nueve

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Los días habían pasado con tranquilidad, pronto su clóset estaba lleno de ropas lindas, y el sabía aprovechar aquellas prendas preciosas que le eran otorgadas.

MinJae y NaYeon lo visitaban diario, y le regalaron muchos libros con los que se entretenía cuando se aburría de estar en su celular.

¿Que? Si era aburrido.

JungKook por otra parte seguía con su carácter especial, a veces lo ignoraba, a veces conversaba con el, de vez en cuando le escribía para decirle que llegaría tarde, y algunas veces ni se reportaba en su casa.

TaeHyung estaba pensando que era bipolar.

- Quiero estudiar. - Soltó de repente, haciendo que algunas señoritas que estaban ahí lo mirarán sorprendidas y sus amigos lo vontearan a ver rápidamente.

Tal vez para muchos, la escuela puede ser una tortura, maestros pesados, tareas exigentes, horarios abrumadores.

Pero para una persona que jamás había estudiado formalmente, y que sólo sabía lo básico con las justas, estudiar sería una experiencia nueva.

- ¿Escuché bien? - Dijo NaYeon parpadeando un par de veces, son creerlo -, ¡Taetae la escuela es horrible! Una vez tuve una maestra que me castigo tres veces la misma semana solo por sentarme en el lugar equivocado, ¡Era una bru-! Mmh

La boca de NaYeon era cubierta por la mano de MinJae, quien le sonreía medio nervioso, forcejeando con NaYeon que pedía entre balbuceos ser liberada y seguir quejándose de la escuela.

- No la escuches Taetae, si hablas de eso con el joven Jeon de seguro aceptará, la escuela no es tan mala, y el tampoco sería tan frío. - MinJae soltó a NaYeon, que parecía haberse calmado.

- Bueno, como nunca fuiste a una escuela, es comprensible que tal vez, sientas fascinación por esta, así que de acuerdo, háblale al joven Jeon, ¿Te escribió algo?

NaYeon acomodó su pelo, y relamio sus labios después de haber dicho aquello, mientras se sentaba al lado de TaeHyung, quien sacó su celular de inmediato.

Joven Jeon 🙄:
Llegaré en plan de las 8 PM, dile a los cocineros que no preparen nada, no estoy de humor.
11:50 am.

Leyó el mensaje en voz alta, y MinJae de inmediato fue a ver a los cocineros para que no prepararan nada para la cena, como lo dijo JungKook.

Era mejor seguir sus reglas que ignorarlas, JungKook no era lindo enojado.

- No está de humor, ¿Y si me dice que no? - TaeHyung abulto su labio inferior, haciendo un puchero, el en serio tenía ganas de estudiar, de salir adelante, pero bueno, tal vez pueda esperar un poco más.

- Si dice que no, es un idiota, y yo te puedo prestar mis libros para que estudies, cualquier pregunta vienes a mi o a MinJae, nosotros te ayudaremos en nuestros ratos libres. - Dijo orgullosa la castaña, segura de sus palabras, quería ayudar a su amigo, y que podría ser el futuro novio de su amigo.

- ¡NaYeon, MinJae, ayúdenme con estas bolsas! - se escuchó un fruto a lo lejos, y la castaña corrió rápidamente al lugar de los hechos, para ayudar a la señora.

Las horas pasaron, y TaeHyung se entretenía en su habitación con un libro, el cual trataba de unos rusos que van a la guerra y se enamoran.

Era algo interesante y extraño a su punto de vista, ¿Que los rusos no eran homofobicos?

Vio la hora en su celular y ya eran las 7:50...

¡Las 7:50! En diez minutos un JungKook para nada de humor entraría por la puerta principal, y posiblemente le gritaria si no lo encuentra abajo.

Tomo una casaca y se la puso por el frío, bajo rápidamente las escaleras, teniendo cuidado de no caer, llegando a la sala, donde se sentó a la espera de las ocho de la noche.

Lo que aprendió del pelinegro, es que era muy puntual, a donde sea que iba, era puntual. Si decía que llegaba en media hora, en media hora estaba ahí, si decía que demoraría cinco minutos, ¡De verdad demoraba cinco minutos!

Era estricto, y mucho.

El reloj marcó las ocho de la noche, y la puerta se abrió, dejando ver a un JungKook con los hombros caídos y la nariz roja.

TaeHyung se alarmó, y fue rápidamente hacia JungKook, queriendo ayudarlo.

- JungKook, ¿Estás bien?

- Déjame -, dijo cansado el pelinegro, pareciendo borracho, pero no tenía ni un olor a alcohol.

El menor lo hizo caso omiso, cerrando la puerta y siguiendolo detrás. JungKook tiro el maletín al sofá, y subió las escaleras.

El castaño rodó los ojos, tomando el maletín y siguiendo al mayor, algunas empleadas que pasaban por ahí, trataron de no mirar, temiendo alguna regañada.

JungKook antes de entrar a su habitación empezó a perder la conciencia. El castaño, quien estaba analizando sus movimientos supo lo que vendría.

Tenía experiencia, pues su hermana solía desmayarse mucho, y el estuvo analizando todo, para anticipar sus desmayos.

Rápidamente soltó el maletín, y se apresuró a atrapar a JungKook, por suerte lo atrapó a tiempo, y para su desgracia, ¡JungKook pesaba!

Soltando un bufido, se apresuró a llevarlo dentro del cuarto del mayor, echándole en la cama con cuidado.

Acercó su mano a la frente del mayor, comprobando que si, tenía fiebre.

Salió de su habitación, tomando el maletín y dejándolo en el escritorio.

Era su primera vez en la habitación del contrario, así que todo le llenaba de curiosidad, más que nada un cuadro al lado del espejo, donde se veían a dos niños sonrientes en su primer día de escuela.

A uno lo pudo reconocer como JungKook, por sus ojitos, su cabello y sus mejillas, sonrió enternecido. Al cambio, la chica que lo abrazaba se le hacía familiar, pero no sabía.

Tenía el pelo lacio, negro y unos ojos oscuros.

Un jadeo lo saco de sus pensamientos, volteando a ver al mayor, y rápidamente se acordó que JungKook estaba enfermo.

Salió rápidamente de la habitación, yendo a la cocina por pañitos húmedos.

- ¡TaeHyung! - el mencionado volteó, y se encontró con MinJae. - NaYeon y yo estamos por ver una película, ¿Quieres venir?

- Oh, Hyung lo siento pero no puedo, JungKook vino resfriado y debo cuidarlo, perdón, para la próxima será.

Cuando el menor tuvo el balde de agua fría salió de la cocina, y fue a la habitación del mayor, dejando a MinJae con la palabra en la boca.

Entró de nuevo a la habitación, y remojo los pañitos, excurrio estos y los posó en su frente.

Hizo lo mismo con los demás pañitos, una vez el mayor estaba completo de pañitos, tomo el maletín, y se acercó de nuevo al escritorio.

Tomo una colonia, y rocio un poco en su muñeca, inhalando el aroma, le gustó mucho, era adictivo.

Siguió así en su recorrido por el cuarto, cambiando las toallitas constantemente, luego bostezó.

Tomo una silla, posicionandola al lado de la cama, echo su dorso en el espacio libre de la cama, usando sus brazos como almohada, y cayó dormido rápidamente debido al cansancio.

Bueno, cuidar una noche del joven Jeon no había sido tan malo, pero mañana debía ver cómo amanecía y si necesitaba algo más.

Porque a él le gustaba ayudar.

Riquillos presumidos [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora