seis

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TaeHyung jugaba con los cajones del escritorio, entretenido en su labor, su oído detecto el sonido de pisadas rápidas por el pasillo, volteando a ver la puerta con curiosidad.

De pronto, su puerta fue tocada, se acercó a la puerta rápidamente y la abrió, observando a dos personitas entusiasmadas.

- ¡Sorpresa! - Exclamó la castaña, abrazando a TaeHyung yéndose ambos para atrás entre risas.

Seguidamente entró MinJae, con bolsas en sus manos que dejó en la cama y seguidamente cerrar la puerta.

- ¡NaYeon, MinJae! Qué bueno verlos, ¿Ustedes me iban a traer la ropa? - El menor se alejó un poco de la chica, quien en cuanto dejo de sentir los brazos de Tae, se puso a ver toda la habitación.

- Bueno si, y no. - MinJae miro a NaYeon, quien seguía viendo el color de las paredes -, digamos que alguien más iba a traer tu ropa, pero nos adelantamos y vinimos aquí, linda habitación pequeño.

TaeHyung ladeó un tanto su cabeza por el apodo, en tanto MinJae se daba cuenta de lo que había dicho y se reclamaba internamente.

- Bueno, te eligieron bonita ropa, solo mira cuantas bolsas, ah y, MinJae y yo te hicimos este pequeño regalo, no es mucho, pero es de corazón. - NaYeon se acercó a TaeHyung, dándole un pequeño brazalete que habían hecho ambos.

El castaño tomo el brazalete, viendo el color amarillo y azul mezclados, de manera hermosa.

- Me encanta. - Susurró, dando una leve sonrisa mientras se ponía el brazalete en su muñeca -, es perfecto y suficiente, todo regalo es especial cuando se hace de corazón.

Dijo, viendo cómo le quedaba el brazalete.

- ¡Bueno, bueno! A ver la ropa. - Exclamó NaYeon, abriendo las bolsas que habían en la cama.

- 🌺 -

- ¿Donde esta TaeTae? - Pregunto la chica, y sus padres se miraron preocupados porque ellos no tenían idea.

TaeHyung llevaba tres días sin aparecer, y por lo mucho que lo hayan buscado y contactado con sus amigos, o bueno, su amigo, nadie sabía nada de el.

- No lo sé... - El hombre miro a su esposa, quien jugaba con la poca comida que había en la mesa -, no lo sabemos.

La menor iba a protestar, pero su garganta pico y no pudo evitar toser, su cabeza le empezaba a doler y eso presionó los botones equivocados en sus padres, quienes alarmados se acercaron a su hija.

- DaHyun, calma, respira, ven, vamos a la cama. - Le hablo dulcemente la mujer mayor, y su padre la iba a cargar, pero la puerta fue tocada.

La pareja se miró extrañada, ellos no recibían visita.

- Lleva a DaHyun a la habitación, yo abro. - Dijo el hombre, sin esperar respuesta de su pareja, se dirigió a la puerta, abriéndola, viendo a una mujer muy bien arreglada, de dinero.

- ¿Señor Kim? - Pregunto la mujer, acomodándose debidamente.

- Si, ¿Con quién tengo el gusto de hablar? - El que sea pobre, no quería decir que el no sabía comportarse o hablar formalmente, el tenía claro los modales.

- Me llamo Kim JiSoo, un placer por fin conocernos, quiero hablarle de su hijo TaeHyung. - La pelinegra acomodó su cabello en una coleta de caballo.

Rápidamente el mayor se alarmó con la mención de su hijo desaparecido, y antes de siquiera formular una oración, la mujer continuó hablando.

- Me contacte con TaeHyung hace unos días, y el ofreció su libertad para poder darles dinero, con el permiso de su hijo, lo subaste. - Dijo JiSoo, como si eso fuera lo más normal del mundo.

- ¿Que usted hizo que? - Exclamó, frunciendo el ceño en total desacuerdo.

- Calmese señor, bueno, quería decirle que TaeHyung fue vendido por cuatro millones de dólares. - El señor Kim abrió sus ojos a más no poder, eso era mucho dinero -, y bueno, todo el dinero va para ustedes, para sus necesidades y para su hija menor DaHyun, sepan aprovechar estos cuatro millones de dólares. - La mujer le entrego un cheque, y sin despedirse se dio la vuelta yendo de hacia su auto.

- ¡Cariño! ¿¡Quien era!? - Escuchó el grito de su pareja, y el apretó sus labios, no creyendo lo que había oído.

Su hijo, su hijo mayor fue vendido como un objeto a personas que se creían más solo por tener dinero.

No quería ese dinero, no lo quería porque fue ganado suciamente pero.

El estaba consciente de que necesitaban el dinero, lo necesitaban para su hija, con esto podían comprar una casa pequeña para ellos, curar a DaHyun, conseguir un trabajo, tener comida.

Le contaria todo a su familia e iría por el dinero.

El jamás fue, ni será un hombre de mentiras.

- 🌺 -

La noche había llegado, y con eso, el frío. Los dedos de sus manos siendo la evidencia clara.
Llevo sus manos a sus mejillas, presionando sus dedos contra estas, a comparación de sus dedos, sus mejillas aún conservaban calor.

Se acercó a la ventana, apoyándose en el barandal de esta, mirando el cielo oscuro.

Las estrellas viéndose apenas como pequeños puntitos blancos, y la luna menguante reluciendo.

La puerta de su habitación fue tocada, pero no escucho, concentrado en sus pensamientos.

Mamá... Papá... ¿En serio habrán recibido el dinero? ¿Estarán bien? DaHyun, mocosa, ¿Lo extrañará?

Es algo de constantemente se pregunta.

La puerta fue otra vez tocada, y soltando un suspiro, emitió un suave y desgastado.

- Pase.

El crujido de la puerta casi lo hace voltear, pero no lo hizo. El lugar a su lado se hundió, indicando que alguien se había sentando a su costado.

- ¿Qué haces? - Escucho aquella voz, pero esta vez sin nada de enojo, si no, con total calma y cierta, ¿Amabilidad?

- Observo las estrellas. - Susurro, sin mirarlo.

- ¿Qué tiene de interesante eso? - Escuchó, y arrugó su nariz.

- Mucho, encuentro felicidad en las cosas pequeñas de la vida, cuando vivía con mis padres solía escabullirme para ver el cielo, y mirar todas las constelaciones, es muy lindo. - Le respondió, manteniendo su calma.

- Como sea. - Y ahí se cago todo -, mañana saldré temprano, no salgas de aquí, te traeré un celular para que te comuniques y sepas algo del mundo moderno, buenas noches.

Seguidamente Jeon se levantó, y se dirigió a la puerta, cerrandolo un poco fuerte para el gusto de TaeHyung.

- Todo sea por ustedes. - Murmuró TaeHyung, más para si mismo que para alguien más.

TaeHyung se acostó en su cama, acomodándose y cerró sus ojos, tardando un poco para por fin dormirse.

Mientras alguien lo escuchaba al otro lado de su habitación, prometiéndose hacerlo más feliz.

Riquillos presumidos [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora