diecinueve

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TaeHyung jadeo cuando el sonido de la alarma que JungKook había programado para el sonó. Cómo pudo la apagó desesperadamente, volviendo a echarse y taparse para seguir durmiendo.

El sabía que no era una persona exactamente madrugadora, pues casi siempre salía a vender los chicles cerca de las tres de la tarde, y cuando llegó a aquella mansión, digamos que sus horas de sueño se habían alargado más de lo debido.

Cuando logró recuperar el calor que había perdido al moverse para apagar la alarma, la puerta fue abierta bruscamente.

─ A ver, a levantarse ya flojo. ─ JungKook tomó el borde de las sábanas, moviendola de arriba a abajo rápidamente haciendo a TaeHyung quejarse.

─ JungKook, deja la sábana ahí, hace frío, ¿No ve? ─ Se quejo el castaño, abrazándose a la almohada buscando el calor que se le fue arrebatado.

Más aún así, JungKook no dejo la sábana, incluso la sacudió más rápido al ver que TaeHyung no tenía ni la más mínima intención de levantarse.

─ Vamos perezoso, debes alistarte, desayunar, acomodar tus cosas e indicarme dónde vivías antes para que los camiones nos sigan. ─ Insistió el azabache, sin dejar de mover la sábana.

Finalmente TaeHyung aceptó, sentándose en la cama y tallando sus ojos con flojera. Ahí recién cayó en cuenta de que JungKook no estaba como estaba el acostumbrado, ahora vestía unos jeans un tanto rotos, y una polera gris holgada.

A veces TaeHyung se preguntaba cómo es que podía verse tan bien así.

─ ¿Cómo puedes estar ya listo? ─ TaeHyung bostezo, tapando su boca por un acto de cortesía.

─ Supongo que la costumbre, ahora cámbiate y baja a desayunar, son las siete y tenemos dos horas hasta que los camiones lleguen.

Seguido de aquellas palabras, el azabache se retiró de su habitación, dejándolo sólo para que se aliste.

Aunque por supuesto, TaeHyung se volvió a echar en la cama, notando como el calor que había dejado su cuerpo seguía presente en las sábanas.

─ Ah, nos vemos pronto preciosura. ─ Murmuró, volviendo a pararse con pereza, yendo a su armario para sacar algunas prendas decentes para ese día.

Seguía sin comprender cómo es que JungKook lograba levantarse tan temprano, incluso si su cuerpo estuviera acostumbrado a aquello, ¿También estaría acostumbrado al frío de las mañanas? Porque no lo dejarán mentir al decir que cuando es temprano hace un montón de frío.

Eso se puede notar, no importa si eres de clase alta, baja o media. A no ser claro que tengas un aparato que hace que la temperatura sea tibia y acogedora por las mañanas.

Oh sorpresa, esta familia multimillonaria al parecer no tienen uno de esos aparatos.

Después de vestirse mientras se quejaba en su mente, entro a su baño personal, [así es, hasta un baño dentro de una habitación tienen, pero no un bendito aparato para regular la temperatura], cepillando sus dientes y peinando su cabello para estar más presentable.

Volvió a la habitación, arrugando la nariz cuando vió un perfume al lado del espejo.

¿Debería...?

Alargó el brazo, alcanzando el perfume con un poco de temor, tomándolo entre sus manos. Roció un poco en su mano, aspirando la fragancia.

Y le encantó el olor, ers suave, y no tan fuerte, cálido y acogedor.

Sin pensarselo dos veces, se roció con el perfume, colocándolo de nuevo en su lugar y saliendo de la habitación, ya satisfecho luego de haberse arreglado.

Riquillos presumidos [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora