luces volvieron a encenderse, los niños comenzaron a salir del salón. Sugawara, el profesor encargado de ese salón en específico se despidió educadamente, organizando a los niños con facilidad para continuar su recorrido. Shoyo apagó el proyector y se apoyó en una pared para darse un respiro, aunque su descanso duró muy poco ya que Kageyama se acercó lentamente al escenario.

— Parecías un fantasma al principio, estaba seguro que vomitarías. - dijo el más alto con su típica cara seria e inexpresiva.

— ¡Hey! Es difícil hablarle a tantos niños. Sentí que me juzgaban constantemente. - retrucó el mayor, un poco avergonzado.

— Pero después la retomaste bien, un poco más de práctica y podrías presentar muchísimo mejor.

Shoyo estaba genuinamente sorprendido por el sincero cumplido de su compañero, no podía evitar sonrojarse. Kageyama era un idiota por no darse cuenta como lo afectaba, pero él era aún más idiota por dejarse afectar por algo tan simple y banal como un cumplido. Ni siquiera era un buen cumplido, pero esa motivación para seguir corriendo era todo lo que necesitaba.

— Estás rojo, ¿tienes fiebre? - preguntó el mayor al darse cuenta de las coloradas mejillas del otro.

— Ehm... no es nada, tal vez son solo los nervios de la presentación. - respondió rápido Shoyo, tapando su cara con la intención de esconder su sonrojo.

Tenía suerte de que Tobio sea así de denso, le daba más tiempo para prepararse emocionalmente para su confesión.

— Oh, está bien. No vayas a enfermarte que te necesito en el planetario.

— Si así lo dices Kageyama, entonces debo de ser bastante importante para ti. - retrucó Hinata sarcásticamente, intentando dejar el tema del sonrojo atrás.

— Sigo siendo el mejor en esto, eso no lo dudes. - respondió Tobio con una media sonrisa. - Aunque... tu presencia no es en vano. Me alegra que andes por aquí.

— ¡Aw! Bakayama, eres adorable. - retrucó Hinata para molestar a su amigo, aunque estaba muy feliz por oír esas palabras.

— ¡Cállate boke! El adorable aquí eres tu.

El tiempo paró y ambos quedaron paralizados en sus lugares.

— ¿Eh? - el cerebro de Shoyo había dejado de funcionar por unos segundos, como si alguien hubiera apretado el botón de pausa de su control remoto neuronal.

— ¿Eh? - acompañó Tobio al darse cuenta de lo que acababa de decir. Se maldijo inmediatamente por su obvia falta de filtro y su boca que soltaba todos sus pensamientos. Cuando recuperó el movimiento volvió a hablar rápidamente para ignorar lo que acababa de pasar. - Como sea idiota, vamos que llegaremos tarde al próximo recorrido. - concluyó antes de soltar otra "estupidez".

Hinata continuó parado por un momento, sintiendo como sus mejillas ardían y su barriga se llenaba con esas tan famosas mariposas que a este punto parecían pertenecerle a Kageyama. Sin dudas pensaría en esto toda la noche, aunque ahora tenía que concentrarse en su trabajo.

— ¡Espérame! - gritó el mayor una vez recuperó el poder de su cuerpo mientras corría para alcanzar a su amigo.

A este punto Tobio lo mataría, ya no era jugar a estar enamorado, era un amor tan fuerte y genuino que dolía.

Kagehina ~ Larga vida al sol (AU Museo/Planetario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora